#210 ou yeah ...
Psiquiatría: la industria de la muerte
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Carmelopec escribió:Y ese pensamiento ¿se te ha ocurrido a ti solo o se basa en alguna experiencia o en las lectura de la actas de algún congreso?.
¿Síndrome de abstinencia en un antidepresivo?, premio a la majadería del año de Hispasonic, sin discusión...sí, igual con con el caballo...Venga, hombre...
Oye tio, quien te ha llamado a ti majadero?...cortate un poco anda.
Mira aqui el aparatado habito y dependencia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Antidepresivo
Algunos antidepresivos pueden empeorar inicialmente la depresión, incluso con pensamientos de suicidio, así como inducir ansiedad o crear agresividad. En ciertos casos, un antidepresivo puede provocar también un cambio en la forma de manifestarse la depresión originando manías e hipomanías, acelerar el patrón de ciclos de estados de ánimo altos y bajos, o inducir el desarrollo de una psicosis en un paciente con depresión que no era psicótico antes de tomar el antidepresivo...
pastillitas güenas
pastillitas güenas
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Si se suspende un antidepresivo (en particular, un IMAO) de manera brusca tras su administración regular durante 8 sem o más pueden sobrevenir síntomas gastrointestinales, como náuseas, vómitos y anorexia, acompañados de cefalea, mareos, «escalofríos», insomnio y, a veces, hipomanía, angustia-ansiedad y agitación motora extrema. En principio, la dosis debería reducirse poco a poco durante 4 sem o más si aparecen síntomas de abstinencia (6 meses entre los pacientes que reciben un tratamiento de mantenimiento prolongado). Algunos ISRS se han asociado con un síndrome específico de abstinencia
Majadero es el que dice majaderias...
Majadero es el que dice majaderias...
Ansioliticos:
Se puede desarrollar un síndrome de abstinencia de las benzodiazepinas prolongado en una proporción de individuos con síntomas tales como: ansiedad, irritabilidad, insomnio y alteraciones sensoriales. En un número reducido de personas puede ser grave y semejar serios casos psiquiátricos o médicos por ejemplo: esquizofrenia y convulsiones.[4] Un grave efecto secundario de la abstinencia de benzodiazepinas es el suicidio.[5]
Se puede desarrollar un síndrome de abstinencia de las benzodiazepinas prolongado en una proporción de individuos con síntomas tales como: ansiedad, irritabilidad, insomnio y alteraciones sensoriales. En un número reducido de personas puede ser grave y semejar serios casos psiquiátricos o médicos por ejemplo: esquizofrenia y convulsiones.[4] Un grave efecto secundario de la abstinencia de benzodiazepinas es el suicidio.[5]
Antipsicotico de segunda generación (risperidona):
Efectos secundarios comunes a la sustancia son entumecimiento nasal, discinesia, acatisia, ansiedad, insomnio, baja presión arterial, sedación, tics nerviosos, aumento de salivación, obturación nasal y aumento de masa corporal, aunque, según un estudio, sólo entre el 26 al 38% de personas que ingirieron la sustancia tuvieron aumento de talla.[3] La risperidona ha sido asociada a algunos casos de disfunción sexual, así como a eyaculación retrógrada.
Ocasionalmente, el medicamento puede provocar tensión en los senos y, más raramente, galactorrea en ambos géneros. Muchos antipsicóticos son conocidos por su capacidad para aumentar los niveles de prolactina debido a la inhibición de la dopamina. Así, la risperidona es bien conocida por incrementar la prolactina por encima de las tasas habituales con otros antipsicóticos, como, por ejemplo, el haloperidol. Se piensa que debido a que la risperidona causa elevados niveles de prolactina en sangre, podría provocar la aparición de tumores no cancerígenos en la glándula pituitaria, aunque no existen hechos fehacientes que lo demuestren. Ante esta posibilidad, no cabe sino buscar tratamientos alternativos con otros antipsicóticos diferentes.[4]
Como todos los antipsicóticos, la risperidona puede causar potencialmente discinesia tardía, efectos extrapiramidales y el síndrome neuroléptico maligno (Se caracteriza por disautonomía, hipertermia, rigidez, y alteración en el estado de conciencia, que puede llegar a ser mortal si no se la trata a tiempo), un trastorno que no es frecuente, aunque sí grave, si bien el riesgo usando risperidona es menor que con otros antipsicóticos clásicos.
Asimismo, como todos los antipsicóticos atípicos, la risperidona puede agravar la diabetes y otros problemas graves del metabolismo de la glucosa en el ser humano, incluyendo cetoacidosis y coma hiperosmolar.
Efectos secundarios comunes a la sustancia son entumecimiento nasal, discinesia, acatisia, ansiedad, insomnio, baja presión arterial, sedación, tics nerviosos, aumento de salivación, obturación nasal y aumento de masa corporal, aunque, según un estudio, sólo entre el 26 al 38% de personas que ingirieron la sustancia tuvieron aumento de talla.[3] La risperidona ha sido asociada a algunos casos de disfunción sexual, así como a eyaculación retrógrada.
Ocasionalmente, el medicamento puede provocar tensión en los senos y, más raramente, galactorrea en ambos géneros. Muchos antipsicóticos son conocidos por su capacidad para aumentar los niveles de prolactina debido a la inhibición de la dopamina. Así, la risperidona es bien conocida por incrementar la prolactina por encima de las tasas habituales con otros antipsicóticos, como, por ejemplo, el haloperidol. Se piensa que debido a que la risperidona causa elevados niveles de prolactina en sangre, podría provocar la aparición de tumores no cancerígenos en la glándula pituitaria, aunque no existen hechos fehacientes que lo demuestren. Ante esta posibilidad, no cabe sino buscar tratamientos alternativos con otros antipsicóticos diferentes.[4]
Como todos los antipsicóticos, la risperidona puede causar potencialmente discinesia tardía, efectos extrapiramidales y el síndrome neuroléptico maligno (Se caracteriza por disautonomía, hipertermia, rigidez, y alteración en el estado de conciencia, que puede llegar a ser mortal si no se la trata a tiempo), un trastorno que no es frecuente, aunque sí grave, si bien el riesgo usando risperidona es menor que con otros antipsicóticos clásicos.
Asimismo, como todos los antipsicóticos atípicos, la risperidona puede agravar la diabetes y otros problemas graves del metabolismo de la glucosa en el ser humano, incluyendo cetoacidosis y coma hiperosmolar.
Cannabis:
Normalmente el cannabis y el THC son bien tolerados, no se conoce ninguna muerte atribuida a su consumo. La dosis letal media en ratas es de 800 a 1.900 mg. (dependiendo de la raza) por kilo de peso por vía oral y no se han registrado casos de muerte en estudios hecho sobre monos tras administrar dosis de hasta 9.000 mg. por kg. por vía oral.
Todos los posibles efectos secundarios son dosis dependiente. Cuando se usa de forma terapéutica, debe comenzarse con dosis bajas e ir incrementándolas lentamente hasta determinarse la dosis individual sin que aparezcan estos efectos indeseados.
Efectos secundarios agudos
Los efectos secundarios físicos más frecuentes son: sedación, euforia ("globo"), disforia, miedo a morir, sentimiento de pérdida de control, afectación de la memoria, alteración de la percepción del tiempo, depresión y alucinaciones. En el caso de que estos síntomas sean intensos, debe apartarse al paciente a un lugar donde se encuentre cómodo y tranquilizarlo hasta que pasen los efectos. Las funciones cognitivas y sicomotrices se ven atenuadas y se puede llegar a observar una discreta disminución de la capacidad psicomotriz hasta pasadas 24 horas de la administración de THC.
Otros efectos secundarios frecuentes descritos son sequedad de boca, alteración en los movimientos, relajación muscular, verborrea, taquicardia y en posición vertical hipotensión ortostática y ocasionalmente lipotimia (en este caso el paciente debe ser acostado), ya que en posición horizontal se detecta un leve aumento de la presión arterial. Otros efectos secundarios más raros son las nauseas y los dolores de cabeza.
Todos los efectos secundarios detectados son dosis dependiente y generalmente desaparecen en horas (ocasionalmente hasta 1-3 días) sin tratamiento específico.
Efectos secundarios en una terapia a largo plazo
Se ha descrito desarrollo de tolerancia para muchos de sus efectos, entre ellos los psíquicos, los problemas psicomotrices, el efecto sobre el corazón y la circulación, sobre el sistema hormonal, la presión intraocular y el efecto anti-emético. Tolerancia significa que los efectos decrecen con el tiempo durante el uso del cannabis y puede aparecer tras consumo repetido en el transcurso de varias semanas, a distintas dosis y según para los distintos efectos.
El cannabis posee potencial de adicción, la dependencia no debería ser un problema relevante en el caso de ser usado como medicamento pero no debería de darse síndrome de abstinencia. No se ha descrito dicho síndrome en pacientes que han sido tratados con THC durante mucho tiempo pero sí en su uso recreativo, consistente en síntomas psíquicos (ansiedad, irritabilidad, insomnio) y físicos ( salivación, diarrea).
Puede agravar el curso de una psicosis y en personas predispuestas puede acelerar o desencadenar la instauración de un cuadro psicótico.
Los cannabinoides pueden ejercer complejos efectos sobre las hormonas sexuales masculinas y femeninas, que no tienen relevancia a las bajas dosis empleadas como medicamento. Se han descrito ocasionales ciclos anovulatorios y deterioro de la producción de espermatozoides. En estudio en animales con altas dosis de THC ha producido una importante supresión de distintos mecanismos del sistema inmune, mientras que a bajas dosis puede producir tanto un efecto inmunosupresor como inmunoestimulador. El cannabis no acelera el curso del VIH/SIDA, aunque la administración crónica de THC puede ser perjudicial en otras situaciones de inmunodepresión individual.
Normalmente el cannabis y el THC son bien tolerados, no se conoce ninguna muerte atribuida a su consumo. La dosis letal media en ratas es de 800 a 1.900 mg. (dependiendo de la raza) por kilo de peso por vía oral y no se han registrado casos de muerte en estudios hecho sobre monos tras administrar dosis de hasta 9.000 mg. por kg. por vía oral.
Todos los posibles efectos secundarios son dosis dependiente. Cuando se usa de forma terapéutica, debe comenzarse con dosis bajas e ir incrementándolas lentamente hasta determinarse la dosis individual sin que aparezcan estos efectos indeseados.
Efectos secundarios agudos
Los efectos secundarios físicos más frecuentes son: sedación, euforia ("globo"), disforia, miedo a morir, sentimiento de pérdida de control, afectación de la memoria, alteración de la percepción del tiempo, depresión y alucinaciones. En el caso de que estos síntomas sean intensos, debe apartarse al paciente a un lugar donde se encuentre cómodo y tranquilizarlo hasta que pasen los efectos. Las funciones cognitivas y sicomotrices se ven atenuadas y se puede llegar a observar una discreta disminución de la capacidad psicomotriz hasta pasadas 24 horas de la administración de THC.
Otros efectos secundarios frecuentes descritos son sequedad de boca, alteración en los movimientos, relajación muscular, verborrea, taquicardia y en posición vertical hipotensión ortostática y ocasionalmente lipotimia (en este caso el paciente debe ser acostado), ya que en posición horizontal se detecta un leve aumento de la presión arterial. Otros efectos secundarios más raros son las nauseas y los dolores de cabeza.
Todos los efectos secundarios detectados son dosis dependiente y generalmente desaparecen en horas (ocasionalmente hasta 1-3 días) sin tratamiento específico.
Efectos secundarios en una terapia a largo plazo
Se ha descrito desarrollo de tolerancia para muchos de sus efectos, entre ellos los psíquicos, los problemas psicomotrices, el efecto sobre el corazón y la circulación, sobre el sistema hormonal, la presión intraocular y el efecto anti-emético. Tolerancia significa que los efectos decrecen con el tiempo durante el uso del cannabis y puede aparecer tras consumo repetido en el transcurso de varias semanas, a distintas dosis y según para los distintos efectos.
El cannabis posee potencial de adicción, la dependencia no debería ser un problema relevante en el caso de ser usado como medicamento pero no debería de darse síndrome de abstinencia. No se ha descrito dicho síndrome en pacientes que han sido tratados con THC durante mucho tiempo pero sí en su uso recreativo, consistente en síntomas psíquicos (ansiedad, irritabilidad, insomnio) y físicos ( salivación, diarrea).
Puede agravar el curso de una psicosis y en personas predispuestas puede acelerar o desencadenar la instauración de un cuadro psicótico.
Los cannabinoides pueden ejercer complejos efectos sobre las hormonas sexuales masculinas y femeninas, que no tienen relevancia a las bajas dosis empleadas como medicamento. Se han descrito ocasionales ciclos anovulatorios y deterioro de la producción de espermatozoides. En estudio en animales con altas dosis de THC ha producido una importante supresión de distintos mecanismos del sistema inmune, mientras que a bajas dosis puede producir tanto un efecto inmunosupresor como inmunoestimulador. El cannabis no acelera el curso del VIH/SIDA, aunque la administración crónica de THC puede ser perjudicial en otras situaciones de inmunodepresión individual.
#215
Todo eso es cierto, primero porque usas el algunos , en cocsaiones, os ea no lo haces aplicable a todos los casos; pero ese tipo de efectos adversos están en todos (o casi todos) los anidepresivos, no lo voy a negar, son tan poco inocuas como cualquier droga*.
Y, sí, pastillitas güenas, en justa reciprocidad, por descontado.
Pero, tendría cojones que nos volviéramos antipastilliles, dando por buenos los estufacientes.
* En realidad, si me has leido en otras áreas, no creo que haya nada inocuo, o sea que tampoco estoy muy tentado por un proteccionismo beatífico: vivir es envejecer; hacer deporte, como se te vaya la mano, crea artrosis en la misma medida que es saludable para quemar grasa y para el corazón.
Todo eso es cierto, primero porque usas el algunos , en cocsaiones, os ea no lo haces aplicable a todos los casos; pero ese tipo de efectos adversos están en todos (o casi todos) los anidepresivos, no lo voy a negar, son tan poco inocuas como cualquier droga*.
Y, sí, pastillitas güenas, en justa reciprocidad, por descontado.
Pero, tendría cojones que nos volviéramos antipastilliles, dando por buenos los estufacientes.
* En realidad, si me has leido en otras áreas, no creo que haya nada inocuo, o sea que tampoco estoy muy tentado por un proteccionismo beatífico: vivir es envejecer; hacer deporte, como se te vaya la mano, crea artrosis en la misma medida que es saludable para quemar grasa y para el corazón.
Carmelopec escribió:Un debate en el que no hay un representante de la industria farmaceútica y de la psquiatría me resulta incompleto.
No hace falta, aqui "la peña" se basta y se sobra para aportar cuatro chascarrillos de barra de bar sacados de internet y los elevan a la categoria de "estudios cientificos"... asi nos va.
De todas formas, es una discusión inutil, pues seguidores de las teorias de la conspiración los habrá siempre, y los "anti-industria farmaceutica" no son una excepción. Lo malo es que puede haber personas debiles mentalmente, que se dejen llevar por este tipo de payasadas y opten por abandonar el tratamiento que les tenga prescrito su doctor. Una pena.
Creo que este tipo de hilos, para pasar el rato diciendo tonterias puede estar bien, pero seria mejor no entrar en terrenos mas serios y peligrosos...
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