Son muchos los tumores malignos que llevan amenazando la salud del panorama musical de nuestro país desde hace ya algunos años ;muchos, diría yo (Operaciones Triumfos y similares; productos escatológicos de mencionados programas que acaparan atenciones del público e industria musical; grave falta de cultura musical, etc..). Algo contra lo que la mayoría de nosotros no podemos hacer muchos más que aguantarnos y esperar a que vengan tiempos mejores, mientras seguimos haciendo lo que más nos gusta confiando en nuestro trabajo con la única intención de que nos guste a nosotros mismos y a los que nos rodean.
Somos muchos los que seguimos confiando en la música y seguimos acudiendo a festivales provinciales de música en directo, certámenes, conciertos en garitos, salas, etc...para disfrutar de la música en directo y conocer a los que vienen por detrás achuchando fuerte (ya sean solistas, grupos..lo que sea).
Pues bien, después de 15 años en esto y con la que está cayendo, sigo encontrandome con personas, grupos/artistas con graves síntomas degenerativos de autodestrucción musical: La megalomanía musical (en aquellos que están arriba, pisando las tablas) y la envidia musical (en aquellos que están abajo, entre el público). Me explico.
Con respecto a la megalomanía musical creo que no me equivoco si afirmo que todos conocemos algún ilustre ejemplo en nuestro entorno (creo que incluso podríamos aventurarnos a dar nombres a modo de "denuncia" sin miedo a equivocarnos, pero no es esta la intención de este post). A algún grupo, a algún músico de ámbito local (sin mucha más trascendencia, y de dudosa originalidad y/o calidad), pero con serias tendencias a autoproclamarse profeta en su tierra que, pisando como un elefante en una cacharrería, se erigen como salvadores de la música del estilo que practican, condimentándolo todo con las florituras más extravagantes y ridículas que podamos imaginar, a modo de megaestrella del rock: se anuncian en redes sociales hablando de giras con nombre propio refiriéndose a una serie de conciertos en pubs de la provincia y pueblos próximos, reunen a 4 amigos con cámaras de fotos para charlar y lo cuegan en su web comunicanco que han dado una "rueda de prensa" (suelen redactarlo ellos mismos en tercera persona, refiriéndose a ellos mismos también en tercera persona), invitan a algún otro artista local a que los acompañe en directo y lo publican comentando que "han querido brindarle una oportunidad al invitado" (aunque el invitado lleve 10 años más que ellos de trayectoria) ...etc. Es por todos bien sabido el irrefrenable impulso que tienen estos personajes por menospreciar el trabajo de los demás, aunque sea evidente que los igualen o superen en todos los sentidos. ¿Tan dificil es hacer lo mismo sin caer en la patología? ¿Tan dificil es ser humilde?
Con respecto a la envidia musical (por llamarlo de alguna forma) creo que tampoco me equivoco si afirmo que todos hemos acudido a algún evento como público y hemos tenido a nuestro lado al "enterao" musical que, desde el minuto uno del bolo, ha estado destripando a todos y cada uno de los músicos y de sus instrumentos, generando decenas de críticas destructivas, dando la carga, poniéndote la oreja caliente y esperando que asientas a sus comentarios buscando complicidad, aunque te esté resultando interesante el objeto de sus críticas. A veces incluso se aventuran con grupos o musicos relevantes de cierta entidad. Todo esto, como digo, desde el minuto uno sin esperar al resultado final de la actuación. ¿Tan dificil es quedarse en casa y no acudir a un evento en el que sabes que vas a sufrir? ¿Tan dificil es ser humilde y practicar el respeto desde el publico? ¿Es dificil focalizar la atención en lo interesante de su actuación?
Sinceramente yo me he visto en panoramas similares y he sido consecuente con la situación. Si he presenciado alguna muestra de megalomanía patológica en algún grupo me he largado a hacer cosas más interesantes (retirarme a hablar con algún colega, irme del local, borrarme de la lista de distribución del grupo en cuestión etc..). Si he tenido a mi lado al destripador cargante le he pedido que me dejara escucharlos aunque fuera un ratito. Y por supuesto que he criticado, pero nunca con mala fe, porque yo también he pisado tablas y se lo que cuesta conseguir estar ahi arriba con la que está cayendo. Y siempre que he coincidido con otros grupos que han necesitado ayuda en algún momento (dificultades técnicas en directo, volúmenes etc..) lo he hecho sin ningún otro interés ni pretensión, a veces sin que lo hayan pedido y sin conocerlos de nada. Simplemente pensando en que a mi me gustaría que me ayudaran de la misma forma si me viera involucrado en algún problema similar.
¿Duerme el enemigo en casa? ¿Tirándonos piedras en nuestro propio tejado?...¿No sería más fácil hacer piña? ¿Por qué?
Siento el ladrillo...pero necesitaba desahogarme; anoche estuve en otro festival de música en directo de grupos locales y volví a sufrirlo en mis carnes: el grupo mesiánico de turno proclamando las milagros de su "arte y trayectoria", y a los "musiquitos enteraos" de turno despellejando a todos los que aparecían en escena a medio metro de mis orejas....