Si un músico ya trae un bagaje sólido puede saltar directamente al nivel más alto, el "cómo" tocar, control del timbre, fraseo, etc. (que también se aprende de forma oral en el mundo clásico, porque esos matices no hay quien los describa en palabras), que es el que de verdad prepara para interpretar.
Pero al menos no tiene que hacer perder el tiempo a sus nuevos maestros con cosas como "qué" escalas o acordes tocar. A ese nivel información tan simple como escalas, acordes o patrones rítmicos y melódicos es fácil de captar de oído y tener una formación teórica previa ayuda a asimilarla más rápidamente e integrarla con lo que ya se sabe. O incluso se puede leer de libros para adquirir rápidamente los principios más básicos, ¿por qué no?
Me extrañaría que gente como Jorge Pardo o Antonio Serrano no hayan aplicado (énfasis en "aplicado") sus conocimientos académicos a la hora de asimilar el lenguaje flamenco o el jazz.
Igual que me imagino que Raimundo Amador habrá aplicado lo que en su cerebro haya construido como teoría flamenca cuando se sube a tocar blues con B.B. King. La verdad es que molaría preguntárselo a ver qué cuenta, igual nos explica el blues en términos de falsetas, remates y soniquetes y nos deja flipados.
Evidentemente, quien se mire un vídeo de Nan Mercader y se piense que ya se puede subir a un tablao a tocar el cajón lo lleva complicado, pero no podemos poner la vara de medir en personas que no tienen respeto por la música.