Con todo esto he elaborado una lista de mis veinte obras electrónicas preferidas (por orden inverso para darle emoción a la cosa) y que pueden ayudar a las nuevas generaciones a buscar referencias que, tal vez, les quedan demasiado lejanas. Algunos de esos discos llevan en casa treinta años, y otros tienen suerte de estar en formato óptico porque si no, la aguja ya habría acabado con ellos.
Habrá quien no le interese nada esta lista y quien se sature de electrónica los próximos días vía programas de intercambio de ficheros. Seguro que habrá diferencias de criterios; obras que alguien habría añadido y otras que habría evitado. Sólo es un punto de partida. Si alguien considera interesante y decide iniciarse con ella o ampliar su fonoteca, espero que, dentro de treinta años tenga la perspectiva suficiente como para disfrutar de ella tanto como lo he hecho yo estos días.
20.- Chris Spheeris – Mystic Traveller (1996)
Empezamos con algo suave desde el punto de vista del impacto sobre el oído. Este disco se deja escuchar sin ofrecer resistencia. Es un conjunto de ideas que se suceden, a veces sin solución de continuidad, a veces con cierta precipitación, y que dejan la sensación final de ser una obra repleta de fragmentos de inspiración. Creo que es un disco perfecto para preparar una jornada de audiciones sucesivas.
Si os ha parecido interesante, probad con:
Mike Oldfield – Songs from a distant earth (1996)
Love is Colder than death – Mental traveller (1992)
19.- Jean Claude Risset - Sud (1987)
Me atrajo mucho la vertiente académica de la electrónica al enterarme que existía un laboratorio de investigación ubicado en un museo de arte moderno en París. Puede tratarse de un concepto difícil de asimilar porque requiere una predisposición por parte del oído, pero resulta muy curiosa si logramos superar las barreras del hábito. Se trata de composiciones inspiradas en modelos matemáticos, propiedades físicas, relaciones numéricas, etc; todo salvo melodía o referencias armónicas donde agarrarse.
Si superáis la prueba, podéis intentarlo también con:
Vangelis - Beaubourg (1978)
Francis Dhomont – Cycle du son (2001)
Guilles Gobeil – La mecanique des ruptures (2001)
18.- Tomas Köner – Nuuk (1997)
Prescindir de la melodía es una decisión arriesgada; prescindir de la solución armónica puede ser una locura. En este caso no nos enfrentamos al sonido por el sonido o a la programación como finalidad. Estamos ante uno de esos discos que logran mantener tensión musical a partir del volumen espectral que se retuerce y evoluciona a través del tiempo. Es difícil de escuchar si pretendemos sacar conclusiones clásicas, o tenemos otras necesidades más carnales; pero es muy atractivo si lo dejamos sonar sin prejuicios y permitimos que su universo tome posesión de nuestra mente.
Si os gusta esta propuesta, también os gustará:
Robert Rich & Lustmord - Stalker (1995)
Biosphere - Substrata (1997)
Ian Boddy - Chiasmata (2004)
Francisco Lopez - Azoic Zone (1993)
17.- Laurie Anderson – Big Science (1982)
A pesar de tratarse de un disco vocal, la visionaria Laurie Anderson utilizó los procesadores y vocoders de la época para filtrar tanto su voz como los diversos instrumentos acústicos de la grabación. El resultado es una obra vanguardista y fresca hasta el punto que ha envejecido muy bien.
Otros discos que me provocan sensaciones parecidas:
Jean Michel Jarre - Zoolook (1984)
Vangelis - The City (1990)
16.- Constance Demby - Novus Magnificat (1986)
Esta autora nos presenta un universo particular; si decidimos entrar en él nos sentiremos en el país de las maravillas. Eran los años del reinado del Emulator y su característica frecuencia de muestreo; eran los años de la digitalización y los nuevos matices sonoros. Es un disco elaborado con maestría del que cuesta recuperarse.
Si os parece interesante, podéis probar también con:
Steve Roach - Atmospheric Conditions (1999)
Vangelis - Soil Festivities (1984
15.- Fernan Birdy - Musica Espacial
A pesar del especial cariño que le tengo a este disco porque viví de cerca su gestación, he de decir que, objetivamente, es también una obra magnífica. Editado para un sello de musicoterapia y distribuido minoritariamente, quiero reivindicar una composición ambiental digital grabada al viejo estilo.
De tesitura semejante aunque menos orgánica, podéis probar con:
Teddy Bautista- La memoria del agua (1993)
14.- Steve Roach - Desert Solitaire (1989)
Tener una idea y perseverar en ella es admirable, y saber utilizar el MIDI sin que el resultado parezca que todo es un conjunto de eventos en la pantalla, es una proeza. Roach consiguió sacar en este disco lo mejor de la tecnología digital de aquellos años y evitar los lugares comunes. Logró darle una verdadera importancia a las posibilidades espectrales de los sintetizadores digitales, y sobre todo logró que los demás nos diéramos cuenta de ello. Creo que este disco es uno de los pasos más importantes que se hicieron en ese sentido para consolidar y lavar el buen nombre del entorno digital de la electrónica. El disco es amplio y pausado como el desierto que el autor solía visitar en su juventud.
Si os ha gustado, probad con:
Harold Budd & Brian Eno - Ambient 2 (1980)
13.- Kraftwerk – Computerwelt (1981)
Después de tanto tiempo todavía me cuesta entender cómo unas composiciones tan centroeuropeas siguen resultándome atractivas. Piezas retrofuturistas, de cadencia humanoide, bajo las tres leyes fundamentales de la robótica y ciertas dosis de ingenuidad. Desde luego, Kraftwerk siempre han sido otra cosa.
Otro disco semejante:
Nefkom – Transit (1993)
12.- Tangerine Dream - Phaedra (1974)
Este disco sorprendió a propios y extraños al colarse en los primeros puestos de las listas que dicen lo que tienes que comprar para ser moderno. Fue una obra valiente y creativa, que endureció el concepto de progresión en la música electrónica. Aportó nuevas sensaciones y supuso un punto de partida a otros músicos que adoptaron este camino como forma de expresión. Incluso a los propios TG, pero esa es otra historia. Arpegios y síncopas hasta el infinito.
Si os interesa este tipo de electrónica, probad también con:
Klaus Schulze - Moondawn (1976)
Steve Roach - Core (2001)
Ian Boddy - Triptych (2001)
11.- Ray Lynch - Deep Breakfast (1984)
Lynch es un compositor que utilizó la electrónica como un paso intermedio hacia otros objetivos y, para nuestro regocijo, en ese tránsito grabó un disco de calidad incontestable. Era la época de la tecnología transistorizada y los arpegios que brotaban entre los filtros resonantes; arpegios que daban paso y apoyo a melodías (afortunadas en este caso) que evolucionaban en piezas de fuerte carga emocional.
Si os gusta este disco también pueden resultaros atractivos:
Joel Fajermann - Inventions of Life (1991)
Wavestar – Moonwind (1987)
Pep Llopis – Las noches y los días (1992)
10.- Tangerine Dream - White Eagle (1982)
No es la obra más representativa de TG, pero esta es mi lista (sic) y creo que es interesante porque se distancia un poco de sus combinaciones habituales. Acostumbrados a los arpegios imparables de la banda y de la búsqueda de melodías entre la rejilla de cuantización, este disco supone algo de aire fresco por ser menos cuadrado en su concepto. No es que sea un punto de inflexión; son los mismos TG de toda la vida, pero con un punto más de inspiración y osadía. No quiero saber qué comieron durante aquellas semanas.
Si os ha gustado este disco también podéis probar con:
Michael Shrieve - Transfer Station Blue (1986)
El sueño de Hyparco – Ambientes Hormonales (1989)
Software – Chip Meditation (1987)
9.- Wavestar - Zenith (1985)
Este disco parece que no tiene ninguna aspiración en una primera escucha pero es de esos que acaban formando parte de todas las listas personales. Es un disco muy homogéneo, donde han sabido sacar el mayor partido a las características de los instrumentos y las posibilidades del momento. Tiene ciertos matices melancólicos que pueden llegar muy profundo.
También os puede interesar:
Himekami – Zipangu (1993)
Vangelis – Antarctica (1983)
Kitaro - Silk Road (1980)
Jerry Goodman – On the future of aviation (1985)
8.- Klaus Schulze - Timewind (1975)
La escuela de Berlín, el rock progresivo, la experimentación física y mental, la electrónica analógica modular, la certeza de ser pioneros… todos estos ingredientes produjeron discos donde parece que no pasa nada pero cuando queremos darnos cuenta llevamos veinte minutos en una burbuja flotando sobre campos de fresas de colores. Este es un disco no apto para melódicos ni impacientes; sólo recomendable para los que deseen vivir una de las mejores experiencias electrónicas habidas y por haber.
Si os ha gustado, probad con:
Neuronium - Digital Dream (1980)
Klaus Schulze - Mirage (1974)
7.- Peru - Constellations (1981)
Durante los primeros años ochenta, los músicos electrónicos se emborracharon de las nuevas tecnologías. De repente desecharon todo el bagaje analógico para perderse en las zonas más fáciles del entorno digital. La verdad es que fueron años difíciles, donde casi daba miedo comprar discos porque podías encontrarte con cualquier cosa dado que la mayoría de las veces no lo habías escuchado antes de acudir a la tienda de discos. Pero no todo estaba perdido y surgieron discos de calidad que (unidos a las imposiciones hormonales del momento) quedaron grabados en el subconsciente de muchos ad aeternam. Este disco está bien facturado aunque reconozco que necesita algo de predisposición para ser escuchado. Es una de esas obras que necesitan un poco de nuestra parte, pero que son generosas en agradecimiento.
Si os ha gustado, podéis intentarlo también con:
Vangelis - Spiral (1977)
Thierry Fervant - Univers (1980)
Mannheim Steam roller - Fresh Aire V (1983)
Nova - Terranova (1982)
6.- Joel Fajerman - La aventura de las plantas (1982)
Históricamente la música electrónica se ha asociado, por puro desprecio o ignorancia (o ambas) a las producciones documentales. Pero nadie podía creer que una pieza electrónica fuera capaz de contener tanta emoción en sus cinco minutos de duración. Creo que todo el mundo estaba enganchado a aquel documental de la 2 que hablaba de vegetales e insectos sólo por disfrutar de la música y poder leer el nombre del autor en los títulos de crédito (sobre todo porque algunos ya estaban en la edad del cuento de las abejas y la polinización). Es un disco sencillo, directo e intenso.
Si os gusta, también podéis intentarlo con:
Peter Baumann - Romance '76 (1976)
Exchange - Beyond words (1993)
5.- Suzanne Ciani - Seven Waves (1982)
Descubrí a esta mujer en una reedición de Private, en una época donde estábamos siendo bombardeados por la moda de la new age: cajón de sastre donde parece que cabía cualquier cosa que no fuera rock. Bien; este disco costó un par de años en grabarse, y eso, en un recién estrenado entorno digital, es buena señal. Se trata de una obra que exhala sensibilidad y ternura; yo creo que Ciani no ha vuelto a dejarnos una obra de iguales características. De hecho, tras el segundo disco empezó un paulatino abandono de la electrónica que personalmente lamento bastante.
Otras obras que pueden gustaros:
Wally Badarou - Words of a Mountain (1989)
Vangelis - Opera Sauvage (1979)
Wendy Carlos - Tales of heaven and hell (1998)
Richard Burmer - Mosaic (1984)
Isao Tomita - Snowflakes are dancing (1974)
4.- Michael Stearns - Encounter (1988)
Electrónica planeadora de primer orden. Preparaos para volar bajo, alrededor y dentro de un platillo volante. La música, carente de melodías donde asirse es un ejemplo de audacia y tenacidad; nos envuelve desde el primer segundo y no perdemos esa sensación hasta minutos después de haber acabado el disco (si es que reparamos en ello).
Si os ha gustado este disco también puede interesaros:
Alio Die & Mathias Grassow - Expanding Horizon (2002)
Steve Roach - Midnight Moon (2000)
3.- Pascal Languirand - Minos & De Harmonia Universalia (1978 & 1980)
Entramos en puestos de podio. No descubrí este autor hasta una reedición en los años noventa y lo lamento mucho. Es un trabajo analógico con una buena mezcla de electrónica etérea y melódica. El resto de trabajos de Languirand no me han llegado tanto como este, que recomiendo escuchar en la oscuridad, sobre todo si habéis tenido un mal día.
También pueden gustaros:
Brian Eno - Apollo (1983)
Klaus Schulze - X (1978)
2.- Vangelis - Bladerunner (Ed. Esper 2CD)
Poco se puede decir de esta banda sonora mastodóntica e impecable. Con esta edición (hay otras algo menos afortunadas), Vangelis muestra la música tal y cómo él la concibió. Aparece algún diálogo cuya calidad de sonido no está a la altura de la producción, pero no empaña el conjunto. Imprescindible.
Sólo se me ocurre aconsejar otra obra del mismo autor:
Vangelis - Conquest of paradise (1992)
1.- Jean Michel Jarre - Equinoxe (1978)
Este debe ser el disco de cabecera de muchos. Yo lo he escuchado, estudiado y diseccionado cientos de veces. Es una obra de arte por inspirada, de artesanía por dedicación, precisa porque no le sobra ni una nota y orgánica por el carácter analógico donde el sonido es tan importante como la composición. Me fascina su sencillez de concepto y la complejidad con que se ha llevado a cabo la producción para obtener la que podría ser la mejor obra electrónica de todos los tiempos.
Sólo se me ocurre compararlo a otros dos del mismo autor:
Jean Michel Jarre - Oxygene (1976)
Jean Michel Jarre - Oxygene 7-13 (1997)