Como yo ya no soy un crío - al menos en edad, financiera y mentalmente sí-, nunca dejo de plantearme si será bueno para la Música que cada vez sea menos necesario un instrumento para tocar un instrumento. Puedo imaginar que en unos pocos años la mayoría de nuevos músicos no hayan tocado o incluso visto en persona una guitarra, una batería o un fagot, y en su lugar interpreten su música desde la pantalla táctil u holográfica del Galaxy 8 o mirando al vacío con las gafas de Google. Pero a mí eso no me parece tocar.
Pasa lo mismo con el material de estudio: todo es virtual, desde las emulaciones de amplis o magnetofones a las mesas de mezcla, ahora especialmente con "The Raven MTX", una mesa agazapada tras una pantalla táctil. Son de mucha ayuda para el que no pueda acceder a equipos caros o antiguos, pero yo todavía conservo un viejo Revox B77 entre otros monstruos paleolíticos, y cualquier excusa me vale para encenderlo, poner una cinta y verlo girar como un bobo... Es un trasto, consume mucha electricidad, distorsiona, se hace de todo, pero yo le quiero.
Si me lo permitís, me gustaría animar a todos los principiantes en el mundo de la música -como yo- a conocer de cerca el mayor número de instrumentos, a entablar contacto con otros músicos y a disfutar de las imperfecciones de la realidad frente a la perfección determinista (o sea, siempre igual) de las máquinas: hasta mi abuela podría tocar un tema de Led Zeppelin o de Hendrix con el Guitar Hero, pero entonces ¿quién compondría la música? ¿Un ingeniero de sistemas de Cupertino?
Yo creo que es más divertida una guitarra desquintada real que una Les Paul perfecta en un iPad, o que es mejor acariciar a tu novia -aunque no sea Heidi Klum- que palpar la foto de una top model en la tablet...
Un abrazo a todos y disculpad el rollo, lo escribo con el corazón, y sobre todo espero que quienes discrepen conmigo aporten argumentos que me hagan cambiar mis esquemas viejunos, y así ser un poco más feliz en el mundo que se avecina...