Dark escogida mejor serie original de Netflix por la audiencia de Rotten Tomatoes
Y yo sigo con mis dósises (plural de dosis porque sí) de idas de olla. Si no tengo bastante con Dark, me estoy viendo de una tacada...
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Happy!, la serie de Grant Morrison basada en su propio cómic. Un ex-policía reconvertido en matón a sueldo recibe la visita del amigo imaginario de su desconocida hija, que ha sido secuestrada durante la actuación en directo de un alocado artista infantil, acompañado por una suerte de Teletubbies con boca de chupona. El amigo imaginario, una mezcla de unicornio/pony/burro alado de color azul llamado Happy, y el ex-policía, han de intentar salvar a su hija de lo que aparenta el secuestro de un pervertido, pero poco a poco va apareciendo mierda a espuertas y a todos los niveles. Muy gamberra, muy divertida y muy exigente, o te metes en la historia o ni lo intentes
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Legion, sobre el personaje creado por Chris Claremont y Bill (elputísimoamo) Sienkiewickz, aunque aparte de Legión, Ahmal Farouk y... me guardo el destripe, el resto de personajes no es parte del universo mutante conocido de Marvel. La serie es un tripi constante, sin estar claro qué es real y qué un constructo de la mente de Legión (personalidad múltiple en el cómic, esquizofrénico en la serie), que también se atreve con universos paralelos (un episodio alucinante de bueno, por cierto) o viajes en el tiempo. Noah Hawley (creador de la serie Fargo) se sale de la zona de confort típica al afrontar historias de superhéroes y hace algo tan distinto que, como pasa con Happy!, o te metes o ni lo intentes