Me parece que lo que pasa es que cuesta darse cuenta de que hay cosas que nadie se plantea y hay que plantearse. Solo hay pensar que pasaría si yo me autoproduzco mis discos. Todo perfecto hasta ahí, puede que tenga pelas y me vea encima de mi mesa mis 1000 copias, o las que sean, encelofanadas, con mi diseño (que ya me lo habré hecho yo o quizá un amigo o una amiga diseñadores) y todo eso. ¿Y ahora qué? Pues "solo" queda venderlo ... el paso ese por el que criticamos tanto a las discográficas, grandes o pequeñas, a las tiendas, distribuidoras o al top manta. ¿Y que hay que hacer para venderlo? Hacen falta cosas, por una parte "saber venderlo", dónde, cómo, cuando y a qué precio. Y digo venderlo, no regalarlo a unos cuantos amiguetes, y a unos cuantos bares pa'promocionarnos, ... no, quiero decir venderlo, vender 1000 copias, o quiza 10000, o puede que solo 527 y quedarnos en casa los otros 473 ... porque esa es otra: si vamos a hacer una estampación de CDs la empresa nos pedirá hacer un mínimo de 1000 ¿O es que los grabaremos en la tostadora de nuestro PC? ¿Y quien tiene las pelas para pagar esos 1000? ... antes de ganar ni un duro.
Todos nos hemos autoproducido algún que otro disco y hemos impreso las carátulas en nuestra HP de chorro de tinta (o Epson), los hemos recortado con cúter hasta encajarlos (sí, sí, eso lleva horas ...) y ¡ala! los hemos regalado a los amiguetes, a la familia, al vecino que nos cae bien, y hemos enviado alguno a alguna productora. Otra cosa es vender 1000 discos autoproducidos o no. FNAC o quien sea tiene que asumir algún riesgo de poner ese espacio, de pagar la producción y todo eso ... No nos engañemos ese riesgo o lo toma el FNAC o lo tomamos nosotros. Es muy fácil criticar que si estos o aquellos toman el riesgo cuando tomarlo nosotros mismo no es tan fácil.
Hago reflexiones, no me describo ni a mi, ni a nadie. Simplemente empotronarme en el sillón con ruedas del estudio que me ha llevado años formar y del que me puedo sentir orgulloso o no, no quiere decir que sepa vender mis discos o que le vayan a interesar a nadie. Vender discos es otro tipo de cosa que debe saber un artista autoproducido para ganar "algún dinerillo" (sea poco o mucho), lo mismo que usar compresores o reverbs, y tocar la guitarra o el piano o la pandereta, y saber de escalas dóricas o de notas pedal, o de lo que se tercie. Ese es también un perfil y quien no lo tiene puede criticar a las discográficas o al FNAC o a la Real Academia de Médicina pero seguirá sentado en el magnífico sillón con ruedas de su estudio frente a sus monitores de respuesta plana.
Claro que aquí hay mucha gente con estudios potencialmente fantásticos, pero como son muchos "competirían" también entre ellos, la competencia es la misma pero a otro nivel. Otra cosa es salir a patearse el mundo. Me da la impresión que todo el mundo se cree con el derecho de que alguna discográfica le convierta en el artista revelación ... todos los músicos SOMOS maravillosos compositores y el público va a caer rendido ante nuestro arte. Sí, esto ya lo he oido muchas veces. Esto a veces pasa. Loreena McKennit, una maravillosa voz que deja rídicula a la misma Enya, no solo toca el arpa y canta como los ángeles, hace poesía con sus letras, y es una reina en el panorama pop-folk-newage de su país sino que fue la primera que empezó a vender sus casetes con una manta en las ferias de fin de semana que se hacía alrededor de su pueblo. El movimiento se demuestra andando.
Otra cosa cierta es que ahora los medios tecnológicos permiten que hayan más músicos autoproducidos por kilómetro cuadrado que en todo el siglo veinte (y quizá, quizá todos los anteriores) de los que han habido nunca. Creo que es mucha peña. A la hora de vender sus discos solo los que tengan "olfato comercial" lo conseguirán. No es cosa de pesimismo, sino de pragmatismo. Otra cosa es que nuestra música tenga que ser "vendida" para poder ser "distribuida". Pero claro, unas pelillas a fin de mes son un buen aliciente para todo el mundo ... incluso para mí