Recuerdo que hace un tiempo, LGarrido publicó un post acerca de la música en vivo, aunque más centrado en la situación de la música "clásica" en directo. Me acordé de él y su post el otro día, porque estuve en un concierto en el Auditorio Nacional la semana pasada.
Se suele recomendar ir a conciertos en vivo para hacerse una idea de cómo conseguir un sonido y balance realista de un mockup, porque las preguntas acerca de mezcla, balance de secciones, etc, son muy recurrentes. He ido a muchos, muchos conciertos, pero hacía tiempo que no. Y realmente fue una experiencia que abre mucho los ojos.
Lo primero de lo que uno se da cuenta es de que estamos totalmente mediatizados por el sonido cinematográfico. Ojo, esto no es necesariamente malo, pero es totalmente irreal respecto de lo que es una orquesta real tocando música en una sala en muchos casos. En mi caso particular, cuando hago un mockup, no intento conseguir un sonido Hollywood, porque me interesa menos, sino conseguir un sonido natural, que me interesa más. Esto es simplemente una preferencia personal. Una orquesta tocando en vivo no tiene nada que ver con el sonido Hollywood, así de claro. Pero nada.
En el caso del concierto del otro día, una de las piezas que tocaban era la mítica, archiconocida, y hasta cierto punto abusada Sinfonía nº 9 de Dvorak. Todo cristo ha escuchado esta sinfonía muchas veces, aunque sólo sean trozos en anuncios. En el concierto del otro día, la orquesta era decente, aunque relativamente pequeña, en total 55 músicos, repartidos de la siguiente manera:
Cuerdas: 11-8-6-6-4 (V1+V2+Vla+Celli+Bs)
Maderas: 2+2+2+2 (Fl+Ob+Cl+Fg)
Metales: 2 trompetas + 2 trombones tenores+1 trombón bajo+1 tuba+4 trompas
Percusión: 2 percusion
istas
El balance estaba un poquitín raro, eso sí, algunas cuerdas más hubieran estado bien para mejorar el balance general, pero bueno, era suficiente orquesta para interpretar la sinfonía en mi menor sin problema.
Después de llevar bastante tiempo sin ir a escuchar música en directo por temas de tiempo, por una lado me di cuenta que con tanto mockup orquestal, mi atención a los aspectos técnicos de la música, que en general siempre ha sido alta, ha subido una barbaridad. Y además me está empezando a pasar como con el piano, tanto tiempo usando instrumentos virtuales me han desarrollado el oído a las desafinaciones una barbaridad. Un horror. Igual que no puedo tocar un piano real sin notar inmediatamente si alguna nota está unas centésimas por arriba o por abajo, he llegado a un punto en el que con la orquesta me pasa igual. Las pequeñas desafinaciones en los acordes de las trompas, las pequeñas desafinaciones en los corales de los metales, en los acordes de las maderas, e incluso dentro de la sección de cuerdas me saltaban al oído como un tiro. No me impide disfrutar de la música, claro que no, pero si fuera director de orquesta traería locos a los músicos.
Entiendo que hay algunos fallos de afinación que son inevitables en directo, sobre todo en trompas y trombones, donde se suele utilizar afinación pura. En las cuerdas algo que me llamó la atención es que esas pequeñas desafinaciones dentro de la sección lo que hacen es darle "calorcito" siempre que no sean demasiado evidentes. Al final entre 35 músicos de cuerda, esa pequeña desafinación en algunos sitios le da cuerpo a la sección, aunque suene raro decirlo.
Este tema de las afinaciones es casi casi lo primero que voy a probar en mi próximo mockup, a ver si con un poquito de desafinación aquí y allá se gana en cuerpo y realismo como en la vida real.
La segunda cosa que me asaltó el oído y el cerebro es el tema del balance orquestal. Lo tenemos totalmente distorsionado en la cabeza, así de claro. Cosas que saltan evidentemente a la oreja:
1 - Las trompas no son ni por un dios tan ruidosas como nos creemos. Entiendo que en Hollywood se utilizan a veces secciones de 8 o 10 trompas para dar el tono épico y además el ingeniero sube el fader, pero en la vida real, las trompas están mucho más cerca de las maderas que de los metales, si se me permite la expresión. Una trompa sola puede perfectamente hacer una duetto con la flauta o el clarinete y estar perfectamente acoplados en el plano sonoro. 4 trompas en ff no eclipsan una sección de cuerdas. En resumen, las trompas empastan la orquesta mucho más de lo que suena en las pelis, son realmente el "pegamento" entre secciones, y son capaces de hacer muchísimas, pero muchísimas cosas más que la melodía épica de turno. Salvo en pasajes ff y en tutti, por lo que vi, y sin mirar la partitura, es raro que haya unísono de todas las trompas. Los compositores ya se han ocupado del balance orquestal utilizando dos trompas o una trompa sola para que su volumen realtivo encaje con las cuerdas o las maderas.
2 - Las trompetas tampoco son tan ruidosas como nos pensamos. Obviamente si tienes una sección con 4 o 6 trompetas, son brutalmente ruidosas, pero lo normal no es eso. Las trompetas también empastan bien con el resto de la orquesta. En este concierto, que la sección la componían dos trompetas en lugar de las tres que suele ser más habitual, la proyección del sonido era la suficiente, sin opacar nada de lo demás. Al igual que las trompas, es perfectamente válido (e increíblemente común) doblar las trompetas con las flautas o los oboes para darles un sonido más afilado o más nasal, y dos flautas o dos oboes con dos trompetas encajan perfectamente. Esto es difícil de obtener con samples, donde parece que las trompetas están recién salidas del día del juicio y parece que sólo tienen la dinámica desde f hacia arriba. En la vida real esto no es así. Las trompetas son capaces de tener un sonido redondo al tocar piano, pero son capaces de mantenerlo incluso tocando forte. Cuando las trompetas aumentan su dinámica no suenan por definición metálicas, con el zumbido propio de las librerías. De hecho, la mayor parte de las veces, las trompetas mantienen su sonido "redondo" incluso tocando f. El zumbido metálico de las librerías se utiliza muy poco. En las librerías, normalmente es imposible librarse del zumbido en el momento de aumentar la dinámica.
3 - Los trombones, y aquí coincido plenamente con R.Strauss, son MUY ruidosos. Dos tenores y un bajo haciendo un acorde pueden eclipsar a todo cristo, quizá con la excepción de los timbales. Incluso tocando piano, los trombones tienen bastante volumen. Y estoy seguro de que los trombonistas tienen muchísimo cuidado con sus dinámicas, es simplemente que la proyección del sonido de un trombón es potente y directa a la audiencia. Y otra cosa, un coral (bien) tocado por los trombones es una maravilla. Otro instrumento que puede tener un sonido redondo y calentito, y que pueden mantener esa "redondez" a lo largo de casi toda su dinámica.
4 - Las maderas, salvo en un tutti del copón, son perfectamente audibles, mucho más que en la música para imagen. Incluso en piezas de Johnny Williams, que le pirran las maderas, las maderas en los mockups normalmente están enterradas, y en la vida real no es así. Otra cosa curiosa es que las maderas más audibles son las flautas, bastante más que el oboe y el clarinete. Clarinetes y Fagots tienen un papel fundamental en la orquesta, mucho más de lo que muchas veces nos pensamos. Nos encantan las escalas y florituras de Williams, pero las maderas hacen muchísimo más. Sinceramente, creo que ha pasado a ser mi sección favorita de la orquesta, capaces de muchísimo, con una combinación de timbres muy especial. Entiendo perfectamente la preponderancia que obtuvieron las maderas en los grandes orquestadores, basta escuchar cualquier cosa de Ravel.
5 - Salvo que uno toque los timbales y además tenga una librería muy especializada, en los mockups hacemos un apaño. El percusionista del otro día tenía al manos 4 juegos de mazas diferentes, y dependiendo del punto de la sinfonía utilizaba unas u otras. Esto no está en la partitura, sino que entiendo que es decisión del músico y el director. Las diferentes mazas permiten al percusionista jugar con un sonido más lleno y con más graves, un sonido más afilado y con menos armónicos en pasajes que sean más rápidos, etc. Además, los redobles de timbal que tienen las librerías no suenan, lamentablemente, ni por un dios como unos timbales reales. Hacen un apaño, pero arrancar un par de golpes en forte en un redoble y bajar a pianissimo para hacer un crescendo otra vez hasta el forte, en la vida real, produce un sonido sin saltos, que retumba a lo largo de todo el rango dinámico. No tengo los timbales de OT o Timphonia, que parecen ser las librerías más completas en cuanto a timbales, habría que probarlas.
6 - El panorama. Tanto volvernos locos con el panorama de los instrumentos, que si los V1 y V2 a la izquierda, que si los Vcl y los Bs a la derecha, que si cómo pongo las maderas, que si donde suenan mejor las trompas... En una sala, el panorama de las cuerdas queda mucho más difuso que en un mockup, entre otras cosas porque el sonido también se propaga hacia arriba y por el suelo, y además porque una grabación sería muy diferente también del sonido real. Yo normalmente pongo los V1 a la derecha (no mucho, para abarcar más espectro) y los V2 a la izquierda, al estilo Tchaikovsky, para nivelar un poco los graves y agudos en el panorama. Las maderas, que alguna ve me he vuelto algo loco probando y decidiendo su ubicación, también me abrió los ojos verlos en directo. De frente al director, en dos filas. En la fila de delante (justo detrás de las violas), las flautas algo a la derecha y los oboes algo a la izquierda desde el punto de vista del director, en la segunda fila, los clarinetes algo a la derecha y los fagots algo a la izquierda. Lo he probado en un tema que tengo entre manos y funciona de coña. Si es que menos es más. Con esa disposición quedan las maderas compensadas, pueden jugar con los metales de la izquierda y las trompas de la derecha, etc. Ya me he hecho nota mental y lo he modificado en mi plantilla habitual. Antes, normalmente ponía Fl y Ob demasiado a la izquierda, y los clarinetes algo a la izquierda también. Mucho mejor ahora.
7 - Y por último, y sé que esto es polémico, ir a un concierto o escuchar con atención una pieza de los grandes de verdad lo que hace es empequeñecer a los compositores para cine, la verdad. El nivel musical de unos y de otros está a años luz. Obviamente la música para cine está hecha para una cosa concreta, pero igual que lo está la música de las operas, operetas, o música incidental para teatro, y también en estas la diferencia es abismal. Abismal (en cualquier caso, tampoco quiero entrar en las polémicas habituales, para nada).
Me ha dado por escribir este post a modo de reflexión Tocho inside total, pero hay muchas cositas que quiero probar en mis mockups y que vienen de haber prestado atención en un concierto. Imagino que el resumen y moraleja de todo esto es: id a conciertos. Además de ser una experiencia sonora y musical acojonante, se aprende una barbaridad y se da uno cuenta de lo que son 50 tíos tocando juntos. Por un lado uno se deprime, pero por otro se viene uno arriba por el hecho de que podamos acercarnos, al menos un poco a eso, con las herramientas que tenemos hoy día.