oscare: sí esa es la serie de vídeos a la que me refería, las gracias han de ir hacia m.a.mateu que es el que avisó de ellos.
mikolopez:
Mikolopez escribió:
no se puede ignorar la importancia que tiene para la relación F-C el hecho de que C sí es armónico de F
La cuestión es que (tal como yo lo veo) presentarlo así nos 'saca' de la tonalidad de C, porque (tal como tú dices) pasas a considerar a C como armónico de F (es decir, tu base pasa a ser F y ya no sigues en la 'tonalidad' o 'base' de do). Puede parecer una cuestión menor, pero para mi gusto sí afecta después a la hora de contar algunas de las bases de la armonía.
Si se estudia la serie armónica de G se vé que uno de cada dos armónicos ya está presente en la serie armónica de C.
Si se estudia la serie armónica de F e vé que uno de cada tres armónicos ya está presente en la serie armónica de C.
Si se estudia la serie armónica de E e vé que uno de cada cuatro armónicos ya está presente en la serie armónica de C.
Estudiado de esa manera, nunca dejamos de tener C como 'base de referencia' y lo que buscamos es considerar en cada otra nota qué partes ya están en C y que partes son 'nuevas'. Se evita la necesidad de pensar en C como armónico de F (y la inversión o cambio de tonalidad que ello implica). Me parece una justificación más plausible y congruente con la idea de 'tonalidad' esta de contrastar los 'otros' sonidos frente al 'básico' (al tónico) y no jugar con inversiones que en certa medida lo que están haciendo es buscar la justificación saltando a otra tonalidad (con lo que deja de ser válida).
Visto de esa manera que propongo, queda claro que la menor 'novedad' es la que aporta la nota G (sólo la mitad de sus armónicos son 'nuevos' en un contexto de C) y eso ayuda a entender porqué la quinta justa es un sonido tan 'prescindible' cuando tocamos acordes a varias voces. Digamos que 'apenas se hace notar' su presencia cuando ya tenemos presente el sonido C o estamos en la tonalidad C (y por tanto el sonido C está como 'fondo' incluso si no está presente en un instante determinado).
La siguiente nota más fuertemente relacionada (en el tipo de relación de la que estamos hablando) con C sería F, pero es una relación algo menos fuerte que la que mantiene G.
Son las dos notas por tanto que actúan como 'parientes' más cercanas a C. Si ahora pensamos acórdicamente (recordando que las tríadas mayores en el fondo están ya presentes en el desarrollo armónico de las notas mismas), la tríada de G y la de F serían las que tendrían una mayor resemblaza hacia C, pero con esas diferencias de fuerza. Una tiene una gran fuerza, y la otra una fuerza un poco menor. La dominancia como tendencia principal y marcadísima hacia C , y la subdominancia como una tendencia existente pero menos marcada, quedarían así justuificadas.
Por cierto, ya que estamos, la facilidad con la que aceptamos todo tipo de dominantes (secundarios, extendidos, etc.) también (además de por los criterios de estética musical) tiene un apoyo o refuerzo en las consideraciones ligadas al desarrollo de la serie armónica y la consonancia, puesto que como sabemos en el desarrollo armónico los primeros armónicos corresponden a sonidos del fundamental o sus octavas, la quinta o sus octavas, la tercera mayor o sus octavas, y la séptima
menor (con lo que formar un acorde dominante sobre cualquier nota es tan 'natural' como lo es formar la tríada mayor).
Sé que hay muchos libros de teoría clásica que se empeñan en decir que es la séptima mayor la que aparece en la serie armónica pero no es cierto, es la séptima menor (no exacta, pero sí que el armónico que aparece es notablemente más próximo a la séptima menor que a la mayor). Pretender lo contrario es algo que está influido por un cierto dogma cultural de la música en ciertos siglos que a día de hoy ya no tiene sentido mantener (y la práctica así nos lo dice, no en vano la música tonal y su evolución es en cierta medida la música de los acordes dominantes).