Origami, no se puede discutir, la tauromaquia es indefendible, lo ha dicho antes mi mujer. Pero te aseguro que la gente torista (básicamente la gente de la mitad norte de España, pues en el sur, tópicos aparte, son más toreristas) son respetuosos y celosos con las maneras, bastante tradicionalistas por cierto, protocolos y reglas, aunque parezca incongruente: hay un presidente y un reglamento (y muy severo) y cultura taurina, al aneimal se le tortura; pero brevemente y con unas pautas muy estrictas, aunque prescindible tiene un porqué.
Pero , por favor, Origami, por bien de tus alumnos, no pretendo y además es imposible convencer a nadie (y menos de algo que me he quitado por estar lo suficiente en contra); pero cosas que desconozcas (ya te he dicho que si tienes tantos reparos no te aconsejo el postgrado) no las des por tan categóricas; a un perroflauta no me pongo a enmendarle la plana; pero a tí, que has de tener alumnos , en esencia controvertidos, sí.
Dreamtopía; a mí tampoco me parecen todas las artes del mismo rango; pero tampoco todos lso saberes: hay artes mayores y menores, igual que hay filosofía y periodismo u opinión.
Desde luego nunca comparé los toros con la arquitectura, por ejemplo...
Igual que no tengo en la mismo estima determinados pensamientos que una obra de Spinoza o de Cioran.
Ya he dicho antes varias veces que me he quitado de los toros, entre otras cosas por prescindibles; cuando te vas haciendo viejo has de aprender a soltar lastre a tiempo.
Además, en realidad el debate está mal enfocado: no deberíamos estar hablando de "prohibir" los toros, sino de respetar una norma que ya está legalmente aceptada que es que no se debe maltratar a los animales. Y simplemente que una fiesta por muy popular que sea, no debe saltarse esa norma.
Sí, ese anticatalanismo existe en la España interior y haces muy bien en opnorte a ello; pero tambien existe en sentido inverso.
Si me da por ahorcar un perro en mi balcón mostrándolo públicamente espero que nadie del Ayuntamiento de mi localidad venga a decirme nada. Ni que nadie me diga que estoy violando alguna ley, ni que estoy maltratando a ningún animal, porque por encima de todo eso está mi legítima "libertad" para hacer lo que me salga de los huevos. Y más un Ayuntamiento que subvenciona la realización de espectáculos de tortura semejantes a escasos metros de donde vivo.
Para mí el problema no radica esencialmente en la prohibición de tal práctica en sí misma sino en la prohibición de la tradición. Sea cual fuere, prohibir una tradición siempre será problemático.
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