Hoy, como suele hacer de vez en cuando, ha venido mi primo el pequeño a visitarnos, y como de costumbre, nos hemos reído de todo, siempre bajo la atenta mirada de mi loro. Así que cuando se ha ido al poco rato de estar en casa, dado lo apretado de su agenda, y yo he vuelto al salón después de despedirlo en la puerta, mi observadora mascota me ha dicho, “Un tío simpático tu primo”, “Ya lo creo”, le he contestado, “siempre nos hemos reído mucho juntos. Está hecho de muy buena pasta”, “pero es bastante más joven que tú, ¿no?”, me preguntó con cierto tono de extrañeza, “¿Y eso que tiene que ver?”, le pregunté un poco ofendido, “a la hora de reírnos sólo pensamos en eso, en reírnos, y para eso no hay diferencias ni límites de edad, otra cosa es salir por ahí de fiesta, que él está más en edad de eso que yo, además que él es más gamberro, yo siempre he sido más modoso y recatado a la hora de divertirme, incluso no he sido mucho de salir, pero él, como te digo es más amigo de la juerga y la jarana”, “pero se le ve sano”, añadió mientras trepaba por los barrotes de su jaula, “pues sí. Un tío muy agradable”, le respondí haciendo un gesto para insinuarle que eran cualidades que corrían por nuestra sangre. Pero en ese momento se descolgó del techo y al caer al suelo de la jaula me comentó, “por cierto, habéis nombrado algo que os pasó en una boda y no me enterado qué era”, “ah, nada. Una tontería”, le contesté yo, “Pero debió ser muy graciosa, ¿no?”, me insistió con esa vehemencia que tiene, “bueno, en aquel momento nos reímos bastante, pero ahora con el paso del tiempo y contado no sé si tendrá la misma gracias”, le dije yo intentando evitar contárselo, pero como cuando a mi loro se le mete algo en la cabeza, hasta que no lo consigue no para, me volvió a decir, “bueno, tu cuéntamelo y yo ya veré”, así que empecé a decirle, “pues fue hace unos meses en la boda de un primo segundo nuestro. Allí nos reímos como hacía tiempo que no lo hacíamos, ya que estuvimos sentados en la misma mesa junto con otro primo nuestro que también es un tío muy ocurrente, así que comimos, reímos, otros bebieron, y así llegamos al momento de irnos del restaurante al final del banquete, unos como nuestro caso a casa porque aún teníamos cerca de dos horas de viaje, y otros a la discoteca que había en la planta baja del edificio”, “que era el caso de tu primo”, añadió acertadamente mi mascota, “efectivamente”, le confirmé, “sólo que antes de bajar, y dado que igual que todo lo que sube baja, también es cierto que todo lo que se bebe luego hay que ‘desbeberlo’, por eso mi primo decidió ir a hacer lo que se suele decir como cambiarle el agua al canario, pero en el baño del salón de banquetes ya que estaba más tranquilo pues todo el mundo se había bajado ya”, entonces mi amigo alado que me miraba con atención me interrumpió para decirme, “espero que la historia sea algo más graciosas que los usos y costumbres de tu primo a la hora de hacer sus necesidades, ¿verdad?”, “Sí”, le dije, y seguí con el relato, “el caso es que cuando entrabas a los aseos tenías a la derecha los lavabos y los espejos, a la izquierda una fila de ‘cabinas’ para ‘llamadas menores’ pegadas a la pared, y al fondo las ‘cabinas’ para ‘llamadas’ de todo tipo, en fin, ya me entiendes”, “hombre, no es que haya visitado muchos aseos de caballeros”, me dijo, “pero alguno he visto en la tele y sé de lo que me hablas”, “bueno”, seguí yo, “el caso es que él utilizó una de las ‘cabinas del fondo’ y cuando iba a salir una vez eliminados los líquidos sobrantes oyó como alguien estaba en la zona de los lavabos y espejos realizando unas sospechosas absorciones nasales”, “¿quieres decir…?”, me preguntó con un gesto de complicidad, “todo parecía indicarlo”, le continué diciendo, “total, que mi primo decidió esperar agazapado en su ‘cabina’ a que aquellos sonidos nasales terminaran. Pero como no terminaban, decidió asomar la nariz para ver quién era, y todo lo que vio fue a un tipo allí, encorvado delante del espejo, manipulando algo que tenía sobre el mármol, y con la misma banda sonora nasal de antes”, “¿y que hizo?”, se interesó mi alado amigo ahora ya sí mucho más intrigado por el final de la historia, “pues nada”, seguí relatándole, “se volvió a ocultar a ver si aquello terminaba, pero al ver que el concierto nasal no terminaba, cambió de opinión y se dijo a sí que él no se iba a pasar toda la noche en unos aseos por culpa de aquel tío así que se revistió de valor, y salió de su escondite, pero cuando pudo ver la silueta completa de aquel individuo, su cara emblanqueció, y los pilares más sólidos del buen concepto que de aquella persona tenía, como un tipo serio, responsable, no bebedor, no fumador, etc., etc., se tambalearon en tan solo un segundo hasta estrellar su buena reputación contra el suelo”, “¿se conocían?”, dijo mi loro totalmente embargado por la curiosidad, “ya lo creo”, le contesté, “bueno, ¿y quién era?”, insistió pegado a los barrotes de su jaula, “¿Qué quién era?”, le contesté yo con tono socarrón, “pues… era yo”, entonces se despegó de los barrotes, retrocedió dos pasos, tomó aliento, se sacudió las plumas y preguntó, “¿Tú?”, “Yo”, le respondí, “por eso sé por toda la gama de colores que pasó mi primo desde que vio al tipo abocado al mármol, éste levantó la cabeza, vio que era yo, se le cayó el mundo a los pies, y todo volvió a su sitio cuando me vio con una lentilla en la palma de la mano, el estuche de las gafas junto a los líquidos de las lentillas, mi ojo derecho rojo por culpa de algo se me había metido durante la cena, y el orificio derecho de mi nariz goteando como consecuencia de llevar más de una hora este ojo lloroso”, entonces mi multicolor amigo respiró aliviado y me dijo, “menos mal que todo se aclaró, ¿no?”, “pues sí”, le contesté, “porque estoy seguro de que de no haberme visto quitándome las lentillas para ponerme las gafas, él jamás se hubiera atrevido a preguntarme qué hacía y cada vez que me hubiera vista le hubiera venido el recuerdo de su primo y aquellos aseos”, “total, que tuvisteis un final de fiesta de narices, ¿no?”, comentó ya más relajado mi ave, y yo mientras me levantaba le dije, “pues algo así”, y salí al balcón para ver si aún veía a mi primo marcharse.
-
el 21/04/20071
-
Hace ya varios años que estoy exento de levantarme temprano. Me suelo levantar a las nueve y algo porque me da la gana, y desayuno frente al televisor, viendo las noticias del día. Son las únicas que veo, no veo las de la noche, y Dios me libre de tragarme un telediario mientras echen Futurama a la misma hora. Yo tengo claras mis prioridades.
El caso es que yo me trago las noticias y esas entrevistas sobre temas políticos mientras desayuno. O más bien me tragaba, porque ahora, en cuanto empiezan a entrevistar a algún pez, gordo o no tan gordo, de la política, empiezo a hacer zapping o me largo del salón.
Y es que últimamente no puedo soportar tal espectáculo de indignidad. Lo descubrí el jueves o el viernes de la semana pasada, desayunando con mi novia, que no trabajaba. Cómo no, sacaron un tema que es motivo de enfrentamiento directo entre PSOE y PP (o sea, cualquiera). Entonces, la cabeza parlante hablaba. Y daba vergüenza ajena oírle. Así que cambié a otro programa del mismo estilo en otra cadena, y ahí había otra cabeza parlante, tratando otro tema conflictivo (o sea, cualquiera 2) graznando como un pato, defendiendo lo indefendible como si le fuera la vida en ello.
Acabamos buscando Goku en Cuatro, y mira que me aburre a rabiar, pero era demasiado temprano. Acabamos dejando una cadena de vídeos musicales que trae la TDT. Y ni siquiera nos interesaban los vídeos.
La cuestión es por qué daba vergüenza ajena. La daba porque es un espectáculo realmente penoso ver a alguien de cincuenta años con traje y corbata, sacando pecho e intentando parecer importante, y descrubrir, por su forma de hablar, que ese tipo se llama "Slinky", y es un perrito bien adiestrado.
No puedo soportar ver a tipos de cierta edad, con pinta de padres maduretes, hablar sin voz propia. Verles decir exactamente lo que se les ha ordenado que digan, y defenderlo a muerte como perros bien adiestrados, me parece un espectáculo tan humillante que tengo que cambiar de canal. Veo a los abogados de la SGAE parloteando y sólo veo un perrito llamado Slinky. Veo a los representantes del PP diciendo exactamente lo que se les ha ordenado decir, con las palabras bien medidas, y sólo veo perritos bien adiestrados. Veo a un representante del PSOE rasgándose las vestiduras por alguna injuria o infamia y noto la falsedad a kilómetros. Oigo al amo decir "haz la gracia, perrito, haz la gracia", y al perrito, con la lengua fuera, obedeciendo inmediatamente, con entusiasmo, esperando la caricia en el lomo después de hacer la gracia.
Veo a Rajoy encerrado en una especie de trampa verbal tendida por Iñaki Gabilondo en las noticias de Cuatro diciendo "no, señor mío, eso no se lo puedo aceptar" en vez de decir simplemente "no" y responder así a la pregunta. Sólo que no podía contestar "no" porque la pregunta se refería al 11-M y decir "no" era mentir como un bellaco.
Me imagino a todos ellos hablando de responsabilidad a sus hijos, de decir la verdad, de que hay que saber atenerse a las consecuencias de los actos propios. Y luego veo a perritos bien adiestrados. ¡Salta, perrito, salta! Dice alguien. Y el perrito de cuarenta años, con traje y corbata, obedece y salta.
Sólo veo una mediocracia que nos gobierna. Seguramente es una mediocracia inteligente, astuta, taimada, pero sigue siendo una mediocracia. Perritos bien adiestrados, ciegos adoradores del Gran Hermano, cobardes sin ideas propias que para llenar su vacío deciden comprar o alquilar las ideas que les ofrecen. Hombres de cuarenta años atados con correa y sacados a pasear para hacer sus necesidades.
No lo soporto. Ya no los soporto. Sólo ver ese bochornoso espectáculo ya es humillante, y verles a ellos tan cómodos, tan metidos en su papel, tan bien adiestrados, hace que la vergüenza ajena que me provocan sea aún mayor.
Alguien escribió que era descorazonador ver a alguien obligado a venderse. No hay nada malo en un pobre trabajador "vendiéndose" para salir adelante, si no le queda más remedio. Es mucho peor ver a alguien que ha decidido venderse sin tener verdadera necesidad de hacerlo. Ver a alguien, que pudiendo ser una persona, decide ser un perrito bien adiestrado.el 20/04/2007 -
Recuerdo antaño cuando iba a un señor ya mayor a cortarme el pelo.
Mis padres nos llevaban siempre al mismo tio... los sabados... El tio usaba esas cortadoras antiguas (sustituidas por las maquinas electricas) pero que son la mar de curiosas...
Aquel pobre hombre se jubilo , o yo que se... asi que pasamos a cortarnos el pelo al NAZI!... lo llamaban asi por que cortaba a todos igual,... como para ir a la guerra... como si te pusiera el casco de guerra y te cortaba el pelo en 3 minutos.
Reconozco que hace años que no voy a cortarme el pelo (no es que lo tenga largo...) pero a base de probar tengo mi propio peluquero en casa y yo me he convertido en su peluquero. (Osea!)
Reconozco tambien que no se como estan los sueldos de peluquero, ni que cuesta un tinte.. ni una permanente (ni se si ya se hacen...)
Pero que venga mi señora con un ticket de la peluqueria por 96 euros... duele hasta en el ganglio mas profundo.
La verdad que siempre que llama .. estan a tope.... asi que pensando pensando .. O es un lujo ir a la peluqueria o igual monto un negocio... para hacer competencia a las 3 o 4 pelus que hay en 2 manzanas alrededor!!!
Entre este negocio, las farmacias y las panaderias... debe ser la hostia de rentable viendo la cantidad de negocios que se abren.
Y eso!el 19/04/20072 -
Lo más alucinante que ví en Londres sin duda fue la actuación de la banda del hombre azul (The Blue Man Group). La música es chulísima, el espectáculo es muy divertido, son muy ingeniosos, graciosos, ocurrentes, y muy, muy azules.
Aviso para el navegante: se disfruta más si se compra la entrada más barata, el "Poncho seat" que lo llaman estos tipos azules.
Como dijo la mala de "Tigre y Dragón": "Da miedo, pero estimula..."el 17/04/20071 -
Ya se sabe..."Canarias, eterna primavera". El viernes pasado, 14 de abril, en el Puerto de la Cruz (Tenerife) saqué esta foto en la que pone que estábamos a -79º :) Y la gente en la playa. Qué valor! :)
el 16/04/20074 -
estoy empezando a descubrir el mundo de los Dj's
este mundo es divertido me gusta eso de poner mis temas en la red (internet) pero todavia las web's no estan muy conseguidas no te dan mucho material para crear los temas que uno quiere hacer (hispasonic esta bien pero no tiene muchas descargas de bases y loop's) ya se lo que estais pensando, pero es que no es todo de color de rosas hay muchas paginas para los cddj pero las que he encontrado son privadas,
y las que no lo son escasean de material
esto es todo por hoy $
"dejar coment's!!el 14/04/2007 -
Hace un par de noches nos reunimos seis o siete personas para cenar en casa, y como es normal, se habló y bromeó de todo tipo de cosas, la mayoría sin importancia y el resto irrelevantes, y no sé si incluido en el primer grupo o en el segundo, creo que hablamos de cosas de trabajo, bueno, creo no, hablamos, porque cuando todos se habían marchado, y mientras aseábamos un poco el salón antes de irnos a dormir, mi siempre observador loro me preguntó, “¿Yo soy el superior de alguien?”, “no sé”, le contesté, “¿Tienes algún empleado a tu cargo?”, “que yo sepa, no”, me contestó, “pues entonces será que no”, le aclaré a lo que él me dijo aliviado, “¡Uff, menos mal!. ¡Vaya peso que me quitas de encima!”, “¿Y por qué te quito ese peso?”, le pregunté con curiosidad, “pues porque con todo lo que he oído contar de ellos, no sé si quiero serlo”, contestó. “!Ah!, pero eso es normal entre los humanos, la mitad tenemos que hablar de la otra mitad”, le aclaré, y luego seguí explicándole, “y si encima en el punto de mira hay un jefe, pues parece que aún se motiva más la gente, y como tarde o temprano siempre aparece uno... Por muy arriba que estés, casi siempre tienes a alguien por encima de ti, (salvo excepciones, en sentido figurado), y eso nos suele fastidiar bastante a los humanos”, “¿pero sólo por eso ya es motivo suficiente para que los censuréis de ese modo?”, me pregunto extrañado, “no”, le aclaré, “en realidad no es sólo por eso. Eso ayuda, pero no hay que olvidar que uno satiriza por la espalda ya que no puede desaprobar a la cara”, “¿pero qué hace a un superior tan atractivo a la hora de elegirlo como blanco de críticas?”, me siguió preguntado mi multicolor mascota mientras nos veía llevando platos y vasos a la cocina, “pues en principio porque nos suele decir que al menos durante ocho horas al día hagamos cosas que no nos apetece mucho hacer y que no hagamos las que sí nos apetecen, y a veces no es problema de quien te lo mande, sino de lo mandado en sí, pero como no podemos descargar nuestra ira contra una labor, la enfocamos hacia quien nos la manda hacer, es decir, aquello de matar al mensajero”, le aclaré por encima, “de eso se suele componer el trabajo, pero otras veces sí que es algo que depende total y absolutamente del superior”, me paré a pensar por un momento y le dije, “si quieres, y según mi experiencia, podemos establecer una clasificación de superiores según sus méritos para ser criticados, independientemente de lo que nos manden o no hacer”, “¿y como sería esa clasificación?”, me preguntó mi loro con impaciencia, “pues si los dividimos en grupos más puros, aunque luego los hay que están mezclados y tienen un poco de varios, empezando por el final, yo pondría a aquel que es superior porque sus conocimientos le han colocado ahí pues suelen empezar desde muy abajo. Es consciente de lo que sabe y de lo que no sabe, y no le importa ni demostrar lo primero ni admitir lo segundo. Como superior que es, a veces tiene que tomar medidas poco populares, con las que se puede estar de acuerdo o no, pero al menos es coherente con lo que dice y hace y no tiene ningún reparo en salir de su despacho y confundiéndose, laboralmente hablando, con el resto de los empleados. Mientras hay trabajo, él está allí. No hay temas tabú, ni miedos a comentar cosas, es decir, es uno más, pero con más conocimientos y mayor responsabilidad”, entonces mi loro se quedó mirándome fijamente y me dijo, “pero no es de esto de lo que hablábamos antes. ¿Qué hay ahí que criticar?, por lo que yo he oído antes, esto no existe, ¿no?”, y entonces yo le aclaré, “hombre, ahí no hay mucho que criticar, pero si estamos haciendo una clasificación, pues habrá que nombrar a todos los grupos existentes, porque éste también existe, en muy limitadas dosis y en vías de extinción, pero existe, y lo tendré que nombrar, ¿no crees?, pero déjame seguir, porque de los demás grupos también te puedo hablar por experiencia”, así que seguí con mi enumeración, “el siguiente grupo podría ser el de los superiores que están ahí no se sabe muy bien por qué y que aún teniendo buena voluntad, no terminan de acertar, y deben su éxito al grupo que los respalda”, “¿y a éstos qué se les critica?”, me pregunto mi alado amigo, “pues a éstos se les suele criticar que cobren más que uno y tengan privilegios que uno no tiene cuando es uno el que saca las castañas del fuego”, “pero por otro lado, y como con los compañeros no se porta mal, pues sabe mal enfrentarse a él ¿no?”, añadió desde el techo de su jaula, “pues eso, y ahí lo criticable son sus meteduras de pata producidas por la ignorancia, y en ocasiones su interés por eludir responsabilidades, por decirlo de una manera suave. Y puestos a hacer una división exacta, aquí podría haber un subgrupo formado por aquellos que en su día llegaron al puesto por méritos, pero ahora la tecnología les ha superado y no se han adaptado a su entorno”, “sí”, añadió mi loro, “pero insisto en que aún no veo motivo para decir lo que decíais antes”, “bueno, ten paciencia”, le sugerí, para continuar con mi exposición, “El tercer nivel lo ocuparían aquellos superiores que pudiendo pertenecer al grupo anterior por haberse visto superados por el entorno, no pertenecen, porque no asumen que las cosas no son como eran, y que hoy en día la pulsación de una tecla hace tanto como antes la escritura de veinte folios, y pese a tener la capacidad de adaptarse a poco que se esfuercen, prefieren que sea el mundo quien se siga adaptando a ellos. Su principal punto de crítica es que no vean o no quieran ver que la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos, y que no comprendan que uno podría estar cuatro horas leyendo la prensa y una trabajando, para llegar al mismo sitio que ellos trabajando esas mismas cinco horas al 110%, valoran más la cantidad de horas trabajadas que la calidad de éstas, y no comprenden que lo importante es saber qué tornillo hay que apretar y no estar horas y horas probando tornillos hasta encontrar el adecuado, como dice ese texto que circula por la red”. “Ahora sí”, dijo mi mascota entusiasmada, “esto ya está más en la línea de lo que hablabais antes, ¿te queda algún otro grupo?”, por supuesto le contesté yo, “nos queda el grupo criticable entre los criticables”, “¿y en qué consiste?, o ¿lo criticamos antes de definirlo?”, propuso mi multicolor ave antes de que yo hablara”, “No”, le conteste, “primero te cuento sus características y luego yo me voy a dormir y tú te quedas aquí criticándolo si quieres, pero en silencio. Según mi opinión, el último grupo estaría formado por los superiores inferiores, pues jerárquicamente siguen estando arriba, pero sus méritos laborales y humanos les sitúan muy por debajo de cualquiera. Aquellos que tuvieron su momento de gloria y ya no lo tienen, pero aún poseen el poder suficiente para marcar las directrices, con lo cual y a diferencia de los anteriores, su principal idea no es que todo se haga como siempre se ha hecho, sino que viendo peligrar como ven su puesto y situación, su misión es crear procesos y procedimientos lentos, complicados y confusos bien sean informáticos, bien sean físicos ocultando tras éstos y una pantalla de prepotencia y soberbia su ignorancia, dando la información justa de éstos para que los demás sepan lo menos posible de esas telas de araña y laberintos que crean, y asegurándose con cada nuevo procedimiento de que su marcha de la empresa siempre suponga el tirar abajo todo el proceso existente y partir de cero, lo cual hace casi inviable su destitución, y así consigue eternizarse en su puesto, ya que no suele haber nadie con el suficiente arrojo para hacer un cambio tan sumamente drástico. Y ahora ya si quieres te quedas aquí en silencio criticando a diestro y siniestro”, le di las buenas noches, puse el capuchón a su jaula, apagué la luz y me fui a acostar.
el 13/04/2007 -
jejeje las ganas mias. Ella es Lucie Silvas. Quizás habréis oído hablar de ella.
Recuerdo la primera vez que la vi. Fue en el 2005 creo. Estaba viendo OT cuando la presentaron y la verdad que oí su nombre y NPI de quien era. Y dije: - Bah, que pesadez, yo esperando las votaciones y ponen a cantar a nosequien, voy a cambiar el canal...- pero no lo cambié, no sé por qué la vardad. Y empezó la canción: - Wau no suena mal...- pero cuendo empezó a cantar me quedé paralizada, impresionada, flipando... PERO QUE PEDAZO DE VOZ. Y la canción me encantó, What you're made of. Cuando oí el anuncio del disco, a correr a comprarlo ycuando lo oí... ME ENCANTÓ. Y recuerdo que el segundo disco lo ví en el catálogo de Carrefour y otra vez a comprarlo y me encantó.
Cuando estoy triste y no quiero saber de nadie me pongo a escuchar a Lucie en mi mp3 me calmo, o cuando estoy asustada o feliz, o cuando extraño a alguien... y ninguna otra canción de otro cantante puede hacer lo mismo que Lucie. Y cuando me enteré que venía a Tenerife... AAHHHHHHHHHH casi me da algo. Pero no pude ir al concierto :( hubo un problema muy grande en mi familia, bueno lo hay... en fin...
Pero se que si no tengo fuerzas, mp3, Lucie Silvas a toda mecha Jeje.el 09/04/2007 -
Hola, encantada.
Presentarme, ¿yo?... bueno prefiero mantenerme en el anonimato, pero aunque sea les digo que soy chica y me encanta la música, sobre todo si es reggaeton (algunas porque hay algunas con cada letra que pa qué). Aunque yo oigo de todo. Y, es curioso, pero mi cantante favoritA no es nadie que cante reggaeton. Es una chica guapísima y tiene una voz impresionante. A parte del reggaeton, me gustan las canciones románticas y me encantan las bachatas.
Lucie ese es el nombre de mi cantante :heart:el 09/04/2007 -
Es que los brit'anicos son la leche para muchas cosas. Por ejemplo, la tele.
Siete nenas de muy buen ver concursan haciendo pareja con un friki muy friki, todo un genio intelectual socialmente inepto para ganar un concurso en el que los premios son m'as que generosos.
La gracia est'a en que al friki pueden preguntarle sobre lo que sabe... o no. Le pueden preguntar cosas de moda y cuestiones sobre las cuales no tiene la m'as remota idea y la 'unica que le puede ayudar es la chica que concursa con 'el, y lo mismo pasa con ella.
Y no les queda m'as remedio que conocerse, tratarse y apoyarse, porque ganar el concurso depende tanto de su pareja como de ellos mismos. Interesante invento. Si los blancos y los negros pueden convivir en paz en esta tierra de Dios, digo yo que los guapos y los frikis tambi'en, diferentes pero iguales.el 07/04/2007