Cuando suenan varios instrumentos a la vez, en numerosas ocasiones, dos o más instrumentos comparten un cierto rango de frecuencias y al sonar al unísono, puede que no se diferencien bien uno del otro, que ese rango concreto tenga demasiado sonido y se engorrone, o resulte demasiado estridente.
En las mezclas, los ecualizadores sirven para atenuar o resaltar determinadas frecuencias o rango de frecuencias, de forma que podamos esculpir el sonido y lograr que todo suene conjuntado pero a su vez diferenciado de forma natural. En una buena mezcla se puede identificar perfectamente cada instrumento.
Para hacer una mezcla podríamos prescindir de los compresores, reverbs y otros efectos pero del ecualizador no. Visto de otra forma, el ecualizador viene a ser como una cuchilla que nos permite cortar el sonido para que todos los instrumentos presentes encajen los unos con los otros.
Antes de entrar en materia hay que hacer una puntualización previa. Al mezclar en general una grabación de estudio pero sobre todo al ecualizar, necesitamos estar en un entorno en el que no se falseen las frecuencias, es decir, una sala que no resalte o ahogue determinadas frecuencias. Por otro lado, necesitamos un par de monitores de estudio de respuesta plana por el mismo motivo, para que el sonido no quede falseado desde la fuente.
En los estudios lo que se hace es cubrir las paredes y techos con material para acondicionar o vestir mucho la sala. Luego se colocan monitores de campo cercano, que son un tipo de altavoz preparado para ofrecer una respuesta plana y ser escuchados de cerca.
Si tuviéramos que mezclar en un directo, entonces lo que necesitamos es escuchar la sala o recinto porque vamos a tener que compensar sus deficiencias. El público absorbe gran parte del sonido y muchas veces, lo que hacen los técnicos de sonido es preparar una mesa con unos ajustes durante las pruebas de sonido y luego hacer correcciones rápidas cuando el aforo está lleno y suenan los primeros temas.
Controles de un ecualizador
Para mezclar normalmente se usa lo que se llaman ecualizadores paramétricos. Un ecualizador paramétrico es un aparato que nos permite actuar sobre varias frecuencias que se dividen en “bandas”. Muchos suelen traer un par de filtros y tres o cuatro bandas pero hay un sinfín de variaciones. La sección de ecualización que trae cada canal en una mesa de mezclas, es un ecualizador de este tipo.
Frecuencia Obviamente el control más importante. Con este control definimos sobre que frecuencia vamos a actuar en una banda. El oído humano responde a sonidos desde los 20hz hasta prácticamente los 20khz y los ecualizadores paramétricos nos permiten escoger cualquier frecuencia entre estos dos puntos.
Los sonidos no suenan solo en una determinada frecuencia, por ejemplo en los 2000hz. Tienen un punto que es “fundamental” para definir sus características principales y luego está rodeado por otras frecuencias a las que se llaman armónicos.
La primera pega es comprender que significa cada frecuencia y para ello se divide el espectro atendiendo a varios conceptos. A todo el mundo le suena que hay graves, agudos y medios;
Graves – Lo que queda por debajo de los 250hz
Medios – Sonidos entre los 250hz y los 3500hz
Agudos – Todo lo que está por encima de los 3500hz
Otra forma de contemplar el espectro de una manera más desglosada sería esta;
Sub-graves – Todo lo que esté por debajo de los 60 hz
Graves – Entre los 60hz y los 250hz
Medios-graves – Entre 250hz y 1500hz
Medios-agudos – Entre los 1500hz y los 3500hz
Presencia – Entre 3500hz y 6000hz
Brillo – De 6000hz para arriba
Todos los instrumentos tienen una zona de brillo, una zona de graves, una zona donde suenan más y casi todos tienen medios por lo que antes de ecualizar, las mezclas escuchadas en bruto tienen demasiados medios, poco brillo, los graves engorronados y a los instrumentos importantes les falta presencia.
Curva ó Q Una vez que seleccionamos una frecuencia sobre la que queremos actuar, podemos decidir “el como” con el control de curva. Generalmente podemos determinar como va a ser la curva y de que tamaño.
Filtros pasaagudos y pasagraves. Son curvas tipo pendiente hacía arriba o hacía abajo. Al seleccionar una de estas curvas le estamos diciendo al ecualizador que nos elimine todos los graves a partir de la frecuencia deseada en el caso de un pasaagudos o todos los agudos en el caso de un pasagraves. En los ecualizadores más completos podemos determinar la pendiente del filtro con un control de Q ó puede tener varios “presets” fijos normalmente acompañados de un número 12 ó 24. Doce es una pendiente suave y 24 es una pendiente más pronunciada.
Campanas Son las más usadas. Seleccionamos una frecuencia central y desde ella tiramos hacia arriba o hacia abajo afectando a todo lo que haya tanto a la derecha como a la izquierda de esa frecuencia con un efecto de campana. Es decir, las zonas más afectadas serían las zonas centrales y las menos afectadas los extremos. Con la Q definimos el tamaño de la campana.
La Q básicamente son octavas tal que así, aunque he llegado a ver ecualizadores con el control de Q distinto;
Q=0,7 -> 2 Octavas
Q=1,0 -> 1,33 Octavas
Q=1,4 -> 1 Octava
Q=2,8 -> media Octava
Ganancia Finalmente, con el control de ganancia decidimos cuanto queremos atenuar en tal frecuencia o cuanto queremos resaltar. La cantidad se mide en decibelios.
Técnicas de ecualización
Como vemos, primero necesitamos identificar sobre que frecuencias queremos actuar. Una consideración a tener presente es que al mezclar, no ecualizamos un instrumento para que suene por sí solo bien. Ecualizamos un instrumento en referencia al resto de instrumentos que hay en la mezcla. Evidentemente, necesitamos empezar por algún sitio. El arriba firmante por ejemplo, primero mezcla el bombo con el bajo, luego mete la caja de la batería, luego las voces y después todo lo demás alrededor de las voces, que suelen ser la parte más importante. Los grandes ingenieros de sonido tienen sus propias técnicas, a veces muy dispares y poco ortodoxas.
Barrido de frecuencias ¿Cómo identificar sobre que frecuencias actuar? Una técnica es el llamado “barrido de frecuencias”. Preparamos una banda en el ecualizador con una cuerva estrecha. Una curva estrecha suficiente suele ser de “2” pero depende de cada ecualizador. Exageramos esa banda dándole 10db más o menos y giramos el control de frecuencia de forma que vamos “barriendo” o escuchando el sonido que hay en cada frecuencia desde los 20hz hasta los 20000hz.
Con esta técnica buscamos “lo que suena bien” dentro de la mezcla y “lo que suena mal”. Una vez identificadas esas frecuencias ya podemos decidir si las queremos cortar.
Ojo, para que el ecualizador sea efectivo, tiene que haber sonido realmente en esa frecuencia, si no lo hay, no sirve de nada cortar o añadir, salvo con una excepción que comentaré luego.
Mejor cortar que dar Una regla general con los ecualizadores es “cortar para que suene bien, resaltar para que suene diferente”. Además, por lo general suele ser mejor cortar que resaltar frecuencias ¿por qué?. Un problema de los ecualizadores de mala calidad y sobre todo los plugins en los ordenadores es que suelen ser muy malos o al menos no están a la altura de las glorias analógicas que están consideradas como “biensonantes”. Siendo así, una buena política es quitar en vez de dar, ya que lo que suman estos plugins suele tener más mal sonido que bueno, en cambio quitando no hay problema porque simplemente sustraemos algo y no se añade nada.
Hay que tener en cuenta que cuando se corta una frecuencia, por el hecho de oírse menos, se provoca que se resalte el resto de frecuencias; cortar graves implica que automáticamente se resalten los agudos y viceversa, cortar agudos implica que se resalten los graves.
¿Con que Q? Se dice que para cortar es mejor cortar con una Q de 2 y para dar, es mejor usar una Q más amplia, de “1” o algo parecido. Desde luego, esto depende del ecualizador que tengamos entre manos y cada ingeniero tiene sus técnicas.
Regla de los +-6db Otra regla general de los ecualizadores es nunca cortar o añadir más de 6 decibelios a ninguna banda. Esta regla es antigua y proviene de la era analógica. En un buen ecualizador analógico, con quitar o dar solo un par de decibelios ya se nota la diferencia. Con plugins no es lo mismo y lo mismo se puede decir sobre los técnicos de sonido estrella. A veces tienen técnicas propias o conocen muy bien sus equipos y son capaces de ecualizar pistas metiendo 10db donde se supone que no hay nada o quitando graves o medios en tal punto de forma exagerada. Esto lo hacen ajustando curvas amplias.
Ecualización complementaria Esta técnica sirve cuando hay dos instrumentos que se están “pegando” en la misma frecuencia. El ejemplo más fácil de entender es el caso de un bajo y un bombo. Los dos tienen muchos graves y juntos suelen sonar engorronados. Para aplicar ecualización complementaria primero identificaríamos donde tiene la pegada el bombo y donde tiene buen sonido el bajo.
Digamos que el bombo tiene pegada en los 80hz y el bajo suena bien en los 180hz. Pues muy bien, al bajo le quitamos 2 ó 3db en los 80hz para que la pegada del bombo se pueda oir sin que lo pise el bajo y al bombo le quitamos unos decibelios en los 180hz hasta que el tono del bajo se pueda apreciar claramente.
Frecuencias armónicas y frecuencias fundamentales Como decíamos antes, los sonidos tienen un punto que es “fundamental” para definir sus características y luego está rodeado por unos armónicos. La tendencia que parece más lógica al ecualizar sería resaltar las frecuencias fundamentales pero normalmente esto es un error. ¿Por qué? Porque al acentuar las fundamentales los armónicos quedan empequeñecidos y el instrumento puede perder definición y brillo. Por otro lado, cuando hay varios instrumentos en una mezcla, lo que suele sobrar en general es fundamentales de todo. A veces precisamente cortando las fundamentales es cuando un instrumento empieza a sonar bien porque se resaltan sus armónicos.
Tablas de ecualización
En los manuales de los ecualizadores, en publicaciones y webs sobre audio, circulan las llamadas “tablas de ecualización” y hay quien las lee como si fueran las tablas de Moises. En ellas, se explica qué frecuencias son importantes en cada instrumento. Por aquí tengo una que dice literalmente que el bajo tiene “cuerpo y profundidad en 60 Hz, áspero en 600 Hz y presencia en 2.5 kHz”.
Estas tablas vienen a ser lo que los vatios a los amplificadores, hay quien se las toma al pie de la letra y después resulta que no valen para nada. No valen porque las frecuencias críticas dependen de cada instrumento, de con que amplificador se ha tocado y cómo se haya grabado. En el caso de un bajo no es lo mismo grabar un Jazzbass que un Hofner. Además el contenido de cada mezcla es diferente y un instrumento concreto suena bien o mal en tal frecuencia dependiendo del resto de instrumentos que le acompañan.
Lo que sí que es cierto es que, cada instrumento englobado en una mezcla, tiene una zona de graves, una zona de presencia, otra de brillo y se estará pegando en los medios con casi todo. Haciendo un barrido en cada instrumentos es posible identificar estos puntos sin necesidad de ninguna tabla.
De todas formas, está es la tabla de ecualización de Bobby Owsinski, ingeniero estrella, una de las más conocidas que hay en circulación;
Bajo – Fondo 50-80, ataque en 700, pegada 2500hz.
Bombo – Fondo 80-100, concavidad en 400, ataque entre 3000 y 5000hz.
Caja – Gruesa entre 120-240, boing en 900, cortante en 5000 y chasquido en 10000hz.
Timbales – Lleno entre 240 y 500, ataque entre 5000 y 7000hz.
Timbal de suelo – Lleno entre 80 y 120, ataque en 5000hz.
Charles y platos – repique en 200, brillo entre 8000 y 10000hz.
Guitarra acústica – llena en 80, cuerpo en 240, presencia entre 2000 y 5000hz.
Guitarra eléctrica – Llena entre 240 y 500, presencia entre 1500 y 2500, cortar en 1000hz para simular pantallas 4×12.
Voz – Llena en 120, boom en 240, presencia en 5000, silibancia en 5000, aire entre 10000 y 15000hz.
Organo – llena en 80, cuerpo en 240, presencia entre 2000 y 5000hz.
Piano – Lleno en 80, presencia entre 2500 y 5000, efecto honky-tonk en 2500hz.
Cuerdas – llenas en 240, rasgado entre 7000 y 10000hz.
Hay otras tablas con más puntos pero es mejor no tener que retocar más bandas.