Venga, una recomendación
Hereditary, estreno de este año, opera prima de Ari Aster, y enésima reimaginación del género de terror, vamos a un par por año. Es de esas películas que has de ver mínimo dos veces, hay miles de detalles encerrados en cada plano, en cada diálogo, hasta los más -aparentemente- intranscendentes
Anne -impresionante de darle un millón de oscars Toni Collette-, miniaturista de escenas cotidianas con un punto perturbador y sufrido, acaba de enterrar a su madre de 70 y pico y vive con sus dos hijos, Peter él y Charlie ella, y su marido Husband -no me acuerdo del nombre, lo interpreta Gabriel Byrne-, en un casoplón a viva imagen de sus miniaturas, o al revés. El plano inicial, como el que abriera Señales, es una declaración de intenciones. El duelo constante, la pesadumbre y la culpa parecen ser el nexo que une a la familia -aparte de una amplia variedad de enfermedades mentales-, más que el amor, pero hay algo más. Desde el principio, pero lentamente, algo más siniestro se va dejando ver entre el drama, sean pequeños detalles u otros bien obvios, in crescendo hasta un cuarto final terrorífico de verdad sin necesidad de un solo "jumpscare". Ni uno.
En ese sentido, la música -del para mí desconocido Colin Stetson- es modélica, creando tensión más por su casi ausencia que por el típico abuso. Y mira que tiene escenas de puro terror, pero lo son por sí mismas, por como se hacía antes, la mesura de los tiempos, la colocación de la cámara, la profundidad del plano, esas cosas que ahora se resuelven con un chillido de cuerdas sintéticas. Aster llega incluso más lejos que -cásate conmigo- James Wan, quien de vez en cuando sí tira del efecto de sonido aunque no lo necesite. La tema musical del tramo final, titulado "Reborn", pasa a ser uno de esos temazos icónicos inseparables de las imágenes que abraza y añade una carga de ironía -respecto a lo típico en el género de terror- y desesperanza, con ese tono ensalzante, glorífico, ante lo que podría ser un fin de los tiempos de estar por casa
¿Defectos? Muchos. La historia no queda clara, aun después de dos o tres visionados, y queda un punto demasiado abierta a interpretaciones. Ari Aster es deliberadamente parco y, aunque todos los elementos para hilar el argumento están ahí desde el primer segundo de metraje, no le vendría nada mal un poquito de exposición. El final-final, en cambio, es demasiado explícito en contraste. Esa parquedad no ayuda a los personajes, que carecen del necesario fondo para empatizar con ellos
Pero en lo demás es perfecta. El terror vuelve a ser una excusa para contar otra historia, sea la locura de los protagonistas, el devastador efecto del duelo no superado y la no aceptación de la culpa ante la tragedia, el determinismo y la ausencia de libre albedrío, whatever. No sé si reinventará el género o pasará sin pena ni gloria, pero Ari Aster se ha ganado el título de director a seguir con ésta película en la que no es difícil ver la influencia de los clásicos, quizá el más claro "Rosemary's Baby", con ecos lejanos de "The Wicker Man", "El Exorcista" o "La Profecía"
Por último, como curiosidad, ya es irónico que El imbécil que traduce los títulos de las películas haya hecho lo mismo con ésta que con la de Polanski. Aquí, Hereditary se exhibe como "El Legado del Diablo". Venga, a tomar por culo la bicicleta
El trailer, que no puede ser más engañoso, empezando por la música