Es algo inquietante descubrir que toda persona que se quiera mover en la sociedad de nuestros tiempos utiliza un conjunto de conocimientos de los cuales más del 90% es información que ni ha contrastado ni ha cuestionado nunca (ni nunca lo hará). Sólo unas pocas cosas sabemos por haberlas cotejado por nosotros mismos y no por terceras personas con una supuesta autoridad intelectual, cientifica, o moral, y estas pocas certezas son a su vez las únicas que podríamos defender hasta sus últimas consecuencias en el caso que así lo requiriésemos. Pero cada vez son menos. Y llegará un día (no muy lejos) que ya no quedará ninguna. Cualquiera que se pare a pensar sobre esto, se dará cuenta al instante. Es tal el volumen de conceptos y procesos que se debe manejar para vivir que no le daría tiempo ni en varias vidas, de poder comprobar por sí mismo, la validez y certezas que en ellos hay.
Basta cuestionar cualquier cosa para darse cuenta uno que no puede demostrar con total seguridad que tal o cual cosa sea cierta. Q sea verdad. Es más, que ni siquiera sea REAL, o sea una ilusión, o un engaño, o una malinterpretación, o un punto ciego en nuestra percepción, o ¡yo qué diablos sé!, y sentirnos absolutamente seguros 100% de ello. De hecho puede que estemos incurriendo en una falsedad, pero seguimos haciéndolo, porque hemos visto que siempre se hizo así.
Así que para no sufrir la angustia delirante y autodestructiva del que comprueba la veracidad de todos los datos e información que maneja en su día, para hacer prácticamente cualquier cosa, hasta la más simple y elemental, hasta la doméstica y cotidiana, hasta aquella que desde niños siempre hemos estado haciendo sin dudar lo más mínimo si realmente tienen un sentido,o mejor dicho, cuál es su verdadero sentido, o qué finalidad tiene, si es buena para nosotros, si es mala, si la merecemos, si la merecen otros.
Queremos no darnos cuenta que vivir se reduce fríamente a un acuerdo tácito que cada uno establece consigo mismo, para:
- no caer en el oscuro y paralizante vacío de la duda permanente,
- para hacernos creer que todo aquello q hacemos lo conocemos a fondo, cuando es sólo una " sangre fría " edulcorada con refinadas dosis de pseudo-tranquilidad ,
- para convertirnos en yonkis de: la autocomplacencia,
- la autoafirmación,
- la mendicidad de aprobación externa...
...para todo éso están los políticos.
Ese es su Gran Servicio a nuestra sociedad, a nuestro mundo. Casi ná. Y la gente, en lugar de darles las gracias, como correspondería siendo justos, nos limitamos a criticarles y acusarles de incompetentes.
Desde la implantación de la educación publica obligatoria (como deber " del Estado ", y no como un derecho de la ciudadanía, o como un privilegio de las clases pudientes...), la adquisición de conocimientos escolares como preparación al futuro de una nación fue el revestimiento que los dueños del mundo emplearon hábilmente para enseñar e instaurar el pensamiento oficialista, para sembrar las ideas dominantes. Ya ni siquiera se toman la molestia de actuar en la sombra: de hecho lo hacen a la luz del día y delante de nuestras narices. Con total descaro. Cuanto más, mejor. Es más, nosotros lo aplaudimos y exigimos un nivel de calidad de esta misma "enseñanza pública" como una atribución legítima e inviolable.
Descubre al Pedro Sánchez que se esconde dentro de tí, y ten el valor de sacarlo del armario, aunque sólo sea para que de esa forma te resulte mas fácil dirigirte a él y, cara a cara, espetarle que no ha sido aún lo suficientemente mentiroso como para darle por imposible y así darnos cuenta que es muy crudo y triste que nadie pueda en REALIDAD esperar absolutamente nada de nadie, salvo de uno mismo, y todo lo que se salga de este planteamiento elemental estaría encuadrado a su vez en lo que seria una "MENTIRA NECESARIA".
El logro más meritorio de los políticos es que toda la sociedad consiga culparles de montar un Gran Engaño, y mil cosas más, a su vez nos olvidemos de las decenas o cientos de pequeños autoengaños que nos infringimos a nosotros mismos a diario sin darnos cuenta , y que si los tuviéramos siempre presentes...sería imposible vivir. Totalmente imposible. Así pervive en secreto la clave de su oscuro negocio, como la llama de un fuego inextinguible: la " felicidad ". Esa que nos venden, después de la rueda, es EL 2° MAYOR INVENTO DE TODA NUESTRA HISTORIA.