Hola.
Uff, menudas posibilidades ofrece esto. Esos obstinado me han dejado loco, qué bonitos suenan. Ahora bien, a mí me surge aquí un dilema moral con este tipo de librerías. Es algo mío, personal y es que eso de poner un acorde y que la máquina haga ritmos, ostinatos y demás le quita el romanticismo a nuestro trabajo, siento si las usara que pierdo legitimidad.
Llamarme retrógrado si queréis, pero usar este tipo de librerías moralmente me supone controversia porque no tendría la sensación de estar componiendo yo del todo...y eso que ahorraría muchísimo tiempo ya que crear ostinatos por ejemplo con CSS lleva curre...Si estoy equivocado abrirme los ojos y lo mismo hasta me modernizo jajajaja, pero creo que este tipo de librerías nos plantea un dilema moral...¿no creéis?
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#5
Totalmente de acuerdo con lo que has expuesto,creo que lo primero es aprender a orquestar y saber escribir para la orquesta en partitura,del piano al score o del score a la reducción de piano,al midi etc pero siempre partiendo de la premisa de tú trabajo,de la impronta del compositor,pero también creo que para arreglos rápidos esta muy bien,para desarrollar ideas y esas cosas,componer no es freír un huevo frito,aunque esto último en si mismo también puede llegar a ser un arte,pero considero que la creatividad se desarrolla por otros caminos,el del trabajo principalmente,viva el romanticismo,saludos
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Estoy de acuerdo con vuestras opiniones. Primero hay que saber hacer unos ostinatos en condiciones y programarlos, y transcribirlos a partitura. Eso por ejemplo, ahora mimos me ponen en la tesitura y no sabría resolverlo adecuadamente. Y después tienes estas herramientas que te ayudan a conseguir ese resultado, incluso mejor porque las graban directamente con esos patrones muchas veces, y puedes componer más rápidamente en un panorama actual donde el tiempo es lo más importante.
#5 Por expresar de otra manera lo del dilema moral, es un camino a la homogeneidad y a limitar tu creatividad a las posibilidades de la herramienta.
Es como hacer sandwiches de jamón york con pan de molde y un paquete de jamón loncheado marca Acme, en lugar de hacer un bocata con pan de panadería, jamón serrano recién cortado, unas lonchas de tomate, un puntito de queso azul y un chorrito de aceite de oliva virgen de una cooperativa de Jaén.
Cada receta tiene su aplicación, ya depende de si lo que uno quiere es salir del paso o darse el capricho.
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Pues me vais a permitir discrepar. Yo veo el arte de la composición musical muy diferente, en su proceso, al arte de la pintura o la escultura. En éstos, tienes una idea, la visualizas, y luego el arte está en plasmarla físicamente, en el lienzo, en la piedra. Se considera mérito del artista la idea y su materialización en un soporte físico.
El arte de la música está en la composición. Por supuesto también en la interpretación, pero esto ya es mérito del intérprete, no del compositor. El arte del compositor está en componer, en imaginar la música. Luego viene un trabajo que no tiene arte, y es su reflejo en un soporte físico: la partitura. Es un trabajo que antes hacían los escribientes, El compositor, compone. Y como parte indivisible de esa composición, está la orquestación, que ya sabemos que en muchas piezas muy conocidas era trabajo de otro que no firmaba la partitura. Pero hoy reconocemos su mérito, su valía, su arte.
Escribirlo en papel, o secuenciar el midi, no es arte. Es trabajo pesado, que más o menos se puede dominar, pero no es el arte de componer música. Es lo que hace el escribiente. Y si esta parte farragosa podemos simplificarla, cojonudo. Pero eso no quita mérito al artista, al compositor, al orquestador, a la obra. El ART de estas cuerdas de LASS (que, como dice el vídeo, no es nuevo, ya estaba en LASS 1.0) no componen nada. Sólo facilitan plasmar en una secuencia midi un obstinato que previamente hemos compuesto en la cabeza. No niego que hay presets que pueden darnos una idea, abrirnos un camino. Pero la composición no la hace el ART, la hace el compositor.
Yo uso Xfer Cthulhu, que no es más que un secuenciador que, como el ART, toma una nota muy larga a la entrada y la trocea, dándole a cada trozo un valor de velocity conforme has programado. A continuación meto un plugin de Reaper que humaniza la velocity y el tiempo (desajusta ligeramente tanto uno como el otro, poniendo las notas algo fuera de sitio), y de ahí entra a kontakt donde un instrumento en spiccato interpreta la secuencia. No tiene ningún mérito ponerse con el ratón a escribir nota a nota, ajustando la velocity y el tiempo de inicio de cada una, para que suene bien. Y llevarlo a papel pautado, que lo haga el escribiente. El arte es imaginarlo y hacer que suene bonito, que conmueva, que guste.
Es como si un arquitecto tuviera más mérito porque en lugar de hacer los planos con Autocad los hiciera con plumilla, escuadra y cartabón. El Autocad no le diseña el edificio, lo diseña él. El Autocad tira líneas entre dos puntos que el arquitecto ha definido.