En un artículo elogia el aprendizaje, el conocimiento y el camino arduo (y largo) para logralo, los años que pasó sentado en el pupitre escolar, etc. Y en otro, casi dice que vivir en la ignorancia es lo máximo.
Por otra parte, hay un pasaje en su redacción (en el 2o. artículo), que me llamó particularmente la atención y me hizo esbozar una sonrisa:
"...En la radio, muchos locutores han cedido ante el apetito de cultura.
Y así los relatores deportivos no tienen más remedio que hablar de extrañas parábolas que describen pelotas pifiadas. O de la mística ganadora de que están imbuídos los jugadores de All Boys. O de los conatos de agresión y escenas de pugilato que se verificaron en el área de Platense, mientras el juez se hacía el otario..."
Me hizo recordar a cierto relator deportivo que dijo: "¡acabamos de escuchar los primeros arpegios de la ocarina del silbante!" ...je, je, pero la verdad, para mí, sí es más divertido escuchar ese formato "más elegante" de la narración del juego (le pone cierta "sal y pimienta" a la narración), en vez de oir simplemente: "¡el árbitro da el silbatazo inicial!"
Un saludo