Más que para hacer la consulta sobre cómo solucionar el desconcertante fallo del trackpad en mac OS X, vengo a compartir y ver qué narices pasa con una función esencial.
El trackpad es, en espacios pequeños como trenes (en los que estoy unas 12 horas semanales) es esencial para trabajar con Sibelius. Tengo muchas herramientas al alcance con atajos de teclado, pero algunas de las más útiles tienen que ver con el uso combinado del trackpad.
Ya he enviado una queja al foro y al servicio técnico, ya que el problema ahora ya no es sólo comportamientos raros con el zoom desde la versión 8.1 si no que, en el intercambio de vistas de programa que habitualmente utilizo al transcribir de audio, vídeo o pdfs, en el mismo ordenador, pierdo la función de selección con un click... ¡! Esto ya no es sólo desconcertante. Paraliza el trabajo y he tenido que volver a la versión 7.5 sin remedio.
Primero de todo debo aclarar que soy tremendamente crítico con la imposición de las tablets para el trabajo de edición musical y que pretenden vender como la panacea de la escritura natural. ¿Alguien usaría un modo natural de escribir mails, por poner un ejemplo? Con los años que llevo usando sibelius mi escritura con el teclado es considerable. Soy más rápido a máquina que a mano, y aunque las nuevas aplicaciones de escritura sobre la pantalla completan su programa con funciones de edición automáticas, me temo que el flujo de trabajo queda todavía a años de desarrollo de lo que se logra hoy día con los tres teclados de acceso que uso a menudo: MIDI, alfanumérico y numérico. Si la introducción de un objeto está a un click o un atajo, ésta es siempre la manera más rápida de escribir.
Son poco convincentes los anuncios de programas como Staff Pad. Sorprendentes, sí, admirables también. ¿Profesionales? ¿Útiles para trabajos de envergadura? Lo dudo, lo dudo mucho y el camino iniciado por Sibelius no me gusta. Están dando tumbos en un campo en el que ya llevan la delantera un par de empresas pioneras, y tratan de sumarse al carro tarde y con el mastodonte de programa en que se ha convertido Sibelius.
Hace muy poca gracia que experimenten con usuarios habituales, y estoy seriamente pensando en elevar la queja de una simple mención del bug y una petición de soporte a una devolución del dinero. Me queda averiguar cómo pedirla.
Nefasto bug, señores de AVID, porque impide la principal puerta de entrada a la edición del documento, y convierte el programa para mi manera de hacer y mi trabajo en uno totalmente inservible.
Ellos sabrán...