Y más en estos tiempos difíciles para los foros que han hecho que ya queden pocos con actividad.
De eso quiero hablar después de permanecer "en la nevera" una semana por una decisión de una persona con dicho "poder".
Al parecer, comenté algo de "no suficiente interés", obviamente a juicio de quien moderaba... y cuando pido expicaciones y muestro mi sorpresa porque se me edite un mensaje (primera vez en 14 años de participación en muchos foros, decenas de miles de mensajes, intentad comprender la cara que se me quedó...) se me banea, aduciendo que "no acepto la moderación" .
La explicación del administrador de los foros (al que he consultado) es que "debí tratar el tema por privado con el moderador" en vez de comentar o pedir explicación a la edición públicamente, y de ahí deduzco que a su jucio, estoy debidamente y justificadamente baneado.
Pensé que si este iba a ser el plan aquí, no iba a volver más ya que me sentí un tanto ofendido. Luego también he pensado que siempre puedo no volver a participar jamás en el subforo concreto... así que ya veré.
Sigo alucinando porque creo que "offtopic" comedidos hacen que los foros se mantengan vivos y con actividad. Además siempre si hay un desvío relevante, se puede reconducir sacando el tema original o lo que sea. Y eso que no soy de los de hacer mucho offtopic, ni me quejo si otros lo hacen.
Pero lo de que a juicio de una persona escribas un mensaje "de dudoso interés", porque según él hay que "aportar" a saber que nivel de contenido de utilidad cada vez que uno postea... y si no, te borran el mensaje...no sé, me parece excesivo.
Si queremos reducir los foros a cosas como que alguien pregunte un dato y se le de, una duda técnica y se le resuelva... y por ejemplo las opiniones sean "de dudosa utilidad/interés", pues ya veremos como acaba la cosa.
Por lo tanto, y ya resumiendo, quiero agradecer a los moderadores que como los buenos árbitros, no son protagonistas con sus acciones y decisiones en los foros.
Gracias por permitir que los temas discurran con naturalidad y dar tiempo a que las cosas se centren por sí solas, como acaba siendo casi siempre.