Personal (blogs de usuarios)

  • Ludiguer - al loro - morros en envase familiar

    En una de las muchas veces que he pasado por delante de la jaula del loro, he visto que él estaba encaramado a los barrotes de su jaula cabeza bajo y con un gesto raro, así que no he podido evitar preguntarle, “¿te pasa algo?, y entonces él me ha contestado, “pues es que hay cosas de las personas que no consigo comprender. Llevo mucho tiempo entre vosotros y siempre me quedan cosas por entender”, “bueno”, le dije yo, “pues no creas que yo siempre entiendo a los de mi especie, pero si te puedo ayudar ...”, y entonces él continuo, “la verdad es que os observo y veo como habláis de que os queréis unos a otros y del amor que existe entre las familias, entre unos miembros y otros, y como al final acabáis poniendo medida hasta a algo tan inmensurable como los sentimientos de una persona hacia otra”. “Dios mío”, dije en voz baja, “¿en qué estaba yo pensando cuando me ofrecí a ayudar?”, el tema prometía. Así que motivado por la falsa impresión que le debí haber producido de que la conversación me interesaba, siguió diciéndome: “en muchos sitios he visto como ya a los niños pequeños se les pregunta que a quién quieren más, si al padre o a la madre, o a qué tía, primo o abuelo“. “Sí”, le dije yo apagando el televisor, por si era esa su fuente de inspiración, “pero eso son sólo frases hechas que se dicen malicia. Ves, tema resuelto.”, a lo que el no tardó en replicar: “está claro que no se hace con mala voluntad, pero sin querer, se inculca que el cariño es algo fraccionable, repartible y dosificable”. Le escuché y al terminar le dije: “hombre, no será para tanto, ¿no?”, pero él casi sin oírme prosiguió con su exposición, “una persona puede sentirse la más querida por alguien, y estar totalmente satisfecha con el cariño que recibe de otra, pero basta con que piense que hay otra persona más querida que ella por esa otra persona para que ya lo que antes era suficiente ahora ya no lo sea. Dile tú a alguien, por muy satisfecho que esté con lo que se le quiere, que su padre quiere más a su hermano o su abuela a su prima”. “Pero eso es como todo, hay casos y casos. No se puede generalizar”, le maticé yo, a lo que él añadió, “no será general, pero sí veo que ocurre con demasiada frecuencia. Igual que no es más rico el que más posee sino aquel que se contenta y disfruta de lo que tiene, yo he visto que no siempre se siente más amado quien más amor recibe, sino quien sabe disfrutar y agradecer el amor que otros le dan“. “¿Y eso dónde lo has visto hombre de mundo?, o mejor dicho, loro de mundo.” le pregunté, y él me dijo: “tú ya sabes que yo sólo hablo con vosotros, y que si hay más gente, en lugar de hablar, lo que hago es fijarme en cómo se comportan”. “Así que ¿sólo hablas con nosotros? ..., ¿y eso debemos tomarlo como un privilegio o es algún tipo de castigo por algo que hemos hecho a los pájaros en otra vida anterior?, porque en ésta te aseguro que sólo me como las alas y alguna vez la pechuga del pollo, y del resto, ni probarlo.”, pero el ese día no estaba para escuchar, y sí para hablar. “Quien pone su límite en el límite de los demás se pasará el día entero contando los bienes que en la calle le muestra su prójimo en lugar de disfrutar y cuidar de los suyos, y solo verá lo que otros poseen y no los medios o los precios que en su día pagaron por ellos, ni reparará en la calidad de lo poseído, tan solo tendrán importancia la apariencia de lo que ve, pero como siempre está en su ventana, mirando y envidiando lo que los de fuera tienen, no será capaz de ver que en las ventanas de su propio hogar, se agolpa la gente para mirar al interior envidiando todo aquello que ella día tras día deja a sus espaldas dentro de su casa.”, “Espera“, le dije, voy a traerte más agua ya que veo que la vas a necesitar, pues no puedo evitar preguntarte qué tiene que ver la ventana con el cariño, y todo esto que me estás contando“, y él se fue hacia sus pipas, se comió un par, me miró y continuó diciendo; “quien cree que necesita ser amado según el modo en que otros aparentan en la calle amar o ser amados, da la espalda e ignora a aquellos que realmente están dispuestos a darle su amor sincero en su propio hogar.”. ¡Sí señor!, y pensar que dudé entre comprar el loro o una tortuga. Aunque todo esto dicho por un galápago tiene que ser la moda. No obstante como tenía mis dudas, le pregunté, “pero, ¿esto es algo que me estás tratando de decir y usas todo esto de la ventana, o no tiene nada que ver con nosotros. Matizo. No contigo y conmigo, sino con mi mujer y yo.”, a lo que él contesto, que este tipo de situaciones se daba más entre padres e hijos, hermanos y familiares de sangre, pero no le suena entre parejas, y prosiguió diciendo que “hay que valorar lo que se recibe como si fuera el mayor y desinteresado regalo del mundo, quien cree que se merece un elefante, le regalarán un caballo y pensará que aún le faltan unos kilos hasta llegar a lo que se merece, y nunca será feliz pensando que no ha recibido el elefante, y cuando lo reciba, no será tan grande cómo el que él esperaba.”. Entonces, y visto lo visto le dije mientras huía del salón. “Ves, lo de las ventanas no lo he entendido mucho, pero ahora los elefantes ya me lo han aclarado todo.” y seguí gritando desde el pasillo. “Ya no hace falta que me aclares nada más que ahora sí lo entiendo, ahora sí.”

    el 27/12/2006
  • Una vez desactivé todos los semáforos de un cruce (por

    Eran las cinco de la mañana en Melilla...

    ...y volvíamos Pablito, Jose, y yo de fiesta sábado sabadete que teníamos 18 años máximo...

    ...y nos encontramos en un cruce de dos vías amplias una caja de control de semáforos abierta. Y tenía un teclado numérico. Y luces. E interruptores, y una especie de llave o fusible del cual parecía que se podía tirar...

    ...y alguien que no tiré se quedó con ese fusible o lo que sea en la mano...

    ...y de repente todos los semáforos del cruce estaban apagados...

    ¡Así que volvimos a meter el fusible o lo que sea en su sitio.

    Pero los semáforos seguían sin encenderse.

    Entonce,s a nuestra espalda se oyó algo parecido a una radio "hablando". Echamos a andar discretamente...

    ...alguien dijo: "eh, vosotros"...

    ...seguimos andando hasta llegar a una esquina y empezamos a correr como los cabrones que éramos...

    ...y no paramos de correr hasta llegar a mitad del barrio de Cabrerizas (ya sé que eso no os dice nada, pero quedáos con que subimos mucha cuesta arriba).

    Allí nos quedamos en mitad de un callejón durante lo que a nosotros nos pareció una eternidad: media hora duro arriba duro abajo. Luego bajamos por una de las cuatro rutas posibles que podríamos haber utilizado para volver al centro de la ciudad (léase "puto pueblo")...

    ¡Y nos los encontramos de frente!

    ¡Malditos bastardos con suerte, de todos los sitios por los que podríamos haber seguido nuestro camino! UNo de los maderos, un barrigudo con bigote negro, vacilándonos: ¿creíamos que nos íbamos a escapar?

    ¡¡Pues sí, gordo cabrón, no cogerías ni a mi abuela si no fuera por la puta chorra que tienes!!

    Esto lo digo ahora porque en su momento me callé por mi propio bien, claro. Pero lo pensé muy alto, seguro que me oyó.

    Y ese no es el final de la historia...

    ...pero mejor me callo el resto.

    el 26/12/20063
  • Bactery es mi estudio

    Una especie de taller digital donde expresarse a través de difentes disciplinas.

    Sin duda la música es el principal catalizador, el punto central en el que convergen las demás , la poesía, el video, el diseño gráfico ...

    el 21/12/20061
  • A Job for a cowboy

    A job for a cowboy (si si asi se llama el grupo :lol:)



    Ala a disfrutarlo campeones :lol:

    el 21/12/2006
  • Navidad , watios y familia feliz

    Es curioso por estas fechas que se acercan, ver iluminada parte de la ciudad.

    Mas curioso es aun ver parte de la vencindad.

    Cada vecino pone sus adornos, su arbol, su belen...

    A mi me llaman la atencion los que yo llamo adornos para afuera...

    El caso es que hay quien pone los adornos a la entrada, en el salon, con su iluminacion incluso...(y quien no los pone)

    Y hay quien los pone para afuera. Estos son los mas aparatosos... unen ventanas con luces, sacan el arbol a la terraza bien iluminado y con juegos infinitos de conbinaciones absurdas,.. y ahora los tubos esos luminosos que les da por adornar ventanas, terrazas.... o incluso los que ponen esos adornos justo en la ventan mas grande pero dentro, para que se vea bien potente...

    Otra familia feliz, dice un amigo... No les vale convivir con el espiritu navideño en sus casas, si no que nos tienen que recordar lo felices que son en estas fechas llenas de iluminacion y felicidad....

    El caso es que si tienen todo eso fuera.... no se que tendran dentro... a la mula? al mulo??? los reyes magos??? los elfos??

    Si se os ocurre ir por algun vecindario de adosados... no sabreis distinguir si son casas o puticlubs de carretera...

    Dios cuanta felicidad cuantificada en Watios.....

    ay!!

    el 21/12/2006
  • Necesitamos un poco de pánico

    Necesitamos un poco de pánico.

    Sí, lo necesitamos.

    Durante estos últimos años, la noticia que nunca pasaba de moda en la televisión era lo mucho que está subiendo la vivienda, la vivienda sube, sube hasta las estratosferas de los precios, compra un piso y por idiota que seas le ganarás dinero, compra que esto es mucho mejor que lo de los sellos, compra ahora que todavía puedes pagarlo, compra antes de que seas demasiado viejo para que te concedan (nótese la palabra: concedan) una hipoteca suficientemente larga para saldar tu deuda.

    Compra. Compra vivienda. Compra suelo. Compra lo que puedas como puedas, pero compra.

    Tú no preguntes, compra.

    Esto nos ha sumido en una especie de pánico consumista en el que todo el mundo compraba, unos por avaricia -una inversión a prueba de tontos-, otros para convertir tus ahorros de la vejez en algo tangible y otros por

    simple

    y puro

    pánico.

    Así es. Yo a mis treinta años ya he visto a muchos amigos hipotecar su vida para empezar a pagar ahora que todavía pueden, que siempre es mejor eso que tirar el dinero en un alquiler, y como sigan subiendo no podrán comprar ni un huequito debajo de un puente.

    Nos han vendido bien la moto, ¿eh? Comprad, comprad, malditos, ahora que todavía podéis. Ese es el mensaje, y lo han gritado alto, claro, fuerte y tantas veces como han podido.

    Esto es muy importante: en parte la vivienda sube porque todos creemos que sube. La gente acepta precios cada vez mayores porque da por hecho que la vivienda sube. Los propietarios piden cada vez más dinero y nosotros cada vez tomamos como normales precios más y más altos. Nos lo han machacado bien por televisión y en los periódicos: la vivienda sube.

    Pero ahora resulta que los pisos están dejando de subir. Y en algunos sitios incluso (¡¡sorpresaaa!!) están empezando a bajar. Y todos en los medios de repente hablan con la boca chica ("desaceleración" que lo llaman, eufemísticamente) o directamente se callan como putas. ¿Por qué?

    Porque podría cundir el pánico. Pánico entre los inversores, la sola imagen de ver disminuir sus jugosos beneficios les llena de pavor. Pánico entre los especuladores, los pequeños y los grandes, de pensar que habían metido mucho dinero en algo que al final podía no ser un pelotazo, después de todo. Quizá deberían haber pedido menos dinero por sus especulados inmuebles y haber vendido antes. Qué cagada, ¿no? Y pánico entre los trabajadores, no lo olvidemos. El ladrillo no les va a dar trabajo a todos, y no les va a dar trabajo siempre. Qué preocupación. Qué miedo.

    España va bien a base de ladrillo. Muchos curros, muchas inversiones, muchos préstamos y mucho todo de todo. Muchas hipotecas. Mucho dinero prestado. Mucho dinero que aún no existe, sólo la promesa de devolverlo con intereses.

    Y sobre todo, muchos años de condena para muchos jóvenes como yo que han firmado una hipoteca más larga que una condena por asesinato. Esos precios al alza que para otros son beneficios, para la gente de mi edad son años añadidos a su ya demasiado larga condena.

    El miedo a que no haya nada a nuestro alcance en el futuro nos hace firmar esas condenas.

    Necesitamos algo de pánico, pero en la dirección adecuada.

    Porque si España va bien a costa de que los jóvenes de ahora nos esclavicemos para el resto de nuestros días, que le den por culo a España, al crecimiento económico y al modelo de desarrollo de los ...

    Y no es que no me dé cuenta de lo que está en juego. Están en juego muchos miles, o cientos de miles, de puestos de trabajo. Están en juego muchas empresas inmobiliarias grandes y pequeñas que dependen de que haya algo que vender y mucha ansia por comprar ahora que todavía algunos pueden. Están en juego peritos, tasadores, promotores e inversores, pequeños y grandes.

    Pero ¿sabéis qué? A toda esa gente yo les importo una mierda, así que ¿por qué debería preocuparme por ellos?

    De modo que ahora que la vivienda está dejando de subir, y en algunos sitios está empezando a bajar, lo que necesitamos es que esa información se propague, que se meta en las cabecitas de la gente que ya no hace falta comprar lo antes posible, que si esperamos, los precios bajarán a un nivel más razonable. Que si compras ahora, pagarás más que si compras dentro de unos años. Que ahora lo que conviene no es comprar, es esperar, porque por fin las viviendas están empezando a bajar.

    El miedo nos ha hecho comprar, ahora el miedo puede hacerles vender.

    Los precios están empezando a bajar. Cuando te digan “los precios nunca bajan” responde: “bueno... ¡y una mierda!”. Bajaron en Japón. Bajaron en Suecia. Bajan en Estados Unidos y bajarán aquí.

    Pero no verás a nadie en la tele y en los periódicos diciéndolo. No se muerde la mano que te da de comer.

    De modo que, si queremos que se sepa, tendremos que decirlo nosotros. Si eres un mileurista como yo, que no le importas a nadie una mierda y que se supone que debes hipotecarte hasta cinco años después de jubilarte para mantener el modelo de desarrollo económico de España, plántate y grita “los precios están bajando” tan alto como puedas. Házselo saber a todos, los que compran y los que venden, para darles esperanzas a unos y miedo a otros.

    Si nosotros no lo decimos, nadie lo hará. A nadie le conviene salvo a nosotros. Pero si conseguimos que esa idea se cuele en la sociedad con fuerza, la reacción no se hará esperar. Los compradores tendrán paciencia.

    Y los vendedores, pánico.

    Es justo lo que necesitamos.

    el 20/12/20061
  • piedrahita

    Piedrahita! el puto amo :lol:

    el 19/12/2006
  • ana coreta

    Se ha abierto una puerta

    el 19/12/2006
  • Ludiguer - al loro - feliz navidad, con perdón

    Hoy domingo nos hemos dedicado a poner en casa los adornos navideños, y mientras mi mujer y yo preparábamos todo, nuestro loro al ver todas esas cajas por el salón, no ha podido evitar la tentación de amenizarnos la tarea con su conversación, por lo que la primera pregunta no se ha hecho esperar. “¿Qué vais a hacer?”. “Adornar la casa”, le dijo mi mujer, “yo sé por qué la adornáis”, nos dijo él mientras empezábamos a sacar las primeras cosas de las cajas. Mi mujer y yo nos miramos como diciendo -yo no he oído nada- y seguimos sacando cosas de las cajas. “¿Queréis que os lo diga?”, nos preguntó, “¿quieres dedirnoslo?” le contesté, “sí” continuó él, “pues sea” le dije yo, y entonces nuestro loro se acerco a los barrotes de su jaula y empezó a contarnos: “Pues porque queréis exteriorizar la alegría de la próxima llegada de esas fiestas laicas por excelencia que los nostálgicos provocadores llamáis Navidad y que yo como soy más progre y original llamo Fiesta del Beintizinko de Diziembre”. Volví a mirar a mi mujer, y mi mujer a mi, y cuando estábamos a punto decirle que se callara, supongo que los dos pensamos que había mucho que hacer como para enzarzarse en una conversación con un loro, así que lo ignoramos, y con su incontenible verborrea por bandera, siguió diciendo nuestro plumoso disertador. “Y también sé que estáis contentos porque son unas fiestas que la gente aprovecha para pasarlas junto a su familia.”, ¡Oh!, ¿de repente nuestro loro había recuperado o mejor dicho adquirido la sensatez y empezaba a decir cosas coherentes?, seguí sacando cosas de las cajas expectante por ver qué rumbo tomaba su explicación, pero aparentemente en ese momento nuestro loro rompió el timón, las velas y la quilla, pues siguió contándonos; “Sí, ya sabéis. Uno, o una, su mujer, el ex marido de su mujer y la amante del ex marido de su mujer; o uno, o una, su perro, la araña del techo, un montón de revistas con gente desnuda y algún póster a triple página; o uno, o una y el equipo de halterofilia (que lamentablemente no es ninguna perversión sexual) de su barrio; o uno, o una, su prima a la que siempre quiso tirar los trastos pero nunca hizo porque hasta ahora estaba mal visto, y la madre de ésta y tía de uno o una, que aunque de momento no nos atraiga, siempre tiene su morbo pensar en qué pasaría si la tía y la prima en medio de la cena … en fin, eso. Lo que hoy en día entendemos por familia.”. En ese momento levanté la vista hacia lo que para mí ya no era más que un pajarraco para pedirle que se callara de una vez, cuando vi que nuestro bebé se había quedado dormido con la infumable palabrería de su alado amigo, así que di por bien empleado el sacrificio de tener que seguir oyéndolo y continuamos con la ornamentación del salón, pero para evitar que el pequeñajo se despertara, decidí tirar de la lengua al loro y que siguiera hablando, así que le dije: “y ya está. ¿no?, ¿todo esto es la Navidad según tú?”, y entonces él adoptó un gesto de arrogancia muy suyo y siguió disparando, “por supuesto que no. También son alegres por lo que representan”. “Ah, y ¿qué representan?”, se me ocurrió preguntar, y ahí es donde de verdad me arrepentí de no haber comprado en su día una tortuga cuando le oímos decir: “En estas fiestas se conmemora el nacimiento en Figueres de Irún del segundo hijo de Montserrat de Getxo, ya que el primero lo decidió abortar por haberse quedado embarazada de él muy joven y no tener muy clara la paternidad, y Patxi Xoxé Fuster, al cual llamaron Xexús Mohamed Vladimir Wong, y cuya venida llenó de gozo a las civilizaciones aliadas lo que llevó a que la noticia de su nacimiento pronto se extendiera por todas las comunidades autónomas y nacionalidades históricas de la época, e hizo que cuatro presidentes magos de repúblicas más o menos lejanas, o mejor dicho dos presidentes y dos presidentas, por aquello de la paridad, vinieran guiados por el humo de los incendios forestales y el polvo de la tierra afectada por la sequía a la planta baja que okupaba la familia a lomos de sus dromedarios para llevar regalos al recién nacido. Bueno, para ser más exactos, unas veces a lomos de sus dromedarios, y otras veces sus dromedarios a lomos de ellos, ya que el mismo derecho tienen unos como otros. Jordi Abraham Lee, que así se llamaba el primer presidente, le trajo un decreto ley para evitar la recogida indiscriminada de uva al principio del otoño y la homologación de tan digno fruto con los humanos además de la obligatoriedad de poner una paga vitalicia a todas las viñas a las que se les cortaron racimos en los últimos 300 años, exceptuando las cortadas durante los periodos gobernados por su partido. Mariova Zoraida Arantxa, que así se llamaba una de las presidentas, le trajo un carné de nacionalista y diccionarios para poder traducir de todas las lenguas oficiales a todas las lenguas oficiales del territorio, menos en español, y latín por tratarse de lenguas muertas o en vías de extinción, Miroslav Curro ‘Ngebe, le obsequió con un permiso de residencia, talante y solidaridaz y Rose Judith Macarena Petrescu, le dio una bandera roja y gualda con un litro de gasolina y un mechero para que él los utilizara como mejor le pareciera, y un puzzle de cierta península europea el cual cada vez que lo mirabas tenía más piezas. (El orden de los presidentes ha sido elegido por riguroso sorteo).”. No daba crédito a mis oídos, ¿cómo podía un loro tener tanta imaginación?, “¿De dónde has sacado esta barbaridad?”, le tuve que decir mientras le olía el aliento y le revisaba las pipas para ver si había tomado algo raro, cuando él me contestó: “Pues no sé si fue así verdaderamente como ocurrió, pero a mí me gusta más esta explicación de los hechos ya que es mucho más moderna, universal, global, actual e integradora que la que hasta ahora os venían contando. Además, si las cosas siguen por el camino que van, ya hablaremos dentro de unos años y veremos a qué versión se parece más lo que os cuenten en algunos medios y colegios, si a la tuya de toda la vida o la mía actualizada”. Entonces me dirigí hacia su jaula con la intención de ponerle el capuchón cuando le pregunté: “¿Y es eso todo o tienes que decir antes de que te desconecte hasta que te tranquilices?”, y él encaramado a los barrotes de su jaula y mirándome en tono desafiante me contesto: “Pues mira. No te lo iba a decir, pero ya que me lo preguntas, Jordi Abraham Lee y Miroslav Curro ‘Ngebe eran pareja, y Mariova Zoraida Arantxa y Montserrat de Getxo habían tenido un lío un par de años antes. De ahí que en realidad no tenga muy claro a quién fue verdaderamente a visitar esta presidenta, si al niño o su madre”. Llegados a este punto, le puse el capuchón mientras le decía, “Feliz Navidad”, y aun desde dentro oí a mi lindo pajarito decir.”eso, como decís los antiguos, - Feliz Navidad -, pero con perdón”.

    el 18/12/2006
  • Crónica de un destino miserable

    Mi vida es un asco.

    ¡Con lo brillante que yo era en mi juventud! ¿Cómo he podido caer tan bajo? Yo era una especie de referencia para todos. Cuando se hablaba de calidad, me ponían a mí como ejemplo. Me señalaban con el dedo y decían “esto es calidad”. ¡Qué buen aspecto tenía yo en aquellos tiempos! Mi destino era triunfar, ser lo mejor de lo mejor, y sin embargo, ¿en qué ha quedado todo?

    Ha acabado en miseria.

    Salí de mi tierra hacia occidente a buscar pastos más verdes, y fui a Europa, al mundo rico, pero en lugar de encontrar el destino que esperaba, sólo encontré una vida cada vez más miserable. He acabado en un pueblo de mala muerte, viviendo en un cuartucho estrecho, frío y húmedo, hacinado con otros como yo, en un lugar sin ventilación, y cuando salimos de él, sólo salimos para ser maltratados. Vamos de un lado a otro constantemente, arrastrándonos por el suelo o amontonados en un trasto con cuatro ruedas, y en cuanto salimos de ahí, no paramos de trabajar. No paramos de cambiar de sitio a toda velocidad, y damos tantas vueltas que todos acabamos mareados. Nos estrujan, nos golpean, nos obligan a arrastrarnos, nos dan patadas, y cuando ya han decidido que tenemos bastante, volvemos al cuartucho frío y húmedo y allí nos quedamos hasta que toque volver a trabajar. Empezamos sucios y acabamos aún más sucios. Y nunca, nunca, nunca nos limpia nadie.

    Y ahora estoy aquí, esperando que me estrujen y que me golpeen, como siempre. Ya viene a cogerme el tipo ese medio calvo, con el número once en la camiseta. ¡Vaya pinta de pinta de mula tiene, el cabrón! Menuda coz me va a dar. Ya viene también el soplapitos ese vestido de negro que lo controla todo a base de soplidos.

    La mula me coge...

    ...coge carrerilla...

    ...el tipo del pito pita...

    Menuda hostia me van a dar.

    el 18/12/2006