teniente_powell escribió:
Un rico tiene más posibilidades de dedicarle tiempo a estudiarlo.
Interesante esto, durante bastante tiempo yo pensaba más o menos así. Cuando yo estudiaba, especialmente al llegar a los estudios superiores, debía compaginar estudio y trabajo, no era realmente una necesidad imperiosa porque mis padres me proporcionaban casa y comida, y algo (no mucho) de ropa, pero los estudios desde los 17 me lo pagaba yo todo, y cualquier cosa más allá del techo, la comida y la ropa, idem. Así pues a temporadas curraba de esto y aquello (sobre todo dar clases a otros, de ofimática y de repaso) y no tenía mayores problemas para aprobar (si no aprobaba era por no estudiar, no por auténtica falta de tiempo para ello) y además veía como otros compañeros y amigos de otras clases sociales o bien debían currar más que yo porque la necesidad en sus casas era mayor y contaban con menos tiempo de estudio, o sus padres gozaban de buena salud financiera y ellos eran mantenidos mucho más allá de lo básico y tenían aficiones, caprichos y vacaciones bien cubiertas y su máxima preocupación era seguir aprobando. Sin embargo con los años vas viendo que no todo es tan lógico, y que necesariamente el rico, o el hijo del rico mejor dicho, no siempre aprovecha esa oportunidad familiar de desarrollar un futuro con garantías, quizá por una gran confianza en que hagan lo que hagan tendrán a su disposición las empresas de su familia las cuales dirigirán tengan o no títulos, o sencillamente se embarcan en estudiar títulos no oficiales en universidades privadas que los ofrecen con poco o ningún esfuerzo, y luego pues sirven también para poco, y conoces al final casos de hijos de ricos que dejan de ser ricos porque no son capaces de continuar con lo de sus padres, o que siguen siendo ricos porque sus padres tenían tanto que por muy inútiles que se empeñaran en ser nunca se lo fundirían todo, pero pasan a vivir bajo el amparo y protección familiar toda su vida, de hecho ni se independizan realmente y terminan pasados los 40 viviendo en una casa enfrente de la de sus padres que sus propios padres le pagaron, para que parezca que el muchacho ha madurado...
En fin, divagaciones clasistas de las mías.