Pues es verdad Lauricca, supongo que ademas, se perderia esa "cutremagia" que tienen los mercadillos de dios, jaja, no serian tan especiales, gracias chunguitos, gracias camela, gracias chichos, gracias cancion del verano...
Llevo comprando CDs desde hace 14 años y me costó mucho empezar porque era un incondicional del vinilo, que aún escucho con normalidad, pinchaba y pensé que dejar de fabricar los vinilos era una aberración. Los CDs no permitían pinchar igual que con un vinilo y no se podían cortar y empalmar como las cassettes.
Poco después de empezar a usar los CDs dejé de comprar en vinilo todo lo que no fuese exclusivamente para pinchar y ahora ya llevo algunos años sin comprar ninguno.
Hace 7 años me compré un grabador de Minidisc y un Minidisc portatil y desde entonces tampoco he vuelto a comprar una cinta de cassette.
Sólo te diré una cosa, de las cassettes que compré, que fueron muchas, sólo me quedan unas 12 porque se han ido cascando con el tiempo, y no me refiero a que se enganchasen, lo que quiero decir es que dejaron de oirse bien y muchas son imposibles de escuchar. Los vinilos siguen funcionando pero suenan todos a huevos fritos y te puedo asegurar que los trato muy bien y con cuidado. Sin embargo de todos los CDs que he ido comprando en estos 14 años sólo se me ha cascado uno que se lo comió un hongo y a día de hoy todos suenan igual que cuando los compré.
Hoy en día ya no conservo el multipistas a cassette aunque sigo conservando los 4 platos de pinchar 2 de ellos con casi 30 años, pero escucho casi todo en CD o en Minidisc cuando necesito llevarlo encima por ahí y hasta tengo 2 CDJ que son los que uso para mezclar.
Tengo Cassettes de 1973 y vinilos hasta de 1942 y esos los paso a CD para evitar usarlos y gastarlos más de lo que están.
En definitiva, la tecnología digital y sus soportes me han ofrecido una calidad muy superior de sonido y una durabilidad que no me han dado los soportes analógicos y a la hora de jugar con la música me ha ofrecido una cantidad de herramientas sorprendente y una facilidad y rapidez de trabajo incomparable a aquellas tardes enteras que pasaba marcando, cortando y empalmando cintas.