Horas críticas estas que vivimos. Muy críticas. Ayer Putin asumió como rusas 4 regiones ucranianas y advirtió de que siendo ya territorio ruso lo defenderá como propio con todos los medios a su alcance. Y montó una fiesta en la Plaza Roja para darle lustre al anuncio.
El gobierno yanki, mediante las líneas de comunicación discretas que tiene con el Kremlin, les advirtió de que si usan armamento nuclear ellos darán armas nucleares a Ucrania. Ambos saben que eso desplaza las líneas de bombardeo a las ciudades rusas. Si Moscú lanza misiles nucleares contra Kiev, éstos los lanzarán contra Moscú.
Ucrania acaba de tomar Limán, que según la pantomima putinesca es territorio ruso. Con dos cojones. Atame esa mosca por el rabo. Humillación a Putin. El chalao ese de Chechenia ya grita que se use armamento nuclear.
Putin sabe que si ataca Ucrania con misiles nucleares, le lloverán misiles nucleares. Y si le da por atacar a cualquier país de la OTAN le lloverán misiles nucleares desde Alaska, desde Arkansas, desde la Guyana francesa, desde Alemania, desde Francia, desde Escocia, incluso posiblemente desde Israel. El estado de desarrollo de la Agencia de Defensa de Misiles, heredera del programa conocido como Guerra de las Galaxias de Reagan, para la interceptación de armas estratégicas, es un misterio.
O Putin se traga la humillación o pulsa el botón. Y si pulsa, sabe que lo mismo se le suben a las barbas y lo suicidan. No sé si los mariscales rusos están por sacrificar a sus familias por mantener territorio ucraniano.
Horas críticas.