arco escribió:
∞≠∞ escribió:"La razón del descontento sí, pero el movimiento lo genera siempre gente interesada en algo"
Partes de la premisa que la población es imbécil.
NO. No parto de nada, menos de que la población es imbécil, observo e interpreto.
El movimiento independentista es una cosa y el sentimiento independentista otra. Yo personalmente estoy más cerca del sentimiento independentista y el reconocimiento a que la gente haga lo que desee, que del patriotismo de banderas, fronteras y denominación de origen.
En todas las regiones de Iberia hay movimientos independentistas que repiten las mismas consignas que los ideólogos del "procés" La siguiente foto es del día de la comunidad en Castilla y León, no verás una bandera de España por ningún lado. Son menos, más de pueblo, pueblo, pero la escenificación es la misma. Mucho símbolo y poco mensaje. Así es más fácil unir, cuanto más habla uno menos simpatías despierta. Así que se grita
"¡¡Castilla, entera, se siente comunera!!". Los comuneros no fueron precisamente amigos del centralismo. En Castilla no hay dinero, pero hay una gran concienciación de que España, desde el ingreso en la UE, ha robado la riqueza de esta tierra. Cultivos arrancados, ganado diezmado, empresas derivadas a zonas privilegiadas por pactos políticos, etc.
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En general quienes se ponen a la cabeza de movimientos independentistas son líderes más que sospechosos por su pasado.
Las palabras se las lleva el viento, la corrupción no. Arthur Mas y su delfín Puigdemont no son líderes capaces de liberar a Cataluña del yugo del imperio para hacer una república social, igualitaria y feminista como dicen los de la CUP, son la versión catalana de Rajoy y Cifuentes. Gente como Mas seguirá llevando los hilos, o las empresas, o los mercados, y será lo mismo con otras caras.
¿Son Mas o Puigdemont políticamente, ideológicamente, mejores que Rajoy? No, ahora toca esgrimir sentimientos independentistas para obtener aliados que hagan fuerte la negociación por sus casos de corrupción. Nos olvidamos que Artur Mas, instigador del movimiento, está siendo juzgado y tiene sobre su cabeza la presión de una fianza de 5.000.000€ que no quiere o no puede pagar.
Él si se juega su independencia en esto, vaya que sí.
Del otro lado la población, todos, yo mismo, somos susceptibles de ser manipulados. Aquí se cita la manipulación de la prensa españolista (
"Prensa española, manipuladora!!", aunque se hecha de menos la caricatura infantil en las últimas retransmisiones) también a la prensa pro-independentista catalana o los vídeos de Omnium comparando la situación en Cataluña con Palestina o la guerra en Siria.
Los de uno y otro bando suponen que leemos la prensa y nos lo creemos todo a pies juntillas. Eso si que es tomar por gilipollas a la gente.
Estamos todos un poco solos, asustados por el futuro, con nuestras cosas y necesitamos algo en que creer. De esa debilidad se aprovechan los
trileros políticos Como en todo acto de trilero el primer paso es generar confianza, que la cosa es fácil. Cuando picas ya viene el engaño.
Un ejemplo: Es interesante resaltar, más en una comunidad cuyo tema principal es la música, cómo
el sonido y el uso del ritmo puede manipular a la gente. Yo no vivo en Cataluña, tengo un hijo de 8 años y cada vez que sale cada día un reportaje sobre Cataluña y mi hijo escucha los gritos de la manifestación se pone a corear las consignas de turno.
"Volem votar" "Volem votar",.... Una multitud gritando algo rítmico y corto con energía, invita al individuo a unirse y hacerse fuerte integrándose en la tribu (es una manera de hablar, no tiene segundas intenciones) Mi hijo, que no tiene ni puta idea de política ni de qué es realmente Cataluña o España, porque con el ostinato bobarrón y paleto de
"Yo soy español, español, español..!!" hace lo mismo y se puede montar una cadencia imposible en eltre "Volem votar... yo soy español..." total es como el
"We Will Rock You" de Queen, consignas de tribu, sin ninguna segunda intención.
Hace unos tiempos fue un problema importante el alto número de personas que caían en manos de una secta, una de las más destacadas era
Hare Krishna. Ellos no predicaban ningún mensaje o visitaban casas, simplemente se agrupaban en lugares de paso, muy concurridos o salidas de grandes empresas montando un gran follón y cantando rítmicamente "Hare, Hare, Hare Krishna". La gente estresada, cansada, con problemas, veía a esa gente feliz, cantando, sin problemas y empezaba a sentir la necesidad de unirse a ellos. Era más simple que esto, pero la pregunta-respuesta, la repetición, lo facilón engancha, cosas del cerebro primitivo.
Hoy no falta manifestación del día del trabajo igual de folklórica con su
batucada que no son más que un grupo de músicos de la tribu ritmando y moviéndose a compás para que el individuo solitario se una a la fuerza de la tribu, de la manada, para sentirse fuerte con lo que sea.
Así que no se trata de si la gente es o no gilipollas, a nadie nos gusta serlo o que nos tomen por ello, pero
a todos nos han engañado más de una vez en la vida. Y la historia está llena de ejemplos de engaños colectivos en que presuntos libertadores aclamados por el pueblo se convirtieron en tiranos.
Por tanto cuando miramos lo que pasa estos días en la República Catalana vemos a un tipo como Puigdemont, convertido en William Wallace con traje corbata, montado en su Audi, liderando una rebelión contra el imperio español opresor de los indígenas desde un despacho de lujo con asientos acolchados de cuero y aclamado por la misma gente a la que él y su partido han robado sin ninguna vergüenza. Algo no cuadra.
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Prometieron la independencia en 48 horas, referéndum, la llegada del paraiso en la tierra a los condados catalanes,
casi les falta decir que se lo dictó alguien ante una zarza ardiendo.
A todos a veces nos engañan vivamos en la parte del mundo que vivamos. No hay que mirar mucho en la historia para ver casos muy descarados de engaño colectivo en momentos en que el estado de ánimo de la población está especialmente sensible o necesitado de mensajes de esperanza.
La cuestión no es si la gente ha podido caer en engaños de uno y otro lado. La cuestión es
si los verdaderos gilipollas, y por ahí iba mi mensaje anterior, son Rajoy y Puigdemont y ambos se están escondiendo bajo el vaso de su falso patriotismo para que sigamos la bolita mientras nos vacían la cartera en nombre de los "mercados".
Siento tener que decir que
respeto profundamente a los independentistas de cualquier lugar del mundo, pero siento verdadera vergüenza de los autoproclamados líderes por la independencia catalana. Son a esos a los que llamaba gilipollas. Ya he dicho más de una vez que me parece insultante que Junqueras o Rufian hagan la revolución desde Twitter y no estén cada día en la calle, pasando calor o frío, gastando zapatos y arriesgándose a los porrazos, allí con su gente.
De cara a la conciencia internacional por el problema nada sería más demoledor que la imagen de un miembro del gobierno catalán siendo agredido por la policía opresora.
Si el 1-O en las portadas de los diarios internacionales se hubiese publicado la foto de Puigdemont, Junqueras o Mas cara a cara con un guardía civil con casco, simplemente discutiendo, hoy las cosas serían muy diferentes. Pero ellos se esconden bajo "la imagen institucional" y mandan a los que sinceramente tienen sentimientos a romperse la cara por ellos. Pon a cualquiera de ellos al lado un verdadero lider como Nelson Mandela y verás la realidad claramente.
A veces la pasión nos ciega a todos, luego vienen los engaños amorosos y los cuernos políticos.
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