Después de un par de años, se volvió popular para los plomeros volverse DJs. De hecho, se volvió de moda para casi toda profesión: electricistas, diseñadores gráficos, programadores, vendedores, profesores, modelos, entre otros; todos ellos querían ser DJs. Entonces fueron por ahí preguntando, rogando a los clubes para que los emplearan, haciendo llamadas todo el día para conseguir actuaciones y acordar ser los abridores de otros DJs. Luego de un tiempo, consiguieron trabajos y empezaron a ganar dinero. Sin embargo, el 99% de ellos eran en promedio muy malos porque su verdadera profesión no era ser DJ; sólo se habían convertido en DJs sin pasión por la música. La pasión hace girar al mundo, pero no necesariamente significa que hace del mundo un lugar mejor. Entonces los verdaderos DJs, esos que habían gastado toda la vida produciendo y tocando música, comenzaron a perder trabajo porque los nuevos se los quedaban casi todos... cobrando la mitad o incluso haciéndolo gratis! Al principio todo estaba bien pero, al pasar los años y al haber aún más gente volviéndose DJs se hizo insoportable escuchar música en clubes y bares. Sin feeling, sin gusto, sin energía, sin control de público. Tan sólo canciones reproducidas aleatoriamente por entusiastas aficionados. Lentamente, se puso más difícil para los clubes llenar. Incluso un viernes los lugares estaban medio vacíos y algunos clubes se encontraban completamente desiertos en una noche de sábado. La escena se hizo más y más pequeña porque la gente no se divertía saliendo y escuchando pseudo-djs. Los verdaderos DJs sufrían porque no conseguían muchos trabajos y mucho menos uno bien pagado. La escena estaba severamente perjudicada! Los propietarios de los clubes acusaron a los pseudo-djs como lo hizo todo el mundo. No obstante, realmente debieron culparse a sí mismos porque comprometieron la calidad pagando la mitad del precio o incluso menos y contratando pseudo-djs en lugar de los verdaderos. Pero ellos no aprendieron su lección. Insistieron en emplear esas personas aficionadas y en pagar menos y menos a los DJs. Y los clubes se hicieron aún más vacíos. Y la música se hizo aún mas banal, más insustancial.
Tomado de:
http://blogs.myspace.com/index.cfm?fuse ... =431788627