deluis escribió:
Solo se teme lo que no se conoce
Yo no conozco la composición y proporción de los ingredientes de muchos de los alimentos que compro en la tienda y no temo a comerlos. En cambio, sé perfectamente lo que significa perder a alguien cercano y TEMO que esa pérdida se vuelva a producir.
Lo de los amigos imaginarios, dioses y demás magufadas: si tengo que decidir entre "la verdad absoluta" de los que creen en esas cosas y "la verdad absoluta" de los científicos, me quedo con la de estos últimos. La diferencia entre los que leen "Muy Interesante" y los que leen "AÑO/CERO", es que los primeros siempre, SIEMPRE podrán contrastar la información de forma empírica gracias al
"método científico", mientras que los otros deberán confiar en la palabra de unos individuos cuyos argumentos están apoyados en todo tipo de datos peregrinos, arbitrarios, subjetivos y sin ninguna prueba de ningún tipo, sustentándose la mayoría de las veces en ese poder atávico, ectoplásmico, multimórfico y, paradójicamente, invisible: la FÉ, el "multiusos" universal que hace que
TODO valga, no importa el qué.
Josue Martinez escribió:
También pensaban que estaban super desarrollados los científicos del S XVI y mira....
Seguro que la humanidad de dentro de 200 años también se creerá la más avanzada y nos mirará como trogloditas porque aún no teníamos implantado el chip cerebral que llama por teléfono con solo pensarlo, jajaja...
Que yo sepa, la comunidad científica jamás a menospreciado o restado valor alguno a los conocimientos científicos o al legado que nos dejaron los antiguos matemáticos griegos, por ejemplo, reconociendo por contra el tremendo valor que cada avance científico se hace a lo largo de la historia, incluso cuando esos avances eran erróneos o fallidos, pues estos errores servían para aprender de ellos.
Supongo que los únicos que pensarán que los del siglo XVI eran unos trogloditas sean precisamente UNOS TROGLODITAS ignorantes e incultos, desconocedores del tremendo legado que nos dejaron científicos como Copérnico, Kepler o Vesalio, por poner unos pocos ejemplos.