¿Cómo poner un candado en esta puerta?
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Ah, sigue sin aparecer. Son ya 86 horas de livin' la vida loca
Mi novia se va a currar a las 14:30h y no vuelve hasta las 23h. Creo que durante ese tiempo me voy a ir por ahí de paseo, así cuando vuelva el repollo se encontrará la puerta cerrada y a nadie en casa. Quien sabe, a lo mejor decide irse otras 86 horas
Mi novia se va a currar a las 14:30h y no vuelve hasta las 23h. Creo que durante ese tiempo me voy a ir por ahí de paseo, así cuando vuelva el repollo se encontrará la puerta cerrada y a nadie en casa. Quien sabe, a lo mejor decide irse otras 86 horas
Joder . . . cuando era un chaval de 14 años nadé en el caldo de cultivo para haberme convertido en narcotraficante, chapero, mula o cualquier otro trabajo afín a ese ambiente. Salí de un colegio privado en donde me sacudían la chorra después de mear con guantes de seda, y fui a parar a un instituto público en el que los registros policiales eran el pan del día a día.
Los camellos locales usaban el instituto para huir de las patrullas. En numerosas ocasiones veíamos al traficante de turno corriendo por el patio con los pitufos detrás. En ese instituto solo había 3 opciones: te unías a la manda, te convertías en el macho alfa o te convertías en una sombra.
Putadas mil pasé allí. Formaba parte del "selecto club" de chavales a lo que se usaba como chivo expiatorio por las sanguijuelas que querían demostrar su huevos delante de los barones que manejaban el cotarro en el instituto.Así pues, la enésima vez que subiendo las escaleras para ir a clase, el hijo de puta de turno que iba tras de mi, tiró de mi pie para caerme de bruces contras las escaleras; me levanté y le metí una patada en la boca con sus correspondientes repercusiones: expedientado, expulsado, amenazado de muerte . . . . tras una semana de expulsión y a mi vuelta a clase, me convertí en "al que esmejor no tocarle loes huevos".
La conclusión a la que llegué es que debería haberlo hecho 2 años antes y me habría ahorrado muchas putadas.
Allí vi como otros compañeros que venían del privado conmigo y eran brillantes estudiantes, se convertían en cabecillas de bandas, camellos y hasta algunos brillaron con estrella propia en el fabuloso mundo del hampa. ¿Habrían seguido una vida normal de no haber caído en aquella cloaca llamada Instituto?, no lo se . . . otra cosa que aprendí, es que hay gente que acabará metida en problemas por muy fácil que tenga la vida, por más comodidades que tenga, y otro grupo de personas que no.
Una compañera de clase, con un entorno familiar, ya no desestructurado, si no inexistente y sin medios ni posibilidades. Viviendo en uno de los barrios de Valencia en donde la Policia Nacional no tiene huevos a entrar si no van 30 coches juntos, acabó con una muy buena carrera profesional, saliendo de aquel lodazal humano sin apenas haberse manchado.
Y es que hay gente que se le ve a la legua que va a terminar mal. Estoy contigo Jim, hay personas con las que el dialogo pierde el sentido y la razón. Todos somos seres humanos, pero en el momento en el que la otra persona decide dejar su vida correr por el desagüe, tratando además de arrastrar la de los demás consigo misma, hay que tomar medidas expeditivas. Aunque sea solo por instinto de supervivencia.
Suerte Jim
Los camellos locales usaban el instituto para huir de las patrullas. En numerosas ocasiones veíamos al traficante de turno corriendo por el patio con los pitufos detrás. En ese instituto solo había 3 opciones: te unías a la manda, te convertías en el macho alfa o te convertías en una sombra.
Putadas mil pasé allí. Formaba parte del "selecto club" de chavales a lo que se usaba como chivo expiatorio por las sanguijuelas que querían demostrar su huevos delante de los barones que manejaban el cotarro en el instituto.Así pues, la enésima vez que subiendo las escaleras para ir a clase, el hijo de puta de turno que iba tras de mi, tiró de mi pie para caerme de bruces contras las escaleras; me levanté y le metí una patada en la boca con sus correspondientes repercusiones: expedientado, expulsado, amenazado de muerte . . . . tras una semana de expulsión y a mi vuelta a clase, me convertí en "al que esmejor no tocarle loes huevos".
La conclusión a la que llegué es que debería haberlo hecho 2 años antes y me habría ahorrado muchas putadas.
Allí vi como otros compañeros que venían del privado conmigo y eran brillantes estudiantes, se convertían en cabecillas de bandas, camellos y hasta algunos brillaron con estrella propia en el fabuloso mundo del hampa. ¿Habrían seguido una vida normal de no haber caído en aquella cloaca llamada Instituto?, no lo se . . . otra cosa que aprendí, es que hay gente que acabará metida en problemas por muy fácil que tenga la vida, por más comodidades que tenga, y otro grupo de personas que no.
Una compañera de clase, con un entorno familiar, ya no desestructurado, si no inexistente y sin medios ni posibilidades. Viviendo en uno de los barrios de Valencia en donde la Policia Nacional no tiene huevos a entrar si no van 30 coches juntos, acabó con una muy buena carrera profesional, saliendo de aquel lodazal humano sin apenas haberse manchado.
Y es que hay gente que se le ve a la legua que va a terminar mal. Estoy contigo Jim, hay personas con las que el dialogo pierde el sentido y la razón. Todos somos seres humanos, pero en el momento en el que la otra persona decide dejar su vida correr por el desagüe, tratando además de arrastrar la de los demás consigo misma, hay que tomar medidas expeditivas. Aunque sea solo por instinto de supervivencia.
Suerte Jim
Loormelotte escribió:
Y es que hay gente que se le ve a la legua que va a terminar mal. Estoy contigo Jim, hay personas con las que el dialogo pierde el sentido y la razón. Todos somos seres humanos, pero en el momento en el que la otra persona decide dejar su vida correr por el desagüe, tratando además de arrastrar la de los demás consigo misma, hay que tomar medidas expeditivas. Aunque sea solo por instinto de supervivencia.
Y es precisamente este tipo de personas el que aprenden a base de hostias, si es que llegan a aprender y aprehender. Y no hablo de los padres.
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