A veces tocamos muchas cosas a la vez y no cogemos ninguna. La discusión pública es dirigida para enfocar algunas consideraciones dejando otras a medias o sin atender.
Una cosa es la violencia o maltrato que sufre la mujer, otra el resto; una cosa es el medio para evitar dicha violencia, otra cosa son otros métodos; una cosa es utilizar todo esto para sacar un rédito político, otra es no utilizarlo de forma partidista; una cosa es defender el feminismo y otra prohibir al resto que puedan opinar sobre algo.
No he conocido a nadie que niegue que todos los años mueran media centena de mujeres, lo que sí he conocido es gente que le cueste apreciar el machismo como el único causante de estos sucesos. No conozco a nadie que niegue la violencia, otra cosa es que se quiera definir un tipo de violencia como único y diferente al resto de violencias. La violencia es violencia, el maltrato maltrato, la violencia dirigida contra la mujer no es distinta a otro tipo de violencias, aun así si se quiere hacer una particularidad con ella no tiene porqué excluir otras consideraciones y mucho menos prohibirlas por ley. Porque entonces ya no estamos hablando de la violencia contra la mujer.
Si se atenta contra el sentido común y se prohíbe hablar sobre ello se amenaza a la libertad de expresión, el problema es mucho mayor que jugar a poner apellidos a la violencia, incluso que negarla llegado el caso. Si no podemos hablar de nada porque todo está dicho y el mundo es maravilloso y los hombres han dejado de matar a las mujeres por ser mujeres, pues vale, pero el problema es que bajo esas premisas las cosas siguen igual que hace décadas, peor diría yo. Las medidas que no se pueden rebatir no han servido para nada y además han producido daños colaterales incluso dentro del colectivo defendido. Si no podemos hablar de ello porque una ley lo prohíbe estamos dejando el problema en manos de quien no puede solucionarlo, o no quiere, porque una cosa es defender una ideología o un método y otra muy distinta considerarse como el único medio a seguir prohibiendo a los demás que participen como buenamente sepan. Ese monopolio “liberador” deja de atender el problema para preocuparse exclusivamente de si mismo, lo que importa es justificar el fracaso ocultando el problema citado si es necesario, entonces la solución pasa a ser parte del problema.
Y todo esto es utilizado política y obscenamente por todos los partidos, de hecho la solución a un problema se ha convertido en arma arrojadiza entre todos ellos, ya no resuelve nada ni atiende a nadie, sólo se realimenta y unas veces ganan votos unos y otras los otros. ¿Pero no era tan importante el problema como para considerarlo específicamente como particular?, ¿para qué?, ¿para luego vetar una investigación de un parlamento autonómico sobre la violación sistemática y presunta prostitución de menores tutelados durante décadas porque los partidos implicados son socios de gobierno en esas y otras administraciones?, ¿votar a favor de un torturador porque la última medalla se la concedió el partido que es socio de gobierno y no deben de publicarse al completo esos informes?, ¿utilizar los desahucios de grandes fondos de inversión y banca en general para justificar el ocupar un piso de un currante o un pensionista al haber cambiado la ley para que la inviolabilidad del domicilio prevalezca sobre la propiedad privada y la autoridad no pueda actuar?, ¿utilizar el cambio climático para imponer una serie de impuestos y leyes que lejos de solucionar nada hará a los pobres más pobres sin crear alternativas reales a las energías contaminantes ni a los métodos de producción?.
Podría estar días y días describiendo lo que veo, acertando o no, con más tino o menos, y tengo el derecho a hacerlo, otros tendrán el derecho de rebatirme u obviarme, pero quién es nadie para mandarme callar o amenazarme legalmente por hacerlo. Para mí el feminismo no es nada, la violencia de género es un chiste y el terrorismo machista un broma de mal gusto. Y no es que lo piense es que la realidad, los hechos, me dan la razón una y otra vez. No tengo interés alguno en ganar la discusión, ojalá la perdiera si con ello se encontrara una solución a medio camino que sirviera para frenar las estadísticas, y no solo los asesinatos, también las miles de mujeres que sufren maltrato en sus casas o minimizar el desgaste que sufren todas por vivir en una sociedad sexista como ésta donde los roles sexuales y convencionalismos sociales están tan definidos.
Pero también me preocupan otros colectivos, soy un ser humano no una pancarta cegada por la ineptitud ideológica, ¿soy culpable de sentir lo que siento, de pensar como pienso?, ¿estoy confundido?, ¿debería dejar de pensar o hablar?, ¿solucionaría algo eso?. Siempre pensé que la libertad no es lesiva para nadie ni nada real, la opinión no puede resultar nociva nunca incluso aunque no esté preparada o formada para reflexionar sobre algo, como mucho será insuficiente o directamente errónea, pero, ¿acaso no es erróneo también lo que plantean los políticos en muchas ocasiones y ahí están a la sopa boba?, y ellos sí tienen una responsabilidad al gestionar lo público, nosotros no, podemos opinar correctamente o no pero solo son consideraciones a tener en cuenta o no, no influye en nada, no hace daño a nadie. Que yo niegue la forma de valorar un problema no quiere decir que niegue el problema, mucho menos que lo ejecute o sea parte del problema o que esa actitud lo beneficie o promueva. Mayor responsabilidad tienen los políticos y a nadie se le ocurre ilegalizarlos o criminalizarlos. ¿Por qué ellos sí pueden negarnos, amenazarnos, criminalizarnos, perseguirnos, insultarnos, desacreditarnos, denostarnos, humillarnos, manipularnos y demás?.
Al final hablamos, de machismo, de feminismo, de lo otro o de nada, pero hablamos. Si no se puede hablar de nada salvo lo que nos dejen ¿qué sentido tiene hablar?, ¿qué sentido tiene luchar en un mundo que te niega constantemente como individuo y te obliga a participar en colectivos a los que no perteneces?. ¿Acaso el mearte de la risa con el feminismo de pandereta te hace simpatizar con VOX, o al revés, el reírte del boato conservador te hace ser simpatizante de UP?. En eso nos hemos transformados, en siglas, todo se reduce a tres siglas mal puestas.
¿Todos somos de algo?, ¿todos?, ¿no hay nada que escape de esa polarización malintencionada?. ¿Cómo es posible que una lucha loable como pueda ser la defensa de las mujeres se convierta en un movimiento cuyos métodos o premisas no lo son?, ¿cómo se puede defender la libertad desde la represión institucional?, ¿cómo se puede adjudicar la tutela representativa civil a los actores sociales cuando estos no representan los intereses de la mayoría de los mortales?. ¿Acaso los grandes sindicatos representan a los trabajadores?, ¿acaso los políticos representan a sus votantes?, ¿acaso un gobierno representa a todos sus ciudadanos?, ¿acaso el feminismo a las mujeres?..
Si VOX gana terreno no es por mérito propio, todo está diseñado para que al crecer ellos impidan que la derecha pueda sumar y así la izquierda tener la posibilidad de gobernar, si no no estarían en el gobierno ahora, por eso se saca a Franco la semana de las elecciones, o se deja premeditadamente que se queme Cataluña impunemente durante semanas, es todo política. Si alguien es responsable de que VOX suba como la espuma es la izquierda política. Yo no tengo la culpa, a mí que me dejen tranquilo. La mayoría de los que nos descojonamos con el feminismo de pandereta somos de izquierdas, es más, incluso anarquistas, la libertad individual por encima de todo, UP son iguales al PSOE, PP,CS o VOX para la mayoría de nosotros, no hay diferencia sustancial. Si hay que pedir explicaciones a alguien es a los partidos que han utilizado todo esto, la subida de un partido que era ultraminoritario para dividir a la oposición y poder llegar al gobierno, y lo más importante, permanecer mientras dure ese escenario. Pedirles cuentas a ellos no a nosotros.
Por lo menos dejarnos hablar, aunque no tengamos nada que decir. Prohibir o ilegalizar la libertad no es bueno para nadie. Solo para ellos, hoy para unos, mañana los otros. Nosotros sólo queremos ser ciudadanos libres en la medida de lo posible. No somos más machistas que cualquiera ni sacamos tajada de esto, solo opinamos libremente, equivocados o no estamos en nuestro derecho, es nuestra obligación como ciudadanos, también como seres humanos.
Cuando el pueblo no puede expresarse el poder lo hace por ellos, da igual la política o los partidos, quien controla a los partidos podrán controlar en mayor o menor medida a sus votantes, pero nunca a los ciudadanos, y menos en un mundo donde la abstención es la gran vencedora de todas las elecciones. No existe un mundo negro o blanco, eso es un espejismo infundado, pero es que aunque instauren el blanco y negro el mundo no va a dejar de ser gris, la realidad es gris, solo al poder le interesa polarizar las cosas en blancos y negros, pero no para atender desde el negro o blanco, sólo lo hacen para acallar a la mayoría, a los grises, a los que piensan por si mismos, equivocados o no, y unas veces coincidirán con los negros, otras veces con los blancos y otras veces, la mayoría, con ninguno de ellos.
Prohibir hablar sobre feminismo no dificulta a VOX nada, todo lo contrario, lo aúpa porque lo necesitan sus oponentes para justificar su opción, a los únicos que les condiciona es a los ciudadanos que imposibilitados legalmente para opinar sobre nada vamos abandonando el espacio público y dejándolo en manos de los mercenarios mediáticos e intereses ajenos al interés general de la gente. Vivimos en un mundo irreal televisado las 24 horas no vaya a ser que alguien se dé cuenta de que todo es una farsa premeditada. Y da igual si hablamos de feminismo o del coronavirus, no nos dejan saber y ahora, además, nos van a impedir poder hablar sobre las cosas que nos preocupan. Los casposos no son tan diferentes a los progresistas, en el fondo siempre actúan igual para reprimir al pueblo libre, para obviar la verdad relativa de todas las cosas. Si sólo les escuchamos a ellos jamás tendremos una visión general de la realidad. Así la democracia no es posible porque aunque nos dejen votar cada cuatro años todos representan la misma opción, la represión y la amenaza reaccionaria constante, qué más da si son de una bancada o de la otra, representan lo mismo, y lo más importante, jamás representarán al pueblo, básicamente porque les damos igual, sólo somos instrumentos para poder realizar sus intereses lejos de las necesidades que tiene la gente. Unos y otros. Todos.
Todos representan lo mismo y no a ti o a mí, a nadie, sólo se representan a ellos mismos, al sistema que defienden y al capital que lo diseñado todo para que nada cambie. El feminismo como movimiento social dejó de existir hace décadas y ahora sólo es una arma más utilizada en manos de nuestros políticos, y no sólo el feminismo, absolutamente todo lo que tocan lo conviertan en útil, en herramienta para llevar a cabo sus verdaderas intenciones. El pueblo no debe dirigir el camino a seguir, para eso están ellos, si nos damos cuenta de eso nos daremos cuenta de que la política actual no sirve para nada más que para asegurarse de que el pueblo no se hace con las riendas de su destino, inoculan una enfermedad y ellos son la vacuna, pero sin enfermedad no hace falta ni vacuna ni tratamiento ni nada. Y entre medias se van haciendo cada vez más ricos a costa de lo público mientras el pueblo llano cada vez es más pobre, tenemos menos derechos y libertades y encima no podemos ni protestar por ello porque te encasillan en el estereotipo y prejuicio que ellos mismos y los medios han creado para la ocasión. Si eres progresista eres un indigente intelectual y si eres conservador eres un casposo reaccionario, entre medias el pueblo, asistiendo a su propio funeral sin poder decir nada, sin ni siquiera poder levantar la cabeza del suelo para recordar que somos libres hasta para ser esclavos.
Disculpad si he ofendido a alguien o a alguna sensibilidad en los ejemplos que pongo, mi intención no es la de ofender a nada ni a nadie, la única intención que tengo es que las personas y la libertad individual estén por encima de cualquier otra consideración porque en realidad es la única garantía que tenemos como ciudadanos y sobre todo como seres humanos.