13. The Milky Way

Marcus aparcó en una gasolinera detrás de un coche con una pegatina de “Ama a Jesús”. En la cola a una mujer de mediana edad se le cayó la cartera cuando iba a pagar y al agacharse a cogerla, como si un velo se desvaneciera, vio a un demonio sobre su cabeza. El demonio le miró y moviendo los labios sin un sonido le dijo “sí, ella es la de la pegatina”. El demonio tiró hacia un lado de los cabellos de la mujer y ella se movió. Quizás esté ya muerta, pensó Marcus.

Había esparcido ya su mensaje, distribuido el veneno entre sus hijos, y esos hijos brutales caminaban por el mundo.

En su aliento había un río lento, y entre el río flotaban esferas, y en cada esfera se percibía la imagen de uno de los hijos.

Marcus recordó a su madre cuando le contaba que le amamantó hasta los dos años. Allí estuvo a salvo de aquellos demonios. Cerró los ojos y vio el rostro de su madre mientras él bebía de su pecho.