Hace poco más de 3 meses escribía: “De nuevo vuelve a concretarse la “necesidad” de salvar a la banca al precio que sea siempre y cuando ese precio sea costeado por el contribuyente. Es triste tener que volverlo a explicar pero si cualquier empresa es responsabilidad de sus dueños (es decir, sus accionistas), ¿por qué no se recurre a ellos en el caso de los bancos en lugar de al dinero público? ¿Qué Bankia necesita liquidez? Pues que haga una ampliación de capital, aunque sea con un descuento del 50% sobre su cotización bursátil, que seguro que lo consigue. ¿Qué los bancos tienen activos tóxicos? Que los vendan, al precio que sea pero que no se destinen fondos públicos para eso. Si no hubiéramos ayudado a la banca en 2008 es lo que hubieran hecho, venderlo todo y ahora estarían saneadísimos, habrían podido ampliar capital al doble de cómo cotizan ahora y la inversión inmobiliaria la hubieran podido colocar un 20 o 30% por encima de cómo podrían hacerlo en la actualidad. Pero ojo a lo de Bankia porque aún es más extraña la ayuda pública que se la va a dar ya que son propiedad suya el 20% de Indra, el 15% de Mapfre, el 12% de Iberia, el 5% de Iberdrola, el 2% de Sacyr, el 1% de BME y fuera del Ibex tiene diversas participaciones en NH, Metrovacesa, Deoleo, Globalvía, Realia, Mecalux…claro, tal y como está ahora la bolsa española si lo vende todo perderá mucho dinero respecto a cómo lo tiene revaluado pero antes de quitarle el dinero al contribuyente, ¡que vendan a como esté, como haríamos cualquiera de nosotros si pasáramos por un momento de apuro económico!”
Pero todos sabemos lo que ha pasado, Bankia –que aún sigue con su cartera de participaciones- llevó a que pidiéramos un rescate bancario que a su vez empujó a máximos a nuestro riesgo de impago y ahora la única alegría de nuestro mercado de deuda procede de la idea de que vamos a pedir un rescate y eso provocará compras por parte de BCE, es decir, que hemos ligado la solvencia del país a la de nuestra peor banca y ahoranecesitamos ayuda externa. Muchas veces he escrito ya sobre la mala banca y todo apunta a que los próximos días “El Gobierno va a ser el propietario de la inmobiliaria más grande de España” con la creación del “Banco Malo” (que no hace ni 4 meses negó: De Guindos descarta la creación de un “banco malo”) que de nuevo pondrá dinero público al servicio del sistema financiero, esta vez para que se saneen los balances de la banca, esos que nuestros reguladores no son capaces de conocer con exactitud como demuestra el desfase de cifras cada vez que se interviene una entidad. Los defensores de esta medida por un lado argumentan que esta sí que va a ser la solución definitiva y por otro que va a ser una operación rentable para el estado. Lo primero no es cierto ya que sólo se comprará una pequeña parte de los activos inmobiliarios (y aunque fuera el 100% hay otros problemas en la banca como la morosidad de las empresas o la enorme cartera de deuda pública) y lo segundo es una suposición que no está basada en los hechos ya que si fuera un chollo comprar, habría aparecido dinero inversor final y éste no se deja ver porque aún debe ajustarse bastante más el precio.
No obstante, ya comenté una vez que entiendo que el estado adquiera suelo porque lo puede administrar muy bien ya que en su mano está el recalificarlo para el uso que crea más rentable, su coste de mantenimiento es mínimo y siempre puede utilizarlo en su relación con las administraciones locales pero ¿Qué va a hacer el estado con los pisos y las promociones que empresas especializadas no han sabido rentabilizar? Si creen que basta con poseerlas durante unos años para recuperar la inversión al más puro estilo “pasapisero” y que todo eso no tendrá un coste, es que aún están menos preparados de lo que parece. Con todo, aunque el banco malo sea rentable –que lo dudo muchísimo- el problema para mí es el por qué siempre aparece la ayuda del estado para la banca cuando se la merece muchísimo menos que el resto de sectores económicos que con esa misma atención incluso generarían empleo. Sin entrar en las inyecciones de capital –que en su día fueron créditos del FROB- que difícilmente se recuperarán al 100% en al menos 3 casos (Cataluña Caixa, Nova Caixa Galicia, Bankia) lo que supondrá una pérdida de algunos miles de millones de euros, lo que más me llama la atención son los casi 100 mil millones de € de deuda bancaria que se ha podido colocar porque está avalada por el estado, ¿Por qué avalar la deuda de la banca y no la de los concesionarios de coches o la de las peluquerías o la de los ayuntamientos?
Cuando muchos criticaban que BCE inyectara dinero al 1% a la banca con sus LTRO pero se negara a comprar deuda española o italiana en el mismo periodo al 4% (lo que de hecho era regalar dinero a la banca para que comprara en las subastas y en el mercado secundario), quizás no tenían en cuenta que nuestro gobierno estaba haciendo lo mismo. Hasta ahora España jamás ha avalado la deuda autonómica ni local y por eso muchas autonomías se han visto obligadas a emitir al doble o al triple que el Tesoro pero ese mismo estado central sí que ha avalado la deuda emitida por la banca –respondiendo por ella en caso de quiebra- lo que les ha permitido colocarla. Es decir, el estado no ofrece sus garantías a nadie, ni siquiera a otras instituciones que también son estado, pero sí que se las ofrece a la banca lo que aumenta el incentivo –ya de por sí grande- para evitar a toda costa que haya una sola quiebra. Y encima es totalmente incoherente con sus peticiones de mutualización de deuda y eurobonos a nivel europeo ya que España es el primero que no lo hace con la deuda local pero sí quiere que lo haga –por ejemplo- Holanda con Portugal. Pide –y muchos le animan a ello- que Europa haga lo que no sucede ni dentro de España, ¿O es que los navarros votarían a favor de asumir parte de las deudas de Valencia? No, pero es que si el público pudiera votar, tampoco estaría de acuerdo en utilizar tantos recursos del estado para que nuestros bancos –que además reciben enormes cantidades de liquidez barata del BCE- no tengan problemas con su deuda… mientras el resto del país –empresas, ciudadanos e instituciones locales- no disponen de crédito.
En cuanto a las bolsas, siguen con su fuerza alcista (con nuevos máximos anuales intradiarios en S&P500 y Nasdaq100) a pesar de que la falta de buenas noticias económicas les impiden progresar más y sí se ha notado una menor alegría en el Ibex ya que no se acaba de concretar el “ansiado” rescate. Es curioso cómo, basándose en unas palabras poco concretas de Draghi y a pesar de que todos sabemos que no hay unanimidad en Europa sobre ello, la mayoría se han creído un escenario en el que los problemas de la deuda española e italiana se van a resolver, incluyendo un rebote en el precio del €. Pero cada uno es libre de hacer las apuestas que quiera, lo que no es comprensible es que si finalmente no ocurre lo esperado se eche la culpa a los que siempre han sido claros con el tema. Se podrá o no estar de acuerdo pero las expectativas no han sido creadas ni por el Bundesbank ni por Finlandia –por poner dos ejemplos- y tampoco serán pinchadas por ellos ya que siempre ha mantenido la misma actitud, son los demás los que han dado por hecho que iban a cambiar de opinión o que les podrían obligar a aceptar un nuevo escenario. Y es quecada vez hay depositadas más esperanzas en los dirigentes de la €zona aunque todos sabemos que son los campeones de la decepción… y como vemos en este gráfico el € no es la panacea para el Ibex precisamente