Hono escribió:
La vida de nadie,
Recuerdo la tarde que la alquilé en le videoclub. Yo y mi entonces tupé la disfrutamos de lo lindo.
Hono escribió:
estereotipados
Precisamente huir del estereotipo es lo que contribuye al logro empático con el malo.
arco escribió:
Mi hipótesis, partiendo que tratamos individuos sin trastornos, es que la influencia de cualquier relato ficticio no supone en ningún caso una influencia trascendental en la vida de nadie.
Bueno claro, no será trascendental, habrá experiencias ambientales más importantes. Pero todo suma. Imagínate un tipo solitario, sin vida social, sin pareja, cuya vida se limita a devorar libros, películas, series... Más allá de la precoz influencia familiar y de sus iguales durante la infancia, y en la adolescencia (si es que las ha tenido), su autoconcepto estará plagado de compartimentos no siempre estancos en los que la fantasía ocupará un estatus privilegiado.
arco escribió:
Imaginemos que el fundador de Greenpeace funda la organización tras leer El Quijote. Podría parecer que ese relato es la influencia clave en ese devenir. ¿Pero realmente El Quijote lleva a esa persona a fundar Greenpeace o son los años y años de vivencias y un análisis racional lo que le lleva a tomar esa decisión?
T'ho compro nen.
arco escribió:
Además, El Quijote no serviría de inspiración a cualquiera y no del mismo modo; la persona debe reunir ya unos valores concretos y unas vivencias para dejarse inspirar por ese tipo de relato y de esa manera. Además, puede que otro funde un geriátrico tras leer El Quijote.
Touché. Diferencias individuales entre sujetos, distintas interpretaciones según la experiencia, distinto procesado e interpretación, diferentes conclusiones. Edad y circunstancias varias en el momento de vivir lo que vivió determinan la moraleja final claro.
arco escribió:
l hecho que un relato para unos sea una cosa y para otros otra, me lleva a considerar que lo que verdaderamente trascienden no es el relato; son los valores, vivencias y análisis del individuo. Vuelvo a la teoría que dice que la obra hace siempre de espejo en el observador.
Idem de idem.
arco escribió:
Un espejo, el relato, es inocuo. Los demonios, buenos o malos, que llevamos a la espalda son los que nos determinan. ¿O qué?
Aquí volvemos al callejón sin salida. No hay a día de hoy respuesta. Innatismo, ambiente, una conjunción de ambas fuerzas.... o en ocasiones directamente gilipollez. Hay datos sobre el tema. Algunas enfermedades fisiológicas y otras mentales poseen un componente hereditario importante; también determinados comportamientos o tendencias hacia fines concretos poseen la impronta del padre, la madre o los abuelos. Se ha debatido durante años sobre ésto. Algunos apuestan por innatismos radicales (el ambiente solo desencadena, un interruptor o excusa poco relevante), otras posturas intermedias establece cupos según el tipo de pensamiento o conducta analizada, y el ambientalismo radical (en este sentido obsoleto y caduco actualmente) pues ya sabes...
La Neurociencia ha arrojado luz sobre el tema pero no dejan de ser modelos sobre "posibles" funcionamientos que no implican que la mente funcione así.
Mi opinión actual y por propia experiencia es que las experiencias tempranas reales marcan una ruta de la cual cada vez es más complicado desviarse. Pero como te dije, el niño solitario sin o con pocas experiencias reales cargará en su mochila con entusiasmo toda fábula que caiga en su territorio mental. La psique necesita construir su relato, y si no le das tacto y olfato, buscará ofertas alternativas. En líneas generales estamos de acuerdo, creo. La obra jamás será inocua, siempre proyectará algo, aunque subordinado al mundo real concreto que padezca el consumidor en el momento en que la consuma. De nuevo series y drogas tienen un punto de encuentro claro (ésto último lo dedico a Ori que sé, que está al borde de enviarnos a Offotpic jaja)