Nietzsche: Historia de una patología
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opino de que escribió:. O mejor: el nacimiento del pensamiento es su muerte; algo parecido a que Dios se aniquila para darse paso a sí mismo
Eso no es lógico.
Ontológicamente, si Dios se ha suicidado ha dejado de existir, se ha convertido en no-ser, en la Nada. Y la nada no tiene cualidades, atributos, agregados, determinaciones, potencialidades, volundad, etc. Por lo tanto si Dios ya no es, no existe, no puede decidir su vuelta a la existencia. Lo que Mainländer dice es que el aniquilamiento de todos los entes, su acabamiento, es la continuación de la obra de Dios (que se suicidó). Por eso Mainländer adoptó y manifestó la idea de no tener descendecia y terminó su vida con el suicidio.
opino de que escribió:Dios es otro concepto humano. En fin. ¡Vale ya coño!
Eso es lo que afirma Nietzsche: para él, Dios no es más que el error del idealismo platónico y neoplatónico que nos incapacita para elevarnos como el águila y para estar pegados a la Tierra, como la serpiente. Por lo tanto el idealismo es una perversión antinatural.
¡Yo os conjuro, hermanos míos, a que permanezcáis fieles al sentido de la tierra y no prestéis fe a los que os hablan de esperanzas ultraterrenas! Son destiladores de veneno, conscientes o inconscientes. Son despreciadores de la vida; llevan dentro de sí el germen de la muerte y están ellos mismos envenenados. La Tierra está cansada de ellos: ¡muéranse pues de una vez!” (“Así habló Zaratustra”).
Emilio escribió:Eso no es lógico.
La lógica es otro concepto humano. ¡Vale ya de conceptos humanos coño!
arco escribió:el nacimiento del pensamiento es su muerte; algo parecido a que Dios se aniquila para darse paso a sí mismo
Ahí la lógica es aplastante.
El pensamiento es aparecer en una barca al borde de las cataratas e inventar que de la nada se crea un remo; pero el remo es producto de la imaginación; en realidad se está remando con los brazos vacíos en el aire. Esta imagen de estupidez profunda ante la muerte segura es tanto Dios, como pensamiento, como humanidad, como filosofía. El universo no va a detenerse, ni la muerte a desaparecer. De ahí que el propio pensamiento es la condena, pues no está diseñado para encontrar soluciones a los problemas que están más allá de nuestra capacidad, sólo sirve para reconfortar.
La aniquilación del pensamiento, de la jaula, de Dios, o la enfermedad es la vía para llegar a; pero es otra trampa. No entendemos que no podemos entender, si no entenderíamos; ya tu sabe mi amol, la trampa del pensamiento, el lenguaje y la intrascendencia. Nos conformaremos con soñar que tenemos el remo. El monito con el candil imaginado en medio de la inmensa oscuridad. Había que reconfortarse, no solucionar las cuestiones universales. Para eso fue el pensamiento, para reconfortar pero ¡ah!, olvidamos la humildad y empezamos a crear religiones, filosofías y gilipolleces para las que el pensamiento no está preparado. Sólo sofisticamos el engaño. Y de aquellos lodos estos cenutrios. Yo mismo escribiendo esto. Fútil todo.
Max Stirner fue, en muchos aspectos un Nietzsche anterior a Nietzsche. Aunque el filósofo del martillo nunca lo citó, Stirner había enunciado la muerte de Dios, implícita ya en Hegel . El interés del individuo es el caso del anarco-individualismo de Max Stirner -a diferencia del anarco-comunismo de Kropotkin- y se expone en su obra El único y su propiedad.
Este autor, defensor radical del individualismo, de la autonomía personal era conocido por su crítica mordaz a la religión y por su defensa del radicalismo como forma de vida. Por supuesto, como anarquista era contrario al Estado. Hasta principios del siglo XX casi nadie sabía que Marx y Engels tuvieron como adversario a Max Stirner, autor que hasta los años noventa del decimonónico siglo había sido admirado por varios teóricos y estudiosos socialistas (y no digamos la supuesta influencia en Nietzsche que, si conoció sus ideas, ni siquiera tuvo el detalle de citarlo).
Para Stirner lo importante es el yo egoísta, para el que el mundo entero es su propiedad. El Yo stirneriano se guía por el principio de que «no hay nada que esté por encima de mí». La moral, el derecho, la ley, la sociedad, y no digamos Dios y el Hombre, son rechazados por Stirner y considerados como «fantasmas» o «cáscara coercitiva». Al librarse de tales fantasmas el Yo depura su conciencia individual. Es el individuo el que es considerado como fuente de la moral y del derecho. Para ello, tal individuo ha de mantener la propiedad privada porque en ella expresa la originalidad del «Yo». Una «unión de los egoístas» sería la sociedad ideal para Stirner, y en tal sociedad cada Yo ve en otro Yo tan sólo un medio para alcanzar sus fines (por eso es una sociedad de egoístas). Para Stirner la única manera de superar los conceptos dominantes era modificando las relaciones sociales, para ello proponía una alianza de egoístas.
También criticó con dureza a Hegel. «¡Hegel ha mostrado bien que la filosofía misma es religiosa!» (Max Stirner, El único y su propiedad, pág. 106). «¿Es un sacerdote el que habla? ¿Cuál es su dios? ¡El Hombre! ¿Qué es lo divino? ¡Es lo humano! El predicado no ha hecho, en definitiva, más que tomar el sitio del sujeto; la proposición “Dios es el amor” se convierte en “el amor es divino”; continuad aplicando el procedimiento: “Dios se ha hecho hombre”, os dará “el hombre se ha hecho Dios”, etc… y ahí tenéis una nueva religión» (Ibid., pág. 116). «El más allá exterior es barrido, y la obra colosal de la filosofía está cumplida; pero el más allá interior ha venido a ser un nuevo cielo, y nos incita a nuevos asaltos: el Dios ha tenido que dejar el sitio al Hombre y no a nosotros. ¿Cómo podéis creer que el Hombre-Dios haya muerto durante todo el tiempo que en él, aparte del Dios, no haya muerto el Hombre también?» (Ibid., pág. 223). Y más adelante añade: «Pero como el Hombre no representa más que otro Ser Supremo, el Ser Supremo no ha sufrido, en suma, más que una simple metamorfosis, y el temor del Hombre no es más que un aspecto diferente del temor de Dios» (Ibid., pág. 256). Stirner critica así las consecuencias de la culminación del proceso de inversión teológica que se realiza en el sistema hegeliano. Stirner está anunciando la muerte de Dios (antes que Nietzsche, aunque ya sería anunciada de modo implícito por Hegel) y la muerte del Hombre (antes que Foucault).
Entre sus consignas escandalosas y rebeldes Stirner ocultaba el interés del pequeño-burgués que procura no arruinarse y conservar o incrementar su negocio. Y a su vez pensaba cosas como: «En general, nadie se indigna ni protesta contra su propia propiedad; no se irrita más que contra la de otro. No es en realidad a la propiedad a la que se ataca, sino a la propiedad ajena; lo que se combate es, para emplear una palabra que forme contraste con propiedad, la alienidad» (Ibid., págs. 398-399). Alienarse es, pues, lo contrario de apropiarse.
Ver:
Anarquismo: Stirner, Proudhon y Bakunin
https://www.filosofia.org/urss/dsf/anarquis.htm
Anarquismo y Friedrich Nietzsche >Max Stirner y Nietzsche.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Anarquismo_y_Friedrich_Nietzsche#Max_Stirner_y_Nietzsche
Coincidencias y diferencias: Fragmentos del libro de Gisèle Souchon “NIETZSCHE; GÉNÉALOGIE DE L’INDIVIDU”. Ed. L’Harmattan, París, 2003. Cap. X; p. 121-130, selección. Trad. R.A. para un seminario sobre «El ÚNICO Y SU PROPIEDAD», Barcelona marzo 2007.
https://puntocritico.com/ausajpuntocritico/2018/03/18/max-stirner-y-el-stirnerismo/
Este autor, defensor radical del individualismo, de la autonomía personal era conocido por su crítica mordaz a la religión y por su defensa del radicalismo como forma de vida. Por supuesto, como anarquista era contrario al Estado. Hasta principios del siglo XX casi nadie sabía que Marx y Engels tuvieron como adversario a Max Stirner, autor que hasta los años noventa del decimonónico siglo había sido admirado por varios teóricos y estudiosos socialistas (y no digamos la supuesta influencia en Nietzsche que, si conoció sus ideas, ni siquiera tuvo el detalle de citarlo).
Para Stirner lo importante es el yo egoísta, para el que el mundo entero es su propiedad. El Yo stirneriano se guía por el principio de que «no hay nada que esté por encima de mí». La moral, el derecho, la ley, la sociedad, y no digamos Dios y el Hombre, son rechazados por Stirner y considerados como «fantasmas» o «cáscara coercitiva». Al librarse de tales fantasmas el Yo depura su conciencia individual. Es el individuo el que es considerado como fuente de la moral y del derecho. Para ello, tal individuo ha de mantener la propiedad privada porque en ella expresa la originalidad del «Yo». Una «unión de los egoístas» sería la sociedad ideal para Stirner, y en tal sociedad cada Yo ve en otro Yo tan sólo un medio para alcanzar sus fines (por eso es una sociedad de egoístas). Para Stirner la única manera de superar los conceptos dominantes era modificando las relaciones sociales, para ello proponía una alianza de egoístas.
También criticó con dureza a Hegel. «¡Hegel ha mostrado bien que la filosofía misma es religiosa!» (Max Stirner, El único y su propiedad, pág. 106). «¿Es un sacerdote el que habla? ¿Cuál es su dios? ¡El Hombre! ¿Qué es lo divino? ¡Es lo humano! El predicado no ha hecho, en definitiva, más que tomar el sitio del sujeto; la proposición “Dios es el amor” se convierte en “el amor es divino”; continuad aplicando el procedimiento: “Dios se ha hecho hombre”, os dará “el hombre se ha hecho Dios”, etc… y ahí tenéis una nueva religión» (Ibid., pág. 116). «El más allá exterior es barrido, y la obra colosal de la filosofía está cumplida; pero el más allá interior ha venido a ser un nuevo cielo, y nos incita a nuevos asaltos: el Dios ha tenido que dejar el sitio al Hombre y no a nosotros. ¿Cómo podéis creer que el Hombre-Dios haya muerto durante todo el tiempo que en él, aparte del Dios, no haya muerto el Hombre también?» (Ibid., pág. 223). Y más adelante añade: «Pero como el Hombre no representa más que otro Ser Supremo, el Ser Supremo no ha sufrido, en suma, más que una simple metamorfosis, y el temor del Hombre no es más que un aspecto diferente del temor de Dios» (Ibid., pág. 256). Stirner critica así las consecuencias de la culminación del proceso de inversión teológica que se realiza en el sistema hegeliano. Stirner está anunciando la muerte de Dios (antes que Nietzsche, aunque ya sería anunciada de modo implícito por Hegel) y la muerte del Hombre (antes que Foucault).
Entre sus consignas escandalosas y rebeldes Stirner ocultaba el interés del pequeño-burgués que procura no arruinarse y conservar o incrementar su negocio. Y a su vez pensaba cosas como: «En general, nadie se indigna ni protesta contra su propia propiedad; no se irrita más que contra la de otro. No es en realidad a la propiedad a la que se ataca, sino a la propiedad ajena; lo que se combate es, para emplear una palabra que forme contraste con propiedad, la alienidad» (Ibid., págs. 398-399). Alienarse es, pues, lo contrario de apropiarse.
Ver:
Anarquismo: Stirner, Proudhon y Bakunin
https://www.filosofia.org/urss/dsf/anarquis.htm
Anarquismo y Friedrich Nietzsche >Max Stirner y Nietzsche.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Anarquismo_y_Friedrich_Nietzsche#Max_Stirner_y_Nietzsche
Coincidencias y diferencias: Fragmentos del libro de Gisèle Souchon “NIETZSCHE; GÉNÉALOGIE DE L’INDIVIDU”. Ed. L’Harmattan, París, 2003. Cap. X; p. 121-130, selección. Trad. R.A. para un seminario sobre «El ÚNICO Y SU PROPIEDAD», Barcelona marzo 2007.
https://puntocritico.com/ausajpuntocritico/2018/03/18/max-stirner-y-el-stirnerismo/
Emilio escribió:Ibid
Aunque el formato de edición de este foro cada vez aleja más al usuario de un formato de texto personalizado y prácticamente hace imposible incluir en los comentarios un aparato crítico, estas cosas se agradecen de tu parte: indulgencias acumuladas para años por lo menos conmigo.
Emilio escribió:la nada no tiene cualidades,
"Nada, la pura nada; es simple igualdad consigo misma, el vacío perfecto, la ausencia de determinación y contenido; la indistinción en sí misma. (...) La nada es, por lo tanto, la misma determinación o más bien ausencia de determinación, y con esto es en general la misma cosa que el puro ser." Hegel
Mané Chao(primo de Manu) escribió:indulgencias acumuladas para años por lo menos conmigo.
Se agradece tu comentario
RAS escribió:La nada es, por lo tanto, la misma determinación o más bien ausencia de determinación, y con esto es en general la misma cosa que el puro ser." Hegel
"El ser inmediato e indeterminado es idéntico a la nada" (Hegel)
En la metafísica de Heidegger esto podría expresarse como: "No hay ser sin ente, ni ente sin ser". No obstante el existencialismo se basa en la idea de que la existencia precede a la esencia.
#113 Aunque este es un hilo sobre Nietzsche y éste despreciaba la metafísica (no se ocupó ni de la epistemología, ni de la gnoseología ni de la ontología y, por ejemplo, consideraba a Kant como un teólogo tejiendo su telaraña) haré un pequeño apunte sobre el Ser y la Nada de Sartre.
Con respecto a Heidegger, si bien Sartre reconoce que este no parte de una concepción abstracta del ser, hace notar que tiene un fallo: concebir a la nada por fuera del ser. Según Sartre, Heidegger concibe a la nada como aquello que sostiene y delimita al ser pero que a la vez es expulsado por este. En este punto, Sartre es tajante: la nada no está fuera del ser sino dentro de él:
“La nada no puede nihilizarse sino sobre fondo de ser; si puede darse una nada, ello no es ni antes ni después del ser ni, de modo general, fuera del ser, sino en el seno mismo del ser, en su meollo, como un gusano”.
Con respecto a Heidegger, si bien Sartre reconoce que este no parte de una concepción abstracta del ser, hace notar que tiene un fallo: concebir a la nada por fuera del ser. Según Sartre, Heidegger concibe a la nada como aquello que sostiene y delimita al ser pero que a la vez es expulsado por este. En este punto, Sartre es tajante: la nada no está fuera del ser sino dentro de él:
“La nada no puede nihilizarse sino sobre fondo de ser; si puede darse una nada, ello no es ni antes ni después del ser ni, de modo general, fuera del ser, sino en el seno mismo del ser, en su meollo, como un gusano”.
Dice una vieja leyenda que durante mucho tiempo el rey Midas había perseguido en el bosque al sabio Sileno, acompañante de Dioniso, sin poderlo atrapar. Cuando por fin cayó en sus manos, el rey pregunta qué es para el ser humano lo mejor y más ventajoso de todo. Rígido e inmóvil el daimón guarda silencio ; hasta que, obligado por el rey, acaba prorrumpiendo en estas palabras, en medio de una risa estridente : «Miserable especie de un día, hijos del azar y del cansancio, ¿ por qué me obligas a decirte lo que para ti sería muy provechoso no oír ? Lo mejor de todo es totalmente inalcanzable para ti: no haber nacido, no ser, ser nada. Y lo mejor en segundo lugar es para ti “morir pronto ».
(Friedrich Nietzsche. El nacimiento de la tragedia)
(Friedrich Nietzsche. El nacimiento de la tragedia)
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