http://davidliebman.com/home/ed_articles/the-complete-transcription-process/
Está orientado al jazz, pero es aplicable a cualquier género, desde el dubstep a las bandas sonoras.
- Para desarrollar un buen sonido, matices y sentido del ritmo, la primera etapa de todo crecimiento artístico es la imitación directa, auditiva y táctil, de un maestro. En ausencia de maestro presencial, la transcripción es el siguiente recurso más provechoso.
- Tres pasos (vienen a ser un desarrollo del sucinto "imitate, assimilate, innovate" de Clark Terry):
1) Aprender el solo de memoria cantando encima de la grabación, hasta el punto de poder cantarlo sin la grabación, manteniendo el pulso internamente.
2) Escribir el solo y aprender a tocarlo, con todos sus matices rítmicos, dinámicos, articulaciones... intentando imitar la versión original hasta el punto de que no se pueda distinguir.
3) Analizar el solo para identificar los recusos utilizados (no sólo melodía y armonía, también ritmo, articulación, dinámica, etc.). Aplicar estos recursos en otras situaciones: distintos tempi, transposiciones, cambiar notas de la melodía, alterar el ritmo...
Escribir el solo es, en mi opinión, el paso menos imprescindible si no se tiene tiempo. Pero los beneficios de hacerlo son tan grandes que animo encarecidamente a hacer el esfuerzo.
El Sr. Liebman recomienda al estudiante serio pasarse hasta dos años transcribiendo intensamente para adquirir el hábito, sin perder de vista que el objetivo es llegar a desarrollar un lenguaje propio, una vez heredadas las herramientas de nuestros padres musicales. No obstante, el aprendizaje y la interacción con el resto de los músicos dura toda la vida. Siempre nos estaremos encontrando sonoridades interesantes que querremos incorporar a nuestro repertorio.
El artículo contiene bastantes ejemplos (audio y partituras).
