Bitelchus escribió:otros se apoyarán en alguien distinto para objetivos igualmente diversos (que supongo será también rojo porque la derecha está entregada en cuerpo y alma a la razón y el empirismo).
Es cierto que pintar a la izquierda en general como creyentes en las pseudociencias es tan de brocha gorda como pintar a toda la derecha como fundamentalistas religiosos. Ni toda la izquierda es Barbijaputa ni todo lo demás es alt-right.
El problema aquí es que por motivos políticos e ideológicos se abrazó una corriente de pensamiento abiertamente anti-empirista e irracionalista. Tanto que niega y censura incluso los resultados de las investigaciones científicas que no confirman sus sesgos. Y lo peor, que los argumentos que se gestan en las universidades se utilizan como base para todo tipo de políticas. De eso hablan todos estos artículos anti-post-modernistas
En contra de lo que pueda parecer ni Haidt ni Pinker son exactamente conservadores ultrareligiosos. Ni yo mismo me considero conservador, más bien ateo, republicano, liberal (en el sentido de creyente en el estado de derecho), racionalista y si me apuras más cercano a la socialdemocracia que a creer ciegamente en la mano invisible... pero de ahí a tragar ruedas de molino media un abismo.
Bitelchus escribió:el problema de una falta de equidad histórica en la posición social de la mujer que racional y objetivamente existe, (a menos que acudamos al pensamiento mágico del signo opuesto), y tenemos que superar si queremos progresar y no ponerlos de coartada para persistir y conservar los errores.
¿Y quién sostiene que la discriminación no sea real y no haya que hacer nada?. Por supuesto que necesitamos políticas inclusivas y que la base del estado liberal es la igualdad de derechos y oportunidades.
El problema es cuando un colectivo "oprimido" se convierte simplemente en un grupo de presión que utiliza su "opresión" para lograr ventajas objetivas para sus miembros en detrimento de esa igualdad de derechos y oportunidades para con sus conciudadanos. Y que utilice el argumentario feminista (o indigenista, especista, pon el "ista" que te apetezca) como arma arrojadiza contra cualquiera que tenga el más mínimo inconveniente aunque sea fundado en sus pretensiones.
La extensión de la lucha de clases a cualquier colectivo susceptible de identificarse como tal. Nuevamente venimos a lo mismo, si no asumes al 100% mi discurso por irracional que sea estás contra mi. Pues bien vamos...