Alguien escribió:El pianista James Rhodes no entiende la popularidad del reguetón.
Y, honestamente, lanza al grupo de jóvenes reunido ahora en @la2_tve
, la pregunta. “Explicadme, por favor, lo del reguetón y Bad Bunny?”
https://twitter.com/la2_tve/status/1462400903923871744
Ni corto ni perezoso el crítico cultural Víctor Lenore se lo explica (os copio un par de párrafos):
Alguien escribió:Estimado James Rhodes: te explico la grandeza del reguetón
El perreo triunfa porque permite a los jóvenes disfrutar de lo único que nadie puede quitarles: sus cuerpos
https://www.vozpopuli.com/altavoz/cultura/james-rhodes-regueton.html
Durante demasiadas décadas, la industria musical anglosajona ha ejercido un enorme dominio en el mercado pop. Hubo épocas doradas como la de Beatles y Stones en los años sesenta y setenta, pero también otras muy mediocres. Francamente, a mediados de los dosmiles, estábamos hartos de escuchar a grupos como Kasabian, sucedáneo de Oasis que a su vez eran un sucedáneo de The Beatles. Los estribillos pop que llegaban desde Londres sabían a mala pizza recalentada, sin picante, ni sabor, ni valor nutritivo.
Es algo que explicó muy bien Bono (U2) en una entrevista de 1997: “La gente ya sabe demasiado del rock. Nos gustan las canciones no porque sean buenas, sino porque nos recuerdan a otras que lo eran. Nunca ha sido tan fácil como ahora diseñar un grupo. Todo es nostalgia: karaoke de los Rolling Stones, de los Kinks…Incluso hay bandas que montan toda su carrera alrededor de un par de años de un artista, digamos el Bowie del 73 al 75”, respondía a un periodista español. Coldplay vendían cientos de miles de discos en España, pero había mucho hartazgo de la música en inglés, que sonaba cada vez más mustia y mediocre.
El reguetón resucitó el pop
Al otro lado del Atlántico, alrededor del cambio de milenio, algunos adolescentes de los barrios pobres de Puerto Rico y Panamá también se aburrían de la música que les querían vender desde Nueva York y Los Ángeles. Disfrutaban mucho del reggae jamaicano y del hip-hop estadounidense, pero pensaban que podían hacer música propia igual de buena, y más bailable, donde cantar en su propio idioma sobre los subidones y tristezas típicos de la edad. Te hablo de adolescentes pobres, muy pobres, tanto que lo único que no podían quitarles eran sus cuerpos, fuente de casi todos sus placeres. Cuando eres joven, y además no tienes dinero ni futuro, lo más probable es que aprecies una música directa, urgente, como en los años del punk. También quieres una música hedonista y potente que te haga olvidar de inmediato el duro trabajo de la semana (seguramente no sabes que Bad Bunny comenzó trabajando como reponedor en un supermercado de San Juan de Puerto Rico).
...los expertos dijeron que el reguetón era una simple moda que duraría dos veranos (igual que tú dijiste en televisión que no escucharemos a Bad Bunny dentro de dos siglos). La realidad es que el ‘perreo’ no ha parado de crecer desde entonces y “Gasolina” suena tan desafiante y contagiosa como en 2004.
El olfato pop de las mujeres
Las mujeres tienen un papel importante en el éxito del reguetón, como hemos explicado alguna vez en Vozpópuli. El género ha sido acusado muchas veces de machista, pero en los conciertos de Maluma, J. Balvin y Bad Bunny manda el público femenino, que siempre es el más despierto (ellas fueron las primeras en apoyar a los Beatles, Stones, Sinatra, Serrat y Jacques Brel, por ejemplo). El reguetón les atrajo porque da más importancia al placer que a la solemnidad, porque fomenta las relaciones sociales, porque crea una atmósfera cordial y festiva donde se mueven con mayor naturalidad que entre la testosterona del rock o el hip-hop. Y se las acepta mejor también.
Personalmente no soy fan del reggaeton... pero lo que está claro es que no es una moda pasajera. Y me da la impresión de que lo tratamos como en su momento se trató al heavy (un fenómeno proletario) con suficiencia desde nuestra atalaya indy o intelectual.
Como diletante de la antropología social no puede parecerme más interesante.