LLego, le doy al On de 11 máquinas y dejo que sus luces iluminen mi cara mientras parpadean pidiendomé que le de al play del secuenciador..
Selecciono en la rm1x una pista donde tengo armado algún sinte, toco el teclado master y suena la música, no me gusta, la edito, me gusta, la grabo, no me ha gustado la consecución de las notas, repito la grabación, me gusta.. a por otro sonido.
Cuando tengo tres o cuatro sonidos los loopeo en no mas de 64 compases y empiezo a retorcerlos.. de la armonia de dos, sale la necesidad de otro, me pongo a crearlo y secuenciarlo.. vuelvo a loopear, me paso si hace falta 1 hora cabeceando con los ojos cerrados con la mano derecha en el cutoff de uno y la mano izquierda en cualquier otro parámetro de otro..
Al dia siguiente llego después de currar, ilusionado por lo hecho al dia anterior, le doy al play y me doy cuenta que no era para tanto, rectifico lo que me da esa sensación.. y vuelvo a disfrutar de hacer música a la vez que la interpreto y la creo. Una gozada.
Cuando tengo unos cuantos sonidos y secuencias que se quieren entre ellas y después de intentar 1000 arreglos distintos, me quedo con los que mas me han gustado, los apunto a lápiz en mi "partitura de directo", le doy al rec en el ordenador al que le entra la señal por la entrada de línea, grabo, escucho lo grabado, no me gusta.. mañana mas que ya es tarde, ahora voy a intentar no pensar demasiado en todo esto, pero no dejo de hacerlo hasta el dia siguiente.
Digamos que mi inspiración viene del propio privilegio que da el secuenciar a dedo, tocar instrumentos directamente, cerrar los ojos para ver el paisaje que intento crear con la música, y por supuesto un beso de vez en cuando que me dan cuando el culo de mi vida pasa por ahí.