Bad Suite escribió:En cuanto a lo que comentas, creo que el problema respecto al "sistema" que tanto criticamos, es que retroalimenta incluso de los que reniegan de él. Muchas veces odiamos aquello a lo que no podemos aspirar.
A pesar de la liberte, egalite y fraternite... vivimos dentro de jerarquías, estamos diseñados así. Tanto que en ausencia de ellas nos las inventamos, por ejemplo, es crear una comisión de fiestas y en 4 días tienes presidente, vocal, tesorero, cofrade mayor, reina de las fiestas y corte de honor... nos gusta figurar más que a un tonto un lápiz. Nos gusta figurar porque somos primates y queremos acceso a hembras fértiles y deseables o machos solventes, a una ración mejor o mayor del pastel. Y queremos lo mismo para nuestros hijos.
Dado que la igualdad de facto y la tábula rasa no acaban de cuadrarnos nos inventamos la meritocracia... pero las más de las veces la meritocracia es una estafa más del sistema. De hecho el sociólogo que acuñó el término meritocracia lo hizo con fines satíricos.
El mito de la meritocracia y a quién beneficia que sigamos creyendo en él
Un par de libros que acaban de publicarse vuelven a tocar un punto sensible para aquellos que han tenido éxito. No, el talento y el esfuerzo no son imprescindibles para triunfar
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-05-22/mito-meritocracia-a-quien-beneficia_1202658/
Al final el éxito depende mayoritariamente de la suerte... la suerte de nacer en un entorno privilegiado o de acertar de chiripa con algo.
¿Puede "corregirse" esta tendencia mediante la educación o las políticas sociales?. Lo dudo.