Como considero que este es un tema importante, me he decidido, ingenuo, a abrir un hilo en foro con la intención de tener un debate sano y constructivo y explicar algunos hechos que a veces se pasan por alto y que hacen que una minoría ruidosa monopolicen y disturben cada artículo de cierto interés o polémica.
Antes de continuar, aclararé que voy a expresar mi opinión y mi percepción del asunto, por lo tanto hablaré de mí. Sí, esa es la clave de todo. Cuando Xabi me ofreció tener un blog oficial de Hispasonic, aparte de mis colaboraciones habituales (reviews, algunos vídeos, charlas, etc) que llevo haciendo 11 años, me dijo "escribe sobre tu trabajo, cualquier cosa de interés para la comunidad, tu día a día, cosas de interés para los usuarios".
Como veréis, https://www.hispasonic.com/blogs/mypluginbaby va justo de eso, son reflexiones, historietas, experiencias y vivencias mías, resultado de mis años de trabajo. El 99% del contenido son opiniones, sin datos empíricos, porque ser empírico en el audio es muy difícil dado que la audición es una percepción auditiva y la mayoría de las veces las mediciones no tienen mucho que ver con las sensaciones. Jamás me leeréis u oiréis decir "para el bombo hay que usar un dbx 160 con compresión media", pero sí "yo he usado un 1176 black para darle más pegadal" y eso es todo. Mi currículum y mis trabajos y mis premios y mis éxitos y mis fracasos están todos a la vista, la gente me juzga de tú a tú y puede hacer dos cosas, leerme o no leerme, pero sin duda no me escondo y no soy sospechoso de estar pagado por ninguna marca ni por Hispasonic.
A este último respecto, mi filosofía siempre ha sido clara, y ya que no cobro los reviews, sólo los hago de productos que me interesan y siendo 100% honesto. Quizás por eso pocas veces me he encontrado sorpresas desagradables. Cuando hago un review de software "generalmente" el fabricante me regala una NFR (no siempre, pero es muy habitual); cuando hago un review de hardware, el fabricante no me da ni los buenos días, ni falta que hace. Yo lo hago, como he dicho antes, porque me interesa probar el producto y con ello me doy por satisfecho.
La publicidad que hay en My Plug In Baby es de servicios y cosas que voy haciendo. Durante los primeros años, en mi blog NO HUBO NINGUNA PUBLICIDAD. Ni mía, ni de nadie, ninguna. En el último año y pico he ido anunciando cosas que iba haciendo y servicios. Hice unos cursos de mezcla que fueron un éxito. He abierto un servicio online de mezclas y mastering, y anuncio de vez en cuando que hago producciones. Entrando en detalles innecesarios, el porcentaje de facturación que se deriva de Hispasonic es mínimo; si cobrara a 10 euros (que es bastante menos que mi tarifa diaria de estudio) las horas que requiere pensar, ordenar, escribir y DEFENDER mis opiniones, artículos, etc, ya habría ganado más que con el trabajo derivado de escribir aquí. Si esto es así, ¿por qué sigo escribiendo?
Yo empecé a intentar grabar, mezclar y, en definitiva, producir, a finales de los 90. Llevaba ya algún tiempo componiendo y sacando cosas interesantes (para mí y para mi gusto), pero la información disponible en español era escasa y muy desactualizada. Para que os hagáis una idea, yo llevaba desde el 93 componiendo música por ordenador y años después leí en uno de los tres o cuatro libros que puede conseguir un apartado que decía "en el futuro la grabación se dejarán de hacer en soportes análogos y todo apunta que se usarán computadoras y dispositivos digitales". Para cagarse.
En esa coyuntura, llegó internet, el IRC, y en uno de los foros míticos coincidimos los que luego seríamos grandes amigos. Entre ellos se encuentran Xabier Blanco (administrador de Hispasonic), Juan de Dios Martín (productor e instrumentista reconocido), Dr Kucho o yo mismo, entre otros muchos. En esos años compartíamos nuestros escasos conocimientos y nuestros descubrimientos, con mucha ingenuidad y muchas ganas. En esa época nació la idea de Hispasonic, y de crear un lugar de referencia donde compartir conocimiento para que otras personas y las nuevas generaciones estuvieran más preparadas y más apoyadas de lo que estuvimos nosotros, y por ello aún sigo escribiendo años más tarde.
Con respecto a mis post de opinión donde hablo de mis vivencias y, en definitiva mi experiencia única e intransferible y diferente a cualquier otro ser humano y viceversa -véase el último, El valor de un productor musical (https://www.hispasonic.com/blogs/valor-productor-musical/38532)- es automático pero cada vez que escribo algo alguien replica sin ni siquiera molestarse en entender el texto y no me refiero a la base teórica, si no a la parte gramatical del asunto. Si en un texto hablo de que me gusta el rojo, ya sale alguien diciendo que si he dicho que el verde es una basura y que a dónde voy yo con el rojo.
Poco más tarde alguien escribe: para lo mal que combinas el rojo, ya podías escribir sobre el verde. Y otro después escribe que el amarillo es lo que él hace y que le da igual que exista el rojo y el verde. Otro más tarde habla de que si soy un vendido al rojo, otro sobre qué malo es mi grupo de ese momento (sea Maydrim, Entropía, o lo que toque), que si el Pita Del es una basura para que yo viva de ello (como si aún comiera de algo que hice hace 8 años) y que si me gusta el rojo no le extraña que me llame OBK o Amaral o Baute, porque eso es todo basura y que si no he hecho un disco de Red Hot o Nirvana que mejor que me acueste a llorar.
Afortundamente, esas personas son minoría. Desgraciadamente, la minoría es muy ruidosa y monopoliza los hilos y se corean los argumentos hasta la saciedad creando una sensación de indefensión y de "tú más" que no lleva a ningún lado.
Unos me dicen que es la envidia, otros que es el aburrimiento, pero lo cierto es que hacen que te plantees si estás perdiendo tu tiempo y, otros antes que yo, ya dejaron de escribir por eso.
Por lo tanto, quisiera aprovechar este post del foro, que posiblemente nadie leerá, para pedir respeto, cordialidad y constructivismo, y dejar claro que mi intenciones en mi blog son siempre compartir lo que sé y lo que me funciona a mí desde la humildad de mí experiencia.