Venga, os narro un power que me enviaron el otro día:
Cuando Dios creó a los pueblos que habitan la tierra, quiso dar dos virtudes a cada uno de ellos...
A los ingleses, los hizo refinados y puntuales. A los japoneses, trabajadores y honorables. A los franceses, románticos y cultos... Así fue con todos y cada uno de los pueblos, y cuando llegó el turno de los valencianos, los hizo inteligentes, buenas personas, y del PP.
A esto, San Pedro le dijo a Dios, que no era justo que los valencianos fueran más que ningún otro pueblo en el mundo, pero claro, tampoco era justo arrebatar los dones que les habían sido concedidos...
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Así que Dios en su infinita omnipotencia decidió deshacer el entuerto de la siguiente manera:
Los valencianos que son del PP, y buenas personas, no pueden ser inteligentes.
Los valencianos que son inteligentes y del PP, no pueden ser buenas personas.
Los valencianos que son buenas personas e inteligentes, no pueden ser del PP.
Y para más inri, de presidente un cura
Si es que el tema llega a ser ridículo. La gente de la edad de mis padres, a punto de jubilarse, no creen en el voto de castigo, y votan "religiosamente" "al partit" (como si sólo hubiese uno) con la convicción de que quizá son malos, pero el resto son peores. Por eso el PP gana por mayoría aquí, igual que el PSOE gana (o ganaba) en Andalucía, etc.
Mucha peña es cuadrada de mollera, y se cree que votar es como ir al fútbol. Oye, yo soy de mi equipo gane o pierda, pero si los políticos no cumplen, pues al banquillo, que yo me cambio de equipo. No me parece sano que la misma gente acapare el poder durante décadas, sean del signo político que sean, y de eso, la ciudadanía se tiene que dar cuenta.