Jordipab escribió:A los europeos nos tienen cogida la medida ya hace décadas. Somos un libro abierto. De lo que pueda decir Rusia me creo entre nada y nada coma cinco. Pero Rusia dice poco. Y dice poco porque sabe que aunque controle la información que entra en su país por internet, los ciudadanos rusos saben perfectamente cómo evadir la censura de la red y acceder a datos. Lo sé hasta yo que entro a ver contenido vetado por la ley de protección de datos de la UE. Así, mejor no decir nada. Pero Zelensky sí dice, y mucho. Y tampoco me creo mucho de él, menos todavía cuando habla de bajas. Porque sabe, perfectamente, que la ayuda de la UE es proporcional al número de ataúdes.El mismo Zeelensky reconocía 600 bajas diarias hace unas semanas.
Los rusos siguen un patrón milenario en la conquista de territorios: bombardeo a mansalva, arrasar, y luego entrar. Como ya pasó en Iwo Jima y Okinawa, los japos se metían en las cuevas durante los bombardeos. Cuando éstos cesaban, los marines yankis entraban (porque para conquistar, hay que entrar, no hay más narices), y entonces salían de las cuevas y, en una posición defensiva superior, hacían escabechina entre los marines. Es el ABC del asedio, buscar una posición más alta para la defensa (en España tenemos un buen ejemplo en los castillos, ni uno en un valle). Cuando se les acabó la munición y empezaron a usar las bayonetas fue cuando los marines los liquidaron. Las redes de alcantarillado se desarrollaron hace más de 100 años. Ya no hay que buscar cuevas o hacer trincheras. Un colector discurre a entre 8 y 15 metros de profundidad, suficiente para soportar una bomba nuclear. Cuando acaba el bombardeo y los rusos quieren entrar, los ucrananianos les esperan tras los escombros. Porque esa es otra, y parece mentira que los rusos no hayan aprendido nada de su historia. El sitio de Stalingrado fue favorable a los soviéticos por la enorme cantidad de escombros. Podían atravesar la ciudad a gatas sin ser vistos. En una ciudad entera no hay tanto sitio donde ubicarte para la defensa, amplios espacios donde no puedes moverte sin ser visto. Una ciudad llena de escombros es el escondite perfecto.
Por cierto, mañana a las 22,30 en el canal Paramount, Enemigo A Las Puertas. Anda que he visto películas sobre Stalingrado, pero ninguna como esa para, al margen de la ficción que cuenta, conocer cómo se las gastan los rusos a la hora de disponer de la población civil para armar un ejército. Un rifle para cada tres y ametralladoras en la retaguardia apuntando a sus propias tropas, y al que vuelve, ¡zasca! Carne de cañón. Por eso en la II Guerra Mundial los soviéticos tuvieron 26 millones de muertos y Alemania, que la perdió, 7 millones. Teniendo presente que apenas se bombardeó territorio soviético, da una idea.