Se me ocurre una idea. Vamos a hacer una raya en el suelo. En un lado vamos a poner a los inteligentes, los creyentes de la versión oficial, los iluminados de la razón, los asistidos por la sacrosanta ciencia (esa religión moderna que está sustituyendo a la necesidad de un dios), los que se fían de todas las batas blancas, etc, etc, etc.
Y del otro lado pondremos a los estúpidos, ignorantes, cretinos, imbéciles, charlatanes, necios, insensatos, idiotas, alelados, despreciables, gilipoyas y bobos criminales lerdos que deciden voluntariamente poner en grave peligra a sus hijos y a los de los demás por sus patéticas, caprichosas, absurdas e irracionales creencias conspiranoicas.
Yo, que soy como un poco así, me quedo en medio, y trato de ver qué pasa a ambos lados, pero sé que hay mucha gente que duda.
Os dejo este vídeo. Hay muchos más. De hecho múchísimos más que dudan. Y son también profesionales.
Así que, por lo menos a mí, me queda la duda.
¿De verdad estás tan seguro de tu seguridad?
(Y no se vale decir que la tipa no tiene ni idea de nada, porque al final, ni siquiera los profesionales se ponen de acuerdo, y que si todo fuese tan claro, no sé de donde salimos taaaaantos idiotas) Aunque seguro que tú me lo vas a decir, lo sé.