Pero en cualquier caso se estaría hablando de dos cosas distintas.
Una cosa es el efecto de subir la afinación original de las óperas, que podríamos discutir si perjudica o no la estética original ideada por el compositor. No soy cantante de ópera ni conozco el funcionamiento de la voz a fondo, sería interesante que alguien que de verdad supiese del tema nos comentara si unos cents arriba o abajo suponen una diferencia tímbrica o de esfuerzo grande, pero sí me parece razonable que un timbre orquestal más brillante haga que la voz no sobresalga lo suficiente y obligue al cantante a abrillantar su voz para compensar. También dependerá del timbre del cantante, a una voz salida de la forja de Vulcano como la de Pavarotti no hay orquesta que la tape aunque afine como una banda militar de nazis malfollados el día de salir a detener judíos para matarlos de hambre y después gasearlos.
Otra cosa es que 432 sea un número mágico con propiedades cabalísticas. A lo mejor para oscurecer un poco la orquesta y mantener un sonido moderno es suficiente bajar a 440 o 438. Supongo que habrá directores, orquestas y cantantes que habrán experimentado, sería interesante escuchar los resultados.
Insisto en que el Hz es una unidad convencional derivada del segundo. No hay nada cósmico ni físico en ello ni se relaciona con ninguna propiedad de la materia, es simplemente un patrón de medida común derivada a ojo de buen cubero de valores medios y circunstanciales de ciertos fenómenos físicos. Un valor de 432,00000000 Hz (432 oscilaciones en el tiempo convencional de un segundo) es exactamente igual de relevante que un valor de 432,123456789 Hz.
Wikipedia escribió:El segundo es la unidad de tiempo en el Sistema Internacional de Unidades, el Sistema Cegesimal de Unidades y el Sistema Técnico de Unidades.
Su símbolo es s (adviértase que no es una abreviatura: no admite mayúscula, punto ni plural).
Hasta 1967 se definía como la ochenta y seis mil cuatrocientosava parte de la duración que tuvo el día solar medio entre los años 1750 y 1890 y, a partir de esa fecha, su medición se hace tomando como base el tiempo atómico.
Según la definición del Sistema Internacional de Unidades:
Un segundo es la duración de 9 192 631 770 oscilaciones de la radiación emitida en la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado fundamental del isótopo 133 del átomo de cesio (133Cs), a una temperatura de 0 K.1
Esto tiene por consecuencia que se produzcan desfases entre el segundo como unidad de tiempo astronómico y el segundo medido a partir del tiempo atómico, más estable que la rotación de la Tierra, lo que obliga a ajustes destinados a mantener concordancia entre el tiempo atómico y el tiempo solar medio.