copypaste
La tradición de la canción popular española se remonta a los inicios de la lírica popular medieval. Las canciones populares no son más que composiciones que han pervivido a lo largo de los años, conocidas por toda una cultura y que se han transmitido tanto oralmente como por escrito a lo largo de décadas.
Los autores de estas composiciones, pues, no son más que las gentes que poco a poco han ido componiendo el texto hasta el momento actual. No se trata de un único autor, sino de múltiples autores colaborando en la formación de la canción mientras que la transmitían.
La temática de éstas composiciones suele estar relacionada con los temas del pueblo: las costumbres, la alabanza a una ciudad a una mujer, etc... dominando en todas ellas el tono humorístico.
Podemos definir a la canción popular como la música tradicional que gusta a todo el mundo porque sale del corazón de la gente.
Distinguiremos entre varios tipos de cantes populares:
1. LA SAETA:
Sin duda alguna la Saeta pertenece a una rama de cantes que expresan un sentir del pueblo en un momento concreto del año y, ante una circunstancia puntual de un hecho singular de los cristianos católicos que se rememora año tras año, La Semana Santa. Pero también hay que decir que se da en la calle, ante los Pasos que se procesionan por las diferentes Cofradías. Este cante, que en su origen sería un rezo, una invocación en voz alta dirigida a la Virgen o a Jesús, esto es, una petición de auxilio o de alguna gracia, como cante ha llegado a transformarse de tal modo que lo que en principio fue una oración sin melodía se ha convertido en uno de los cantes andaluces más bellos y sensibles. Al hablar de la Saeta se suele decir "transformación", y no "evolución", porque en efecto este cante se transformó de la noche a la mañana, cuando fue cantado con el estilo de la siguiriya o del martinete.
Naturalmente que las Saetas son más bellas y gustan más cantadas de esta última forma, pero es que lo que ganan en hermosura lo pierden en sencillez y espontaneidad. Hoy en día difícilmente sale un humilde hombre o mujer del pueblo cantando Saetas al paso de las procesiones en plena calle.Hoy en día La Saeta se ha convertido en un cante de muy difícil ejecución, cante difícil de ejecutar por un aficionado.
2. EL CANTE ANDALUZ:
El Flamenco se analiza como manifestación progresiva de un arte racial originario, el de los gitanos andaluces, que al manifestarse poco a poco ‘al mundo exterior’ (primero a partir del fin de la persecución a los gitanos, en época de Carlos III, y sobre todo a partir de la época de los Cafés Cantantes, entrada ya la segunda mitad del siglo XIX) habría ido perdiendo, como consecuencia inevitable, su originaria "pureza".
3. LA COPLA:
Los orígenes de la música popular española residen en la copla. La copla, el cuplé, la tonadilla, los boleros etc. conforman lo que en todo el mundo se conoce como música española.
La historia de la copla arranca desde la tonadilla escénica hasta convertirse en lo que hoy todos conocemos como Canción Española. A continuación citaré todas las formas o géneros musicales que, si bien no son exactamente sinónimos de Copla, sí han sido el caldo de cultivo necesario para la creación de la Copla.
Se puede decir que la historia de la copla arranca cuando el cónsul Metelo envía a Roma al primer conjunto artístico de la Puellae gaditanae, "muchachas de Cádiz", especializadas en cantar y bailar. Estas mujeres tenían una actitud y disposición para cantar y bailar, algo que se pone de manifiesto en los poemas de los clásicos latinos.
La tonadilla escénica: Pero no sería hasta la segunda mitad del s. XVIII cuando aparece con cierta exactitud y con constancia en la literatura de esa época un nuevo género, al que se denominó “tonadilla escénica”.
La tonadilla escénica surge por la incursión de la ópera italiana en Madrid, lo cual produce un cambio en los gustos musicales de la época. Se llamó tonadilla a una composición métrica acompañada de música, que en la primera mitad del s. XVIII remataba bailes escénicos y entremeses; en la segunda mitad del siglo sirvió para cubrir los intermedios musicales de las comedias, hasta evolucionar e independizarse, reuniendo así cada vez más personajes.
La canción andaluza tradicional: La tonadilla escénica fue cargándose de una fuerte personalidad andaluza que se reflejaría en todas sus creaciones y que así fueron interpretadas por los salones literarios y musicales de París. Muchas coplas tonadillescas del s. XVIII tuvieron una métrica predominante de versos octosílabos y hexasílabos que encontramos más tarde, en el s. XIX, en las seguidillas boleras; es esto una muestra más de la evolución de la tonadilla escénica hasta la canción tradicional andaluza.
La guerra de la Independencia y los acontecimientos políticos que vendrían a continuación, con las Cortes de Cádiz y el Trienio Liberal, fueron el foco principal que motivaron el traslado a coplas de las canciones que reflejaban los sentimientos y sensaciones del pueblo gaditano. No olvidemos que:
«Una copla empieza a ser copla cuando el pueblo la canta».
La Copla surge del pueblo. El pueblo que sueña y no suele asistir a ningún psicoanalista imprime a la Copla ese impulso telúrico que, adornado armónica y vocalmente, cuenta esas pasiones y sensuales historias. La Copla es un legado de gran riqueza que, como bien manifiesta Terenci Moix, está a la altura de cualquier romancero del mundo.