Joder, pues en unas fiestas, con los graves de mi bajo, retumbo el escenario con no se sabe que frecuencia en medio de la actuación y la maleta del propio bajo, que me costó un huevo, es rígida, se cayó por detrás del escenario y se joíó. Lo peor fué recuperarla, porque el escenario estaba tapiado por toda la parte baja para que la gente no durmiese ni mease allí y no había dios que entrara. Hubo que pedir unas tenazas, empezar a quitar clavos y por el hueco recoger la pobre funda.
En otra ocasión, en uno de los tantos grupos, teníamos un tío que tcaba la flauta muy majo. El problema es que era un poco nervioso y estaba acostumbrado a tocar con partitura y él solo. Claro, solía ponerse nervioso y acababa los temas como un minuto antes que los demás, pillaba una carrerilla que te jodes. Y luego se quedaba mirando con cara de ¿joder, que lentos vais, no? Si yo ya he acabado... El caso es que la única solución provisional fué que... cuando preveyese que se estaba engorilando o que le mirabamos demasiado mal... se apartase del micro un poco, y así el podía recuperar el tempo sin que se le oyesen demasiado las cagadas. Todo bien hasta la actuación en la que usó un micro de pinza pegado a la flauta. El tio se equivocaba, se iba para atrás, pero para su asombro, aquello seguía sonando, y seguía yendo para atrás. Pues eso, que el tío no se cayó por la parte de atrás del escenario de puto churro, mientras daba pasitos a lo Chiquito de la calzada y todos los demás le mirabamos acojonaos: ¿pero este dónde va? La peña ni se enteró, porque frente al escenario había un plasma ultraburro, descomunal, y estaban dando futbol, un derby, o sea que pasaban olímpicamente.
En otra ocasión, nos dejó tirados un integrante del grupo a dos días del concierto, con lo que hubo que improvisar y montar temas para suplir los que se jodieron porque el otro ya no tocaba. Y me tocó cantar, yo que no suelo hacerlo, y menos en público. Me llevé la letra apuntada, porque no me la pude aprender y empiezo a cantar. Y a mitad de la canción, el sudor del verano empieza a generar gotarrones en mi frente que se deslizan hacia mis cejas, y una supergota de sudor cae dentro de mi ojo. Con el escozor se me cierra el ojo (el bueno) y no veo ni pollas y me pongo a cantar lalalalala... lala... en vez de la letra... porque no la veía. Lo curioso es que a la peña le hizo mucha gracia, se descojonan y aplauden. Vamos que les gustó. Yo estoy traumatizado.
En otro escenario en el que sí se podía mear, la gente lo meo todo, bajabas y no veías más que tíos con la chorra fuera y tías enseñando el culo en cuclillas. Lo mearon todo. Y claro, había moscas que te cagas (Drosophila melanogaster), moscas del pis esas que son enanas pero son mogollón y van todas haciendo el hooligan en enjambre. Se te metían en la boca , en las orejas, etc. Pero lo pero fué para el que tocaba la gaita. Se curra un solo inicial muy solemne, y le ponen los focos a él solo, claro. Con el calor de los focos todas las moscas hacía donde él. Y empezamos a oir notas falsas y trompetillas, ruidos guturales saliendo de la gaita. Eran las moscas, que se metían por los roncones y los agujeros de la gaita, una caña.
Y ya la última. Tuvimos que tocar en Etxarri-Aranatz, en la Sakana Navarra. Llegamos unos 20 minutos apurados para la prueba de sonido, y vemos el escenario: un escenario de unos 3 o 4 metros de alto, todo entero de metal y sin toldo. Te caes de ahí y te escoñas, y apenas cabíamos dentro de él. Montamos, probamos sonido y todo a tiempo para la actuación. Pero en el kiosko de al lado estaba una banda de verbenas, con lo que nos dice la representante que esperemos 5 minutos a que acaben de tocar para que no nos tapen a nosotros, que teníamos un sonido un poco más débil y así aprovechamos para recoger a todos los que vienen de esa actuación. Empezamos a tocar a las 8 en lugar de las 8 y 5 y a las 8 y 10 empieza a llover y a los 10 a jarrear que te cagas. Tapamos las cosas como podemos
suspendemos la actuación y nos dice la concejala de cultura que no nos paga, porque hemos llegado tarde al concierto. Le explicamos las movidas, que todo se ha hecho a su tiempo, que hemos empezado algo más tarde por tal y por cual y nos dice que nos hubiera pagado si hubiesemos empezado a las 8, no a las 8 y 5, habíamos tocado 5 minutos más y ya con 15 minutos ella aceptaba que era un concierto y nos pagaba, por lo menos, el desplazamiento. Esperamos a que deje de llover un poco y subimos a tocar al escenario de suelo metálico, encima de un cartón cada uno, por si las descargas (jejeje...) y como era de noche, la única iluminación que encuentran es un foco rojo enano que les habían pedido a los gitanos que ponían las barracas para los niños metros más allá. A mitad del "recital" el foco casca, se empieza a oir un zumbido de cortocircuito, estalla y sale humo negro, nos quedamos a oscuras y desde el b alcón que teníamos detrás, a la misma altura, sale la peña de la casa a ver que había pasado. Acabamos, nos pagan y nos dicen que, no ponen toldo al escenario porque nunca llueve en fiestas (¿?). Nosotros les decimos que tiempo más variable que en la Sakana / Barranka, abrá en pocos sitios. Pero que nó, que allí no llueve en fiestas por susu huevos y lo de aquel día nunca pasó. En fín.