Miguel Ángel escribió:En realidad, todas las partes salen ganando de alguna manera.
A mí me consta que a los músicos de orquesta no les hace mucha gracia verse sustituidos por las librerías, ni a los compositores capaces de crear hermosa música, pero incapaces de programarla competentemente en un secuenciador.
Puesto que el precio de las entradas de cine no baja me imagino que parte del presupuesto que antes se dedicaba a la banda sonora se irá a otra partida, efectos especiales, vestuario, atrezzo...
Supongo que es ley de vida. Si la mayoría de la gente se acostumbra a otros sonidos y ya no está dispuesta a pagar por el extra de calidad que aporta una interpretación humana algunas profesiones se verán reducidas a nichos más pequeños. Esto lleva pasando desde la revolución industrial.
En el conser en el que yo estudié nos contaba el jefe de estudios que habían cambiado la orientación de la enseñanza. Antes los instrumentistas de cuerda, viento y percusión trabajaban mucho el repertorio de orquesta durante su formación. Actualmente estaban haciendo más énfasis en el repertorio de cámara o pequeña agrupación, porque las orquestas grandes estaban cayendo como moscas por falta de audiencia.