Con lo poco que me gusta hablar de políticos y política... pero hoy siento una necesidad extrema de calmar mi estreñimiento y cagarlo todo.
Lo que más me avergüenza de lo sucedido ayer en los dos bandos es la confianza ciega de la mayor parte de la ciudadanía, según el bando en su respectivo caudillo, a la falsedad de esos políticos. Ni unos cumplieron su promesa de elaborar una constitución catalana para haberla aprobado en este referéndum, ni los otros el objetivo en su capacidad de cumplir y hacer cumplir las leyes. Pero no pasa nada, nos olvidamos y pasamos a la siguiente mentira.
Nos siguen llevando de la manita a dónde quieren como a tontos corderitos. Puigemont y Junqueras erigidos en los líderes de la resistencia galáctica contra la estrella de la muerte que viene de Spain, mientras Rajoy y Rivera una suerte de Chuck Norris abuelete y miniRambo poniendo orden a golpe de hostias a los insurrectos de un poblado Catalán en el que Obelix es más llorón que matón. Claro que no estamos en una película y realmente ambos son mediocres incapaces venidos a más por obra y gracia de haber sido puestos como marionetas del poder económico para someter a sus respectivos representados.
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Independientemente de lo que cada uno pensemos sobre la independencia, la unidad, los derechos y los pueblos, me siendo hundido por esta entrega ciudadana de ambos lados de las fronteras, sin más, a una pandilla de gente falsa, manipuladora de masas y encantadora de serpientes. "¡¡Mataos por mí!! mientras yo me escondo en mi palacio rodeado de mi guardia real"
Que sí, que son fotos de cortesía y bla, bla, bla. Es lo que tienen las fotos, que se puede concluir lo que cada uno quiera. Si les viene bien mañana Rajoy y Puigdemont estarían acurruados en una cama riéndose de los tontos que somos los ciudadanos que nos entregamos a su mesianismo a cambio de palabras de embaucador rancio. Habrán salvado Cataluña y España del desastre y les tiraremos flores mientras desfilan cogidos de la mano como enamorados.
Estos personajes, son capaces de vendernos a todos por un trozo de poder o unas comisiones del 3% mañana mismo, pero nos los creemos a pies juntillas porque dicen lo que presuntamente nos gusta oír.
Sin dejar de creer cada uno en sus ideas, deberíamos ser más críticos y duros con ambos azuzadores de masas. Ya se sabe, "a río revuelto,..." Son una panda de corruptos, ambos dos, investigados por tribunales por no pocos saqueos del dinero público. Sus partidos han sido acusados formalmente como partidos corruptos, tanto PP como CiU, pero ahí siguen poníendose tras banderas e ideales para engañarnos como a idiotas y han conseguido que nos olvidemos de que cual bucaneros nos han asaltado las cuentas públicas y el futuro de nuestros hijos.
Ni Cataluña, ni España realmente existen tal y como ellos hablan de ellas. Existen ciudadanos individuales y muy diversos que habitan tierras enmarcadas en unas fronteras políticas. Cataluña no es Puigdemont, ni España es Rajoy. Me siento violentado cuando me cosifican como un ladrillo que pertenece allí a donde nace por obra y gracia de la división geográfica y tiene que ser cómo el jefe de obra manda y ordena.
Si el mismo empeño, ambos dos, hubiesen dedicado o dedicasen desde hoy mismo a comprometerse con el final del paro, mejorar la educación, evitar los desahucios o acabar con la delincuencia. Pero para eso no se juegan el tipo, ni dedican muchas horas, ni se arriesgan a ir a la cárcel... es para pensárselo. Huir un poco del ruido y pensar, mirando en perspectiva, quién nos está llevando a dónde quiere cuando no tiene voluntad para echarnos una mano más que al cuello.
Los conflictos no se arreglan empoderando a los políticos. La historia nos enseña que, en sus manos, estamos perdidos. Ayer nos cegaron unos con urnas y otros con porrazos, repitiendo consignas como loros, con estrategias de vendedor de detergente o amo de secta. Parece que les ha funcionado bien.
Ahora me limpio un poco, me lavo bien las manos, y vuelvo a preocuparme de las cosas que de verdad importan. Como minoría minoritaria no tengo más derecho que a esto. Las mayorías mandan o, si no, ya se inventan leyes a la medida para imponer legalidades ilegítimas, pero legalidades muy legales oiga usted.
Lo que más me avergüenza de lo sucedido ayer en los dos bandos es la confianza ciega de la mayor parte de la ciudadanía, según el bando en su respectivo caudillo, a la falsedad de esos políticos. Ni unos cumplieron su promesa de elaborar una constitución catalana para haberla aprobado en este referéndum, ni los otros el objetivo en su capacidad de cumplir y hacer cumplir las leyes. Pero no pasa nada, nos olvidamos y pasamos a la siguiente mentira.
Nos siguen llevando de la manita a dónde quieren como a tontos corderitos. Puigemont y Junqueras erigidos en los líderes de la resistencia galáctica contra la estrella de la muerte que viene de Spain, mientras Rajoy y Rivera una suerte de Chuck Norris abuelete y miniRambo poniendo orden a golpe de hostias a los insurrectos de un poblado Catalán en el que Obelix es más llorón que matón. Claro que no estamos en una película y realmente ambos son mediocres incapaces venidos a más por obra y gracia de haber sido puestos como marionetas del poder económico para someter a sus respectivos representados.
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Independientemente de lo que cada uno pensemos sobre la independencia, la unidad, los derechos y los pueblos, me siendo hundido por esta entrega ciudadana de ambos lados de las fronteras, sin más, a una pandilla de gente falsa, manipuladora de masas y encantadora de serpientes. "¡¡Mataos por mí!! mientras yo me escondo en mi palacio rodeado de mi guardia real"
Que sí, que son fotos de cortesía y bla, bla, bla. Es lo que tienen las fotos, que se puede concluir lo que cada uno quiera. Si les viene bien mañana Rajoy y Puigdemont estarían acurruados en una cama riéndose de los tontos que somos los ciudadanos que nos entregamos a su mesianismo a cambio de palabras de embaucador rancio. Habrán salvado Cataluña y España del desastre y les tiraremos flores mientras desfilan cogidos de la mano como enamorados.
Estos personajes, son capaces de vendernos a todos por un trozo de poder o unas comisiones del 3% mañana mismo, pero nos los creemos a pies juntillas porque dicen lo que presuntamente nos gusta oír.
Sin dejar de creer cada uno en sus ideas, deberíamos ser más críticos y duros con ambos azuzadores de masas. Ya se sabe, "a río revuelto,..." Son una panda de corruptos, ambos dos, investigados por tribunales por no pocos saqueos del dinero público. Sus partidos han sido acusados formalmente como partidos corruptos, tanto PP como CiU, pero ahí siguen poníendose tras banderas e ideales para engañarnos como a idiotas y han conseguido que nos olvidemos de que cual bucaneros nos han asaltado las cuentas públicas y el futuro de nuestros hijos.
Ni Cataluña, ni España realmente existen tal y como ellos hablan de ellas. Existen ciudadanos individuales y muy diversos que habitan tierras enmarcadas en unas fronteras políticas. Cataluña no es Puigdemont, ni España es Rajoy. Me siento violentado cuando me cosifican como un ladrillo que pertenece allí a donde nace por obra y gracia de la división geográfica y tiene que ser cómo el jefe de obra manda y ordena.
Si el mismo empeño, ambos dos, hubiesen dedicado o dedicasen desde hoy mismo a comprometerse con el final del paro, mejorar la educación, evitar los desahucios o acabar con la delincuencia. Pero para eso no se juegan el tipo, ni dedican muchas horas, ni se arriesgan a ir a la cárcel... es para pensárselo. Huir un poco del ruido y pensar, mirando en perspectiva, quién nos está llevando a dónde quiere cuando no tiene voluntad para echarnos una mano más que al cuello.
Los conflictos no se arreglan empoderando a los políticos. La historia nos enseña que, en sus manos, estamos perdidos. Ayer nos cegaron unos con urnas y otros con porrazos, repitiendo consignas como loros, con estrategias de vendedor de detergente o amo de secta. Parece que les ha funcionado bien.
Ahora me limpio un poco, me lavo bien las manos, y vuelvo a preocuparme de las cosas que de verdad importan. Como minoría minoritaria no tengo más derecho que a esto. Las mayorías mandan o, si no, ya se inventan leyes a la medida para imponer legalidades ilegítimas, pero legalidades muy legales oiga usted.