En los dispositivos táctiles hay dos tecnologías principales: resistiva y capacitativa. Ambas se basan en detectar cambios en las propiedades eléctricas de un circuito (simplificando bastante).
La resistiva se basa en la presión. Básicamente al presionar se ponen en contacto dos conductores y se transmiten las coordenadas del punto donde se ha ejercido la presión. Esto permite usar cualquier dispositivo como puntero: el dedo, un trozo de plástico, madera, metal...
La tecnología capacitativa se basa en dos rejillas de electrodos separadas por un aislante. Al tocar con el dedo se alteran las propiedades del campo eléctrico del circuito en ese punto. Esto obliga a usar un dispositivo conductor de la electricidad: como el dedo (no funcionan con guantes) o una salchicha de frankfurt (muy útil en invierno en centroeuropa).
Las tabletas gráficas, por el contrario, se basan en detectar cambios en el campo electromagnético, y son mucho más precisas.
Básicamente hay dos tecnologías: activas y pasivas.
Las activas requieren una pila o batería en el puntero para generar la señal que detecta la tableta. En las pasivas la propia tableta actúa como emisor y receptor. El puntero simplemente contiene un circuito resonante que hace que la tableta pueda detectar su posición, distancia, inclinación... (Todo esto simplificando mucho, para no aburrir con tecnicismos).