Pocas cosas me resultan más imbéciles que ver a alguien (me da igual quien sea) rompiendo algo para causar una especie de gracia o de satisfacción que jamás llegaré a entender...
Cosas como esta me confirman que los seres humanos pedimos a gritos un súper meteorito que nos extinga de una puta vez...
Aaaah. Aquellos actores de antaño, tan reales como tu vecino del quinto, con aspecto común y descuidado. Y no los modelitos yogurines de hoy en día, con caretos de querer venderte perfumes por navidad, o con la ceñuda expresión de un tipo que esta jiñando estreñido.
Días de cine | 50 años sin Pepe Isbert. (53 a día de hoy.)