De antemano muchos pensaran que este hilo debería estar publicado únicamente en el foro de home studio o inclusive principiantes, sin embargo la razón por la cual también va dirigido a los profesionales; es para darle validez al hecho de que se dedican exclusivamente a sacar discos con todas las exigencias que demanda el mercado, junto a su propio sentido de excelencia. Por otro lado quisiera evitar generar polémicas, o herir las susceptibilidades de las muchas personas que seguramente han hecho producciones con un home studio y que pensaran que es más que suficiente (por si sienten que pongo en duda su trabajo o demerito sus logros) de igual manera todas las opiniones y experiencias son bienvenidas.
Para hacerme entender mejor, les cuento brevemente cual ha sido mi proceso:
Mi interés principal es la composición, así que comencé a meterme con audio teniendo en cuenta que en la actualidad, la gente pone en consideración tu trabajo solo si puede escucharlo. Lo cual me llevo a adquirir una tarjeta de sonido, aprender a usar una DAW, grabar directo a la tarjeta o usar midis y vsts ya sea grabando con el teclado o programando (hasta aquí me ha llegado el presupuesto). Todos estos recursos me parecen geniales para componer e ir organizando las ideas de la producción, me gustan varios sonidos (orquesta clásica, rock, electro y diseño sonoro para audiovisual) la posibilidad de hacerlo todo solo y editarlo sin depender de otras personas, es una gran ventaja para el flujo creativo. Sin embargo, no desconozco que la belleza natural del sonido se halla en los armónicos, cosa que se destiñe con lo virtual y ahí es donde entran a jugar las condiciones acústicas de un estudio, los instrumentistas reales, los micrófonos y maquinas análogas, si es que queremos capturar una buena señal (este sería el paso a seguir conforme a las posibilidades, pero de momento es algo con lo que no cuento, dejándome claro la brecha que hay ante el entorno profesional, mas el respectivo conocimiento que implica).
El dilema es este: a medida que las maquetas van tomando forma en cuanto a la parte creativa, también es cierto que se pueden hacer más cosas con el audio para que suenen mejor. Por lo cual me pregunto hasta que punto, conforme las siga trabajando, podrían llegar a convertirse en un master, o si definitivamente no hay caso, y es mejor delimitarse a la maqueta como tal en fase de preproducción, resolviendo simplemente la composición sin matarse tanto editando y moviendo plug ins… y más bien; dejarle el resto de la pro y postproducción, a un ingeniero-productor mas el respectivo estudio. Y si además de esto le agregamos el conflicto de quedarse solo en el roll de compositor o meterse de lleno también con la ingeniaría de sonido.
Soy un nuevo usuario de Hispasonic, este es mi primer post y como dije antes no quisiera comenzar armando un lio: solo espero que me den la bienvenida compartiendo diversas experiencias, opiniones y criterios que establezcan; hasta donde trabajamos a modo de maqueta, consientes del nivel que implica una producción o si inclusive atravesamos dicho límite y nos lanzamos a hacer el disco por nuestra propia cuenta.
No es una decisión sencilla, teniendo en cuenta que implica: tiempo, esfuerzo y dinero, tampoco es algo que se resuelva con una sola respuesta, ya que es relativo a cada quien.
Gracias por compartir.