Alguien escribió:
Asi pues convencido afirmo que hoy por hoy hay seres humanos listos para ser grandes, solo aconsejo que no se descarte automaticamente el metodo de enseñanza tradicional, pues dicho metodo formo de niños a buenos musicos en el pasado.
no hay ninguna duda de lo que decís acá
y te digo que, por mi parte por lo menos, no descarto automáticamente ninguna cosa
todo lo que descarto o acepto es pasado por un filtro muy minucioso que es mi entendimiento, mi experiencia, y que no dudo en probar cualquier método o recurso, y lo hago sin miedo a equivocarme, ya que el error es parte del acierto, equivocarse ya es aprender.
Pero les quiero contar una cosa que me está pasando y que no deja de sorprenderme:
yo soy guitarrista desde hace 25 años aproximadamente, y pasé por todo tipo de sistemas de aprendizaje y escenarios. Desde al aprendizaje "por oído", por cifra, por repetición, estudié improvisación y armonía en jazz, armonía clásica, teoría y solfeo, algo de piano, hice una carrera universitaria de música, y hoy ejerzo la docencia en escuelas públicas y en escuelas especializadas en música, pasando también por la enseñanza no oficial, con algunos talleres alternativos.
Bueno, en estos días un amigo tuvo la bonomía de prestarme un bandoneón, y me puse a estudiarlo. Lo primero que sorprende de este instrumento, es el orden "ilógico" de sus sonidos en el teclado. Están desparramados sin seguir ningún orden. Incluso este orden es distinto en cada una de las manos, y además cuando el fuelle se abre, cada tecla da un nota, y cuando se cierra, da otra distinta. Pero, a su vez, cada tecla no da el mismo intervalo que otra, ¿me entienden? Para aprender hay que estudiar cuatro teclados y digitaciones distintas: dos para cada mano.
Ahora, miren lo que me llama la atención: Les voy a mostrar un dibujito muy sencillo para explicar lo que quiero decir:
Imagen no disponible
Ese es un pedacito del teclado de la mano derecha del bandoneón: apretando las teclas 1, 2 y 4, se forma un acorde de La Mayor. Ahora bien, cuando uno despliega ese acorde en un arpegio, resulta que la tecla 1 da la nota Mi4, la tecla 2 el Do#5 y la tecla 4 el La4. A ver si me entienden, los pianistas seguro que sí: las teclas están una al lado de la otra, pero la del medio es la que da el sonido más agudo. Para tocar una cuarta justa, hay que elongar más los dedos que para tocar una sexta mayor!!!!!! Está más cerca la sexta que la cuarta!!!!
Si bien todavía no me puse a estudiar las escalas en el bandoneón, cada vez que quiero tocar melódicamente las notas Mi-La, toco el Do# en vez del La. No dejo de sorprenderme por eso, y esto es un pequeño ejemplo. Para confirmarlo, les digo que la tecla 3 es un Fa#4. O sea, hay un pequeño orden si seguimos las teclas 1 3 y 4, pero la tecla 2 está metida en el medio creando un lío increíble en mi cabeza.
Lo que quiero reflexionar con esto tal vez a muchos les va a sonar disparatado, pero yo no le encuentro otra explicación.
Mi cabeza está acostumbrada al "orden" de los semitonos y tonos del piano y la guitarra, y lo acepta como único. Al lado de la tecla DO,
TIENE que estar el Do# y al lado el Re... Nunca, en ningún método de nada, mi cerebro tuvo que cambiar ese orden, de tener las notas graves a la izquierda, o abajo, y las notas agudas a la derecha o arriba. ¿Por qué? Porque tengo una cabeza muy "esquematizada". Y esos esquemas fueron metidos en mi cabeza por los años de estudio dentro de
UN tipo de sistema, que privilegia
UNA especie de organización.
Cuando miro un conjunto de notas simultaneas, no puedo dejar de buscar y ordenar terceras. Mi cabeza y oído aceptan ese intervalo y nunca se me va a ocurrir comenzar un enlace armónico con acordes formados por otros intervalos.
La forma en que aprendimos condiciona nuestra forma de ver la música, muchachos. Tal vez no nos cuestionamos esto nunca, poruqe lo aceptamos como único camino. El sistema tradicional está muy bien, funciona, pero para la música tradicional.
Cuando trabajamos con niños, tenemos que tener en cuenta que su cabeza todavía no está esquematizada como la nuestra.
Si le damos al niño un piano que tenga el teclado invertido (he visto algunos tecladistas que, electrónicamente, lo hacen), a él no le va a resultar tan raro como a nosotros. El niño va a probar un tiempo breve y va a tocar el "Arróz con leche", y a nosotros nos va a resultar mucho más difícil esa misma tontería.
Creo que lamentablemente no hay una escuela para la creatividad, para la exploración, para la búsqueda de nuevos tipos de expresión. Seguimos enseñando la armonía por terceras, que hace un poco más de un siglo que ya caducó.
TECLADISTAS: prueben si pueden dar vuelta el orden de los sonidos del teclado, y toquen un poco de música, y después me cuentan...
Aquí en Hispasonic está prohibida la piratería, pero me gustaría invitarlos a escuchar una obra de Hermeto Pascoal que se llama "calendario do som". (calendario del sonido), tocada por la "Itiberé Orquesta Familia". Hermeto escribió, durante un año y todos los días, una pieza musical. Al fin de ese año, tenía compuesta una suite de 365 piezas, a las que bautizó con la fecha del día en que está compuesta.
Es la música más atrevida, inexplicable, original y auténtica que yo conozco. Cuando la escucho, mi cabeza y mi oído no sabe para dónde salir corriendo. Esa "desestructuración de cerebro" es lo que yo llamo creatividad.
Yo, si fuera niño, quisiera que Hermeto sea mi maestro.
¡¡¡¡Una pieza por día, en un año!!!!!!!
y nosotros buscando 10 personas que se animen a escribir ocho compases cada 15 días!!!!!!