Tenemos que saber algo de conexiones eléctricas y electrónicas, cableado, sonorización y mezcla, percusiones, samples, FX, teclados, aprender cómo funciona cada uno de los sintetizadores, pues cada uno es de su padre y de su madre y debes saber manejarte entre menús, sumergirte en submenús y bucear profundamente entre sub-sub menús, memorizar cientos de parámetros (solo hay que ver los vídeos de algunos compañeros, todo un presupuesto en cables y hay que saber dónde conectas cada extremo para que los aparatos actúen de una u otra manera), etc, etc, etc, y que, al final, todo salga bien.
No digo que tocar bien la flauta o el violín no tenga mérito (supongo que todos hemos oído cientos de obras de música clásica. Yo ni me atrevería a tocar un violín ni con el dedo), que por otra parte también son muy fáciles de transportar. Pero tampoco hay que despreciar la música electrónica, sobre todo porque en esta vida estamos de paso y cada cual busca el camino hacia la felicidad como buenamente puede. (Y, reconozcámoslo, niguno de nosotros somos Mozart, pero la música es mucho más que eso).
¿Que no te gusta? Pues no la escuches. ¿Que prefieres el reguetón? Pues escuchala cuanto quieras, pero porfa, ponte unos auriculares.
Salud y buena música para tod@s.